Fortalecimiento de las capacidades de gestión para la protección del bosque nativo

7.2 Resultados del Relevamiento de campo

Como fue planificado inicialmente y según metodología propuesta, los datos recabados a campo correspondieron a un total de 30 u.m. distribuidas en toda el área de estudio. Sin embargo, no se pudo acceder a una única parcela del nivel A próximo al curso de agua (u.m número 24), por su dificultad de acceso. Por lo tanto, los resultados que se presentan corresponden al análisis de un total de 89 parcelas relevadas.

Toda la información del relevamiento a campo fue procesada en planillas Excel y se elaboraron croquis por parcela con la distribución de las especies encontradas en cada una (Figura 15).

Figura 15. Croquis de una parcela

Con el objetivo de comparar diferentes zonas del área de estudio, se dividió el análisis en tres regiones, cada una de ellas abarcando 10 u.m:

Zona 1: Comprende las parcelas de arroyo Yaguarí (desde la u.m. número 1 hasta el número 8) y río Tacuarembó (u.m. 29 y 30).

Zona 2: Abarca el curso medio del río Negro, desde la desembocadura del río Tacuarembó hasta Paso Mazangano (u.m. desde el número 9 al número 18).

Zona 3: Incluye el tramo alto del río Negro, desde Paso Mazangano hasta la frontera con Brasil (u.m. desde el número 19 al número 28) (Figura 16).

Adicionalmente se realizó el análisis sobre las variaciones dasométricas entre las distintas franjas (A, B y C).

Figura 16. Delimitación del bosque nativo fluvial por zona

Fuente: Elaboración Propia.

El total de especies encontradas para toda la región en estudio fueron 48 especies, distribuidas en 21 familias (tabla 2).

Tabla 2. Especies según familia encontradas en la zonan de estudio.

FAMILIA

ESPECIE

Anacardiaceae

Lithraea molleoides

Schinus longifolia

Arecaceae

Syagrus romanzoffiana

Cannabaceae

Celtis tala

Celastraceae

Monteverdia dasyclados

Monteverdia ilicifolia

Euphorbiaceae

Actinostemon concolor

Sapium glandulosum

Sapium haematospermum

Sebastiania brasiliensis

Sebastiania commersoniana

Sebastiania schottiana

Fabaceae

Calliandra tweedii

Erythrina crista galli

Inga virescens

Senegalia bonariensis

Vachellia caven

Lamiaceae

Vitex megapotamica

Lauraceae

Nectandra megapotamica

Ocotea acutifolia

Ocotea pulchella

Loranthaceae

Tripodanthus acutifolius

Myrsinaceae

Myrsine coriacea

Myrsine laetevirens

Myrsine parvula

Myrsine sp.

Myrtaceae

Blepharocalyx salicifolius

Eugenia uniflora

Eugenia uruguayensis

Myrceugenia glaucescens

Myrcianthes cisplatensis

Myrrhinium atropurpureum var. octandrum

Phyllanthaceae

Phyllanthus sellowianus

Polygonaceae

Ruprechtia laxiflora

Rhamnaceae

Scutia buxifolia

Rosaceae

Prunus subcoriacea

Rubiaceae

Cephalanthus glabratus

Guettarda uruguensis

Salicaceae

Salix humboldtiana

Xylosma sp.

Xylosma tweediana

Xylosma venosa

Sapindaceae

Allophylus edulis

Cupania vernalis

Sapotaceae

Chrysophyllum marginatum

Pouteria salicifolia

Symplocaceae

Symplocos uniflora

Thymelaeaceae

Daphnopsis racemosa

Si tomamos como base, el listado total de especies de flora leñosa del Uruguay realizado por Haretche et al. (2012), con un total de 313 especies leñosas relevadas, el número de especies encontradas en el área de estudio representa el 15,3% del total de especies leñosas citadas para el país.

Para toda el área, el número promedio de individuos (se considera sinónimo de cepa) por hectárea incluidos los árboles muertos, fue de 2.755. Si se consideran únicamente los árboles vivos, el número de individuos por hectárea fue de 2.656. En la tabla 3, se presentan dichos resultados desagregados por zona.

Tabla 3. Número de individuos por hectárea por zona

Zona

Número de Individuos total por ha

Número de Individuos vivos por ha

1

2.738

2.661

2

2.753

2.641

3

2.775

2.665

Promedio

2.755

2.656

El número de varas promedio por hectárea, cuya cuantificación consideró a todos los individuos y a la cantidad de rebrotes por cepa, fue de 3.822 incluyendo todos los árboles (vivos o muertos) y de 3.676 si se consideran únicamente los árboles vivos. En la Tabla tabla 4, se presentan dichos resultados desagregados por zona.

Tabla 4. Número de varas por hectárea por zona

Zona

Número de varas total por ha

Número de varas vivas por ha

1

3.610

3.498

2

3.837

3.696

3

4.019

3.833

Promedio

3.822

3.676

7.2.1 Índice de valor de importancia

En general, el estudio fitosociológico se basa en la comparación de las composiciones florísticas de muestras tomadas de las comunidades, el análisis de los patrones espaciales de las especies y de la distribución de frecuencias de las mismas utilizando para ello parámetros descriptores de la estructura horizontal, como son: abundancia, frecuencia, dominancia y el índice de valor de importancia, como la sumatoria de estos tres parámetros en términos relativos (IVI=A %+D %+F %) (Sorrentino, 1997).

Abundancia: mide la participación de las diferentes especies de la comunidad en base a cantidad de individuos. En el caso de ejemplares con rebrotes, se considera la cepa como individuo.

Abundancia absoluta: es el número total de individuos pertenecientes a una determinada especie expresado por unidad de superficie (a veces definida como densidad).

Aabs = número de individuos de cada especie / ha

Abundancia relativa (%): participación de cada especie expresada en porcentaje.

Ar (%) = (nº de individuos de una especie / sumatoria de todos los individuos) *100

Dominancia: es una medida de la cobertura en superficie de una especie. Se expresa como el área ocupada por la proyección horizontal de copa de los árboles, que se evalúa a través del área basal (área de la sección transversal del tronco, en adelante AB), dado la alta correlación existente entre ambas variables.

Dominancia absoluta: es la suma de las áreas de las secciones transversales de los individuos pertenecientes a una determinada especie, por unidad de superficie. Para ejemplares con rebrotes se considera cada rebrote como un individuo.

Dabs = Área basal de la especie / ha

Dominancia relativa (%)

Dr (%) = (D por especie / Dabs total (suma de todas las D absolutas)) * 100

Frecuencia: es una expresión de la distribución espacial que indica la ocurrencia (presencia o ausencia) de una especie, en un número de áreas de igual tamaño, dentro de una comunidad. Cuantifica la regularidad de aparición de una especie.

Frecuencia absoluta

Fabs = Número de parcelas en que aparece esa especie / Número total de parcelas

Frecuencia relativa

Fr (%) = Fabs por especie / Fabs total (suma de todas las F absolutas)

 

Índice de Valor de Importancia: Cuantifica la incidencia de cada especie en la composición florística de la comunidad. Este parámetro revela la importancia ecológica relativa de cada especie en cada muestra y su máximo valor es 300 (Bonifacino, Catteano y Profumo, 1998). Se obtiene sumando para cada especie los valores relativos de abundancia, dominancia y frecuencia.

IVI/300= Ar%+Dr%+Fr%

Los valores se pueden presentar en base 100 (IVI/100), dividiendo el valor de IVI/300 entre 3.

En el Anexo III se presentan fichas con la descripción taxonómica de las 10 especies con mayor IVI para toda la región estudiada. En la tabla 5 se presentan los resultados de las 20 especies con mayor IVI.

Tabla 5. IVI para las principales especies encontradas

Especie

Nombre común

Ar %

Dr %

Fr %

IVI/300

IVI/100

Sebastiania commersoniana

Blanquillo común

25

23

8

55

18

Eugenia uruguayensis

Guayabo blanco

21

12

8

41

14

Blepharocalyx salicifolius

Arrayán

6

11

7

25

8

Eugenia uniflora

Pitanga

9

8

7

23

8

Sebastiania brasiliensis

Blanquillo lechoso

9

6

7

22

7

Scutia buxifolia

Coronilla

6

7

7

21

7

Ruprechtia laxiflora

Viraró crespo

4

10

6

20

7

Allophylus edulis

Chal-chal

5

3

7

15

5

Guettarda uruguensis

Jazmín del Uruguay

4

2

7

13

4

Pouteria salicifolia

Mataojo

2

4

2

8

3

Sapium haematospermum

Palo de leche

1

2

3

6

2

Erythrina crista-galli

Ceibo

1

3

2

6

2

Myrsine parvula

Canelón

1

1

3

4

1

Calliandra tweedii

Plumerillo rojo

1

0

3

4

1

Cupania vernalis

Camboatá

1

1

2

4

1

Daphnopsis racemosa

Envira

1

0

2

3

1

Syagrus romanzoffiana

Pindó

0

1

2

3

1

Myrsine sp.

Canelón

0

1

1

2

1

Xylosma tweediana

Espina corona

1

0

1

2

1

Sebastiania schottiana

Sarandí negro

0

0

1

2

1

 

Dentro de las especies con mayor IVI se destaca por su abundancia y dominancia Sebastiania commersoniana –Blanquillo común, seguido por Eugenia uruguayensis - Guayabo blanco, siendo importante por su abundancia.

Luego le siguen Blepharocalyx salicifolius – Arrayán, Eugenia uniflora – Pitanga, el Sebastiania brasiliensis - Blanquillo lechoso, Scutia buxifolia - Coronilla y Ruprechtia laxiflora -Viraró crespo.  

 

A continuación, en la tabla 6 se presenta la lista de las 10 especies con mayor IVI desagregado por Zona.

Tabla 6. IVI para las principales especies encontradas por zona

Especie

IVI Zona 1 /100

Especie

IVI Zona 2 /100

Especie

IVI Zona 3 /100

Sebastiania commersoniana

21

Sebastiania commersoniana

16

Sebastiania commersoniana

18

Eugenia uruguayensis

16

Eugenia uruguayensis

15

Eugenia uruguayensis

10

Ruprechtia laxiflora

9

Eugenia uniflora

11

Blepharocalyx salicifolius

10

Sebastiania brasiliensis

9

Scutia buxifolia

10

Ruprechtia laxiflora

6

Eugenia uniflora

7

Blepharocalyx salicifolius

9

Sebastiania brasiliensis

6

Blepharocalyx salicifolius

6

Sebastiania brasiliensis

8

Allophylus edulis

6

Scutia buxifolia

6

Guettarda

uruguensis

5

Eugenia uniflora

6

Guettarda uruguensis

4

Ruprechtia

laxiflora

5

Scutia buxifolia

6

Allophylus edulis

4

Allophylus edulis

5

Pouteria salicifolia

4

Pouteria salicifolia

3

Sapium haematospermum

2

Guettarda uruguensis

4

 

De la tabla anterior se observa que 9 de las especies de mayor IVI coincide en las tres zonas; comparten el mismo listado de especies, con pequeñas diferencias en los valores y el orden.

Tanto Sebastiania commersoniana - Blanquillo común, como Eugenia uruguayensis - Guayabo blanco, poseen los valores máximos del IVI para las tres zonas, debido a que presentan la mayor abundancia (número de individuos de una especie por unidad de superficie) y el valor observado más alto de frecuencia (proporción de individuos de la especie frente al total de individuos). 

En la tercera posición existe una pequeña diferencia: para la zona 3, Blepharocalyx salicifolius–Arrayán, posee IVI mayor, explicado por una mayor preponderancia de la dominancia de esta especie en esta zona. Esto se debe a mayores valores de área basal, la presencia de grandes individuos de gran porte (máximo DAP de la especie = 49,7 cm, en la u.m número 28), superando incluso el valor de dominancia de Eugenia uruguayensis.

7.2.2 Índices de similitud

Otro análisis que permite comparar distintas comunidades vegetales y determinar el grado de similitud entre ellas, son los coeficientes de similitud, por ejemplo, índice de Sorensen (1948) y el índice de Similitud Jaccard (1928). Dichos índices se enfocan en el número de especies presentes en las zonas de estudio y en las especies que están presenten en ambas zonas a comparar, no tienen en cuenta la abundancia de cada especie.

En la tabla 7 se muestra el número de especies y su presencia en las diferentes zonas de las 48 especies identificadas.

Tabla 7. Número de especies presentes en cada zona y su comparación

Presencia

Número de especies

Presentes en las tres zonas

17

Presentes en zona 1 y 2

3

Presentes en zona 1 y 3

4

Presentes en zona 2 y 3

7

Presentes solamente Zona 1

4

Presentes solamente Zona 2

5

Presentes solamente Zona 3

8

TOTAL

48

 

En el Anexo IV se muestra la lista de especies y su distribución por zonas.

Coeficiente de Similitud de Sorensen (IS): tiene por finalidad caracterizar objetiva y cualitativamente el grado de semejanza de dos listas de especies.

IS= (2c/a+b)*100      a: Nº de especie de la comunidad A

                                                            b: Nº de especies de la comunidad B

                                                            c: Nº de especies comunes de A y B

Para efectuar la comparación se debe tomar un valor del índice como límite de comparación. Cuando el valor del índice de similitud supera a 70% propuesto por Dimitri y Zavattieri (1982), las comunidades no difieren cualitativamente entre sí, es decir, son muy similares desde el punto de vista florístico; de lo contrario, valores por debajo del 70 %, las zonas son reconocidas como diferentes (Bonifacino, Cattaneo y Profumo, 1998).

En la tabla 8 se presentan los cálculos para dicho Índice comprando las tres Zonas.

Tabla 8. Índice de Sorensen por zonas de comparación

Zonas Similitud

Índice de Sorensen

1 y 2

67

1 y 3

66

2 y 3

75

Los valores son próximos al punto de inflexión que divide poblaciones disímiles de las semejantes (70%).

Índice de Similitud de Jaccard (IJ): mide el grado de similitud/disimilitud entre dos conjuntos o sitios de muestreo. Su valor oscila entre 0 y 1, donde 0 significa que los conjuntos no presentan especies en común, y 1 que poseen la misma composición de especies.

IJ= c(a+b-c)

Siendo:

a – número de especies presentes en el sitio A.

b – número de especies presentes en el sitio B.

c – número de especies presentes en común para ambos sitios, A y B.

A continuación, en la tabla 9 se presentan los resultados para este índice realizando la comparación entre las tres zonas, nuevamente se muestra un grado de similitud media para todos los cruces donde  los valores se encuentran cercanos a la media. Se concluye que las zonas comparten determinadas características florísticas, sin ser iguales entre ellas.

Tabla 9. Índice de Jaccard por zonas de comparación

Zonas Similitud

Índice de Jaccard

1 y 2

0,50

1 y 3

0,49

2 y 3

0,55

7.2.3 Índices de diversidad

Existen distintos tipos de diversidad: la local o diversidad “alfa”, la diferenciación de la diversidad entre áreas o diversidad “beta” y la diversidad “gamma” que reúne a las dos anteriores y diferentes métodos para evaluar la diversidad alfa (por ej., índice Shannon-Wiener, índice de equidad Pielou, índice de dominancia de Simpson o Margalef) (Campo y Duval, 2014).

Índice de Shannon-Wiener (H): Tiene en cuenta la riqueza de especies y su abundancia; relaciona el número de especies con la proporción de individuos pertenecientes a cada una de ellas presente en la muestra. Además, mide la uniformidad de la distribución de los individuos entre las especies. Valores inferiores a 2 son representativos de baja diversidad; mientras que valores superiores a 3 son considerado de alta diversidad.

Siendo:

s – número de especies (la riqueza de especies);

pi– proporción de individuos de la especie i respecto al total de   individuos (es decir la abundancia relativa de la especie i):  ni/N ;

ni – número de individuos de la especie i;

N – número de todos los individuos de todas las especies.

Índice de Simpson (D): Considera la probabilidad de que dos individuos seleccionados aleatoriamente de una muestra pertenezcan a la misma especie.

Siendo:

P - es la proporción de cada especie en la muestra (n/N, n: ind de sp i, N: ind totales en la muestra).

Índice de Margalef (I) Es una forma sencilla de medir la biodiversidad ya que proporciona datos de riqueza de especies de la vegetación. Se basa en la distribución numérica de los individuos de las diferentes especies en función dl número de individuos existentes en la muestra analizada. Valores inferiores a dos son considerados como zonas de baja biodiversidad y valores superiores a cinco son indicativos de alta biodiversidad.

Siendo:

s – número de especies presentes;

N – número total de individuos encontrados (pertenecientes a todas las especies).

 

En la tabla 10 se presentan los valores de diversidad para los tres índices desagregados por zona.

Tabla 10. Valores de diversidad para las tres zonas de estudio

Diversidad

H (Shannon)

D (Simpson)

I (Margalef)

Zona 1

2,25

0,84

3,97

Zona 2

2,32

0,86

4,56

Zona 3

2,58

0,88

5,17

 

Para el primer Índice de Shannon, los resultados obtenidos muestran para las tres regiones índices medios de diversidad, con un leve valor superior en la zona 3.

Para el Índice de Simpson, muestra que la probabilidad de que dos individuos de la población, seleccionados al azar, sean de la misma especie, es alta.

Finalmente, para el Índice de Margalef, las zonas 1 y 2 presentan valores de biodiversidad media a alta, mientras que para la zona 3 el valor obtenido muestra un valor alto para este índice.

Es de destacar que la zona 3, no sólo presenta mayor número de especies (36), frente a la zona 2 (32 especies) y la zona 1 (28), sino que a su vez presenta especies “raras” como, por ejemplo, la presencia de una especie aún no citada para el país: Inga virescens (González, 2022). Esta especie se diferencia de Inga uraguensis, ya descripta para el país cuya área de dispersión se encuentra en el litoral del país.

Esto se relaciona con la ubicación geográfica de nuestro país que hace que Uruguay sea límite de dispersión de diferentes especies por ubicarse en una zona biogeográfica de transición entre áreas climáticas diferentes (Cabrera y Willink, 1973). Esta ubicación transicional le confiere dos características muy importantes al bosque nativo del Uruguay: por un lado, alta diversidad de especies debido a esa confluencia biogeográfica, y por otro, el ser límite de distribución de varias especies, con las connotaciones que esto tiene por ejemplo desde el punto de vista de la variabilidad genética de las poblaciones (Escudero, 2004).

7.2.4 Análisis dasométrico

En la Tabla 1tabla 11, tabla 12 y tabla 13 se presentan los valores máximos y promedios de DAP y Ht para las 10 especies que presentaron mayor IVI para las diferentes zonas.

Tabla 11. Descripción dasométrica de principales especies en zona 1

Especie

DAP medio

(cm)

DAP máximo (cm)

Ht media (m)

Ht máxima (m)

Sebastiania commersoniana

11,1

37,9

7,8

14,0

Eugenia uruguayensis

9,1

23,2

7,7

14,0

Ruprechtia laxiflora

16,5

50,0

9,9

14,0

Sebastiania brasiliensis

9,1

26,5

7,1

12,5

Eugenia uniflora

8,6

25,0

7,1

12,5

Blepharocalyx salicifolius

13,7

43,9

7,7

15,0

Scutia buxifolia

11,8

36,0

8,9

12,5

Guettarda uruguensis

7,8

25,2

5,5

10,0

Allophylus edulis

9,1

20,5

6,9

12,5

Pouteria salicifolia

10,7

23,0

8,4

12,5

 

Tabla 12. Descripción dasométrica de principales especies en zona 2

Especie

DAP medio

(cm)

DAP máximo (cm)

Ht media (m)

Ht máxima (m)

Sebastiania commersoniana

11,0

30,9

7,7

12,0

Eugenia uruguayensis

8,6

22,0

7,0

12,0

Eugenia uniflora

9,1

26,1

7,0

11,0

Scutia buxifolia

10,9

40,4

7,1

14,0

Blepharocalyx salicifolius

14,4

40,0

8,5

14,0

Sebastiania brasiliensis

8,9

23,5

7,0

11,0

Guettarda uruguensis

6,9

13,5

6,6

10,0

Ruprechtia laxiflora

16,1

47,8

7,9

16,0

Allophylus edulis

7,5

16,5

6,3

10,0

Sapium haematospermum

21,5

46,2

8,9

11,0

Tabla 13. Descripción dasométrica de principales especies en zona 3

Especie

DAP medio (cm)

DAP máximo (cm)

Ht media (m)

Ht máxima (m)

Sebastiania commersoniana

9,6

27,1

7,5

13,0

Eugenia uruguayensis

8,8

26,4

6,6

12,8

Blepharocalyx salicifolius

11,8

49,7

6,9

12,0

Ruprechtia laxiflora

17,5

52,1

9,3

14,0

Sebastiania brasiliensis

8,8

18,3

7,3

11,0

Allophylus edulis

8,4

25,2

6,7

12,0

Eugenia uniflora

9,4

25,5

6,7

11,0

Scutia buxifolia

11,6

26,8

7,5

13,5

Pouteria salicifolia

12,9

25,6

8,3

9,7

Guettarda uruguensis

7,0

11,8

6,7

10,2

 

Para toda la región de estudio los valores obtenidos muestran un valor promedio de DAP   de 7,3 cm, y un valor promedio de Ht de 10,4 m, no existiendo grandes diferencias entre los valores de las regiones.  Tampoco se encontraron diferencias entre las diferentes franjas tal como se muestra en la Tabla 14.

 

Tabla 14  Valores de Ht (m) promedio por franja, desagregado por zona

REGIÓN/FRANJA

Ht (m) promedio

1

7,6

A

8,4

B

7,8

C

6,8

2

7,2

A

7,9

B

7,0

C

6,8

3

7,1

A

7,2

B

7,1

C

7,1

 

 

 

Los siete valores de DAP máximos encontrados (entre los 52 y los 47 cm) corresponden a la especie Ruprechtia laxiflora en cuatro ocasiones (52, 50, 48 y 48 cm), Blepharocalyx salicifolius en una ocasión con 50 cm, Myrsine sp.y Erythrina crista galli con 47 cm cada una respectivamente.

Se realizaron los cálculos de AB (incluidos los árboles muertos), siendo los resultados promedios para toda la región de 42,33 m2/ha, con un mínimo de 21,97 m2/ha y un máximo de 59,59 m2/ha. Cuando se comparan los valores por zona los mismos son similares, con valores promedio de 43,04 m2/ha para la zona 1, 40,12 m2/ha en la zona 2 y 43,83 m2/ha correspondiente a la zona 3.

Para el indicador de volumen por hectárea (en adelante Vol/ha) se utilizó la siguiente fórmula genérica:

Volumen (m3) = AB * Ht * Factor de forma (0,5)

El Vol/ha promedio resultante (incluidos los árboles muertos), para toda la región de estudio fue de 186 m3/ha, con un volumen mínimo de 97 m3/ha y un máximo de 284 m3/ha.

Los Vol/ha promedios son similares para las tres zonas estudiadas, los valores obtenidos fueron de 200 m3/ha para la zona 1, 174 m3/ha para la zona 2 y 184 m3/ha para la zona 3. Si se realiza este mismo análisis entre franjas, el valor promedio para la franja A fue de 243 m3/ha, siendo en este caso mayor que para las franjas B y C con valores promedios de 168 m3/ha y 152 m3/ha respectivamente.

En 64 de las 89 parcelas relevadas se encontraron árboles muertos (lo que equivale a 147 árboles muertos por hectárea en términos promedios), siendo el volumen promedio calculado para los mismos de 5,3 m3/ha.

A continuación, se presentan los resultados obtenidos de AB/ha y Vol/ha para las 30 u.m (tabla 15).

Tabla 15. Área basal por hectárea (AB/HA) y Volumen por hectárea (Vol/HA) de cada unidad muestral

U. M.

AB/HA

VOL/HA

1

47,5

204,0

2

45,9

177,6

3

39,3

141,3

4

43,0

239,9

5

49,9

253,4

6

34,5

148,1

7

46,0

237,2

8

26,9

107,7

9

32,4

123,8

10

28,3

130,3

11

43,5

228,8

12

48,6

267,6

13

51,6

208,6

14

46,2

234,3

15

36,3

149,8

16

34,1

131,6

17

39,1

132,6

18

41,2

128,0

19

49,2

127,5

20

59,6

272,4

21

45,4

211,9

22

59,1

245,2

23

41,3

188,6

24

22,0

96,8

25

35,3

121,3

26

43,4

169,4

27

29,3

127,2

28

53,9

284,4

29

44,6

219,7

30

52,8

269,4

PROMEDIO

42,3

185,9

7.2.4 Regeneración

A pesar de que se registró un total de 29 especies arbóreas y arbustivas regenerando en el sotobosque, la mayoría de ellas son de escasa presencia, con muy baja frecuencia y abundancia.

Aproximadamente el 70% de los individuos encontrados en la evaluación de la regeneración, son especies específicas del sotobosque; se trató de los arbustos: Psychotria 

carthagenensis (Falso café), Daphnopsis racemosa (Envira) y Monteverdia dasyclados. Estas tres especies arbustivas propias del sotobosque, alcanzaron el 70% de la abundancia relativa de las especies regenerando. Por otra parte, solamente 10 especies arbóreas superan el 1% en sus abundancias relativas en el sotobosque.

7.2.5 Especies Exóticas Invasoras

La presencia de especies exóticas invasoras en la región de estudio fue baja, únicamente un 8% de las parcelas presentaron al menos una EEI. Las especies encontradas fueron Fraxinus lanceolata en las u.m. 5 y 18, en la primera   la especie era muy abundante (alto número de individuos menores a 5 cm de diámetro), mostrando su gran capacidad de regeneración, mientras que en la segunda se encontraron menos individuos de la EEI. Otra especie identificada como EEI, fue Citrus sp. (Naranjo) en la u.m. número 21 y u.m. número 22, como individuos aislados (sin regeneración). En la u.m. número 28 (frontera con Aceguá) se encontraron Capin annoni y Senecio madagascariensis como EEI herbáceas en los alrededores del bosque, y Gleditsia triacanthos como arbórea.

7.2.6 Manejo, Ganado y Fuego

El 34% de las parcelas presentaron individuos rebrotados de hábito tallar indicando historia de cortas de muchos años. Con frecuencia, se observó en los alrededores algún tipo de manejo como puede ser la realización de calles o “picadas”. Otro aspecto identificado, en aquellas parcelas donde hubo intervención antrópica, los accesos fueron muy dificultoso debido al desarrollo de arbustos espinosos como son Zarzaparrilla (Smilax sp.) y Uña de gato (Senegalia bonariensis) formando matas intrincadas casi impenetrables.

En el 43% de las parcelas se constató la presencia de ganado siendo más predominante en las franjas externas B y C.

Finalmente, en dos parcelas (17 C y 23 C) se constató la ocurrencia de fuego reciente en su entorno.

 

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