Política Comercial

Diligencia debida

Las Líneas Directrices recomiendan que las empresas utilicen la debida diligencia como proceso continuo con la finalidad de identificar, evaluar, mitigar, prevenir e informar los impactos negativos, reales y potenciales, de sus actividades, incluidas sus cadenas de suministro y otras relaciones comerciales, como parte integral de los sistemas de toma de decisiones y de manejo de riesgos.

Se trata de un proceso flexible y basado en el riesgo, que permite a las empresas estar mucho mejor preparadas para administrar impactos adversos reales y potenciales derivados de su actividad, evitando potenciales reclamos y otros costos asociados. 

A fin de promover y asegurar el cumplimiento efectivo de las Directrices, la OCDE ha desarrollado guías sectoriales que permiten identificar y abordar los riesgos para las personas, el medio ambiente y la sociedad, incluidos los derechos humanos, asociados a las operaciones comerciales, productos o servicios en sectores específicos. 

A través de las guías sectoriales se establecen marcos de entendimiento entre gobiernos, empresas, sociedad civil y trabajadores, sobre la debida diligencia para la conducta empresarial responsable, lo que permite por su parte a las empresas, establecer cadenas de abastecimiento resilientes, gestionar la incertidumbre e impulsar la creación de valor a largo plazo.

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