Ministerio de Economía y Finanzas

Luego de la apertura del primer Encuentro Iberoamericano de Convergencia Empresarial por parte del presidente de la República Tabaré Vázquez, se presentó un panel por el ministro de Economía Danilo Astori, Enrique Iglesias, la presidenta de la Academia de Economía del Uruguya María Dolores Benavente, el presidente del Banco de la Nación argentino Javier González Fraga y el representante del Ministerio de Economía de Brasil Renato Coelho.

En su alocución el ministro Astori indicó que “2019 va a ser un año de un volumen de inversión pública muy importante en Uruguay, particularmente en materia de infraestructura, desarrollo de capacidades que tienen mucho que ver con la competitividad”. 

“Uruguay proyecta para fines de año un acumulado de inversión en infraestructura de 11.000 millones de dólares, incluido este período de gobierno (2015-2020), a lo que se agregan 13 proyectos público-privados (PPP) que se encuentran en diferentes etapas de procesamiento. Sumados sus valores, totalizarán 1.900 millones de dólares”, indicó.

Astori agregó que “es absolutamente fundamental desarrollar un clima de inversiones que estimule fuertemente el sector privado, especialmente para alcanzar los niveles que el país está requiriendo”, sostuvo.  

“Ese clima tiene tres componentes. En primer lugar el componente institucional. No hay buen clima de inversiones sin fortalecimiento de las instituciones. Y este es un capital intangible que es fundamental conservar y enriquecer”, siguió diciendo Astori.

“Y no pensemos solo en términos económicos, porque este capital intangible tiene que ver con la adhesión democrática, con la construcción de la república, con la defensa de los derechos humanos, con la defensa política de la solución pacífica de los conflictos, con el respeto a las normas vigentes en materia de derecho económico y social, esto es el predominio de las reglas de juego que se respetan siempre. Ese es un capital intangible absolutamente fundamental, que los países deben preservar y el nuestro en particular lo está haciendo. 

En segundo lugar, estímulos. No hay inversión privada sin rentabilidad. No podemos pretender que haya inversión privada sin rentabilidad. Que no es lo mismo que competitividad. La competitividad la tenemos que lograr impulsando el conocimiento, la innovación, los niveles de eficiencia, de productividad. Asegurar rentabilidad a la inversión a través de estímulos económicos fuertes, que induzcan, sobre todo al sector privado, a invertir. 

El tercer tema es el orden macroeconómico y la consistencia fundamental entre los instrumentos más importantes de la política económica: el fiscal, el monetario, el cambiario, el de ingresos. Y aquí encontramos el nexo entre ese tema y otro, que es la reforma del sistema de la seguridad social”, expresó el titular de Economía.  

“En este momento en Uruguay la seguridad social representa 6 puntos del producto para el Estado. Este sistema, que es un sistema muy avanzado, de los más avanzados de la región latinoamericana, de los de más cobertura, y los que más posibilidades ofrecen en materia de condiciones de vida a quienes pasan a tener una vida pasiva, a abandonar la actividad tiene un peso muy importante sobre el tema fiscal. Y por lo tanto sobre el orden macroeconómico. y por lo tanto sobre el clima de inversiones. 

Es fundamental que estudiemos la manera de transformar el sistema de seguridad social, de manera estructural, profundamente, con el gran desafío que no signifique un retroceso sobre las conquistas ya logradas en favor de la población uruguaya. Ese es el gran desafío que tiene el Uruguay y por eso son tan importantes los consensos. Estos temas no se resuelven sin consensos, no se resuelven con el predominio de una opinión sobre otra, y la historia del Uruguay es una historia de consensos y de acuerdos. 

Y el sistema de seguridad social que tenemos que construir tiene que ser el resultado de grandes acuerdos por encima de las diferencias que tengamos sobre distintos aspectos relativos a la vida en sociedad. Por lo tanto será una de las reformas estructurales que tendrá que encarar obligatoriamente el Uruguay, y otros países de América Latina también, porque no es un problema solamente de Uruguay, es generalizado no solo en América Latina, es un problema en el mundo”, finalizó.