Fortalecimiento de las capacidades de gestión para la protección del bosque nativo

8. Conclusiones y consideraciones finales

El presente trabajo aportó al conocimiento y al fortalecimiento del sistema de monitoreo de los bosques nativos, particularmente al asociado a los cursos de agua de la cuenca alta del rio Negro, la parte inferior del rio Tacuarembó y el arroyo Yaguarí. La información generada en este trabajo estableció la línea base del estado de situación del bosque ripario para la zona de interés y permitió dimensionar el trabajo a futuro para la gestión del mismo, su conservación y el mantenimiento de los servicios ecosistémicos asociados, en particular a lo que refiere a la función de la mejora en la calidad del agua, objetivo principal de la IRN.

Un aspecto a destacar fue la sinergia interinstitucional. La cartografía de bosque nativo utilizada como base en este documento es producto del trabajo cartográfico en el marco de la IRN de la DINACEA (MA). A partir de la misma, se trabajó en la estratificación por tipo de bosque, cuya superficie resultante ascendió a 40.981 ha de área de bosque fluvial a inventariar, restando 26.685 ha correspondientes a otras comunidades como los de parque asociados al bosque fluvial, bosque serrano y los bosques fluviales de los afluentes.

A favor del rediseño del IFN, se generó una mesa de diálogo técnica en torno de las mejoras necesaria a instrumentar en futuros inventarios a escala nacional. Esta instancia ha dejado a la institución una gran experiencia técnica de cara a los nuevos desafíos, entendiendo que el monitoreo de todo el bosque nativo es un proceso continuo y necesario para conservar estos ecosistemas y que puedan seguir aportando a la calidad de vida de los uruguayos.

Así mismo, el relevamiento del bosque fluvial de la zona de estudio generó información cualitativa y cuantitativa que permitió verificar y reafirmar diferentes conceptos como ser que Uruguay constituye el límite de distribución de varias especies.

Como aspectos resaltantes del relevamiento, se identificaron 48 especies leñosas de las cuales existe un predominio tanto en abundancia, frecuencia y dominancias relativas de diez de estas. Las dos especies con mayor índice de valor de importancia fueron Sebastiania commersoniana (Blanquillo común), seguida por la Eugenia uruguayensis (Guayabo blanco). Otras especies con importante presencia en la región de estudio fueron Blepharocalyx salicifolius (Arrayán), Eugenia uniflora (Pitanga), Sebastiania brasiliensis (Blanquillo lechoso), Scutia buxifolia (Coronilla) y Ruprechtia laxiflora (Viraró crespo).

Si bien todas las especies citadas en el párrafo anterior se encuentran presentes en las tres zonas en que se dividió el relevamiento y posterior análisis, los índices de similitud (Sorensen y Jaccard) muestran que comparten determinadas características florísticas, sin ser iguales entre ellas y los índices de diversidad (Shannon, Simpson y Margalef) muestran para toda la región valores medios a altos.

El número de especies arbóreas que se observaron regenerando, así como la baja frecuencia y abundancia de las mismas, marca la falta de transición de individuos de diferentes edades de cada especie (se encuentran los individuos adultos y en el sotobosque un pequeño porcentaje de algunas especies regenerando). Por lo tanto, se considera de suma importancia la continuidad de la evaluación de dichos sistemas, lograr estimar los efectos del ganado, y/o verificar si además existen algunos otros factores o causas que estén incidiendo en la baja existencia de renovales de las especies arbóreas presentes en el bosque adulto.

La baja presencia de especies exóticas invasoras, nos muestra cierto estado de conservación. Consideramos que para preservar esta condición es necesario aplicar políticas dirigidas a lograr este objetivo, ya que existe la amenaza presente en zonas cercanas y las formas de propagación de las especies identificadas son muy aceleradas.

En relación a los principales resultados cuantitativos, el bosque fluvial en la región de estudio presenta un número de individuos promedio de 2.755 por hectárea y un número de varas de 3.822 por hectárea, ambas cifras incluyen los árboles muertos. En cuanto a los datos dasométricos, los valores promedios para los individuos fueron 7,3 cm para el DAP, 10,4 m de altura total, 42,33 m2/ha de área basal y 186 m3/ha de volumen.

Para la variable volumen cabe señalar que para su forma de cálculo se utilizó una formula genérica y no ecuaciones alométricas, por la falta de estas últimas a nivel nacional. Actualmente se está trabajando en mejorar la precisión para este indicador mediante la utilización de nuevas herramientas, en particular a través de un equipo LIDAR terrestre (TLS), que es un método no destructivo de obtener resultados de volúmenes y biomasa. Actualmente se está trabajando en el procesamiento de la información relevada con esta herramienta con apoyo académico. Estos resultados podrán mejorar las estimaciones de volúmenes con una mayor precisión.

Como consideración importante, se reafirma la importancia de las acciones relacionadas con la logística y la correcta planificación de las salidas al campo para el relevamiento. Las dificultades en el acceso en la mayoría de las parcelas, el estado del tiempo, la época del año, las distancias a recorrer, la búsqueda de alojamiento cercano al punto a inventariar, el contacto previo con referentes de la zona, son algunas de las consideraciones a tener en cuenta para ser eficientes en la ejecución de la tarea.

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