Fortalecimiento de las capacidades de gestión para la protección del bosque nativo

5. Recopilación de información para el área de interés

5.1 Información cartográfica

En cuanto a los antecedentes cartográficos de la zona de estudio, el primer registro que se tiene es el recubrimiento aero fotogramétrico del vuelo del Servicio Geográfico Militar del año 1966/67. En base a esos fotoplanos se realizó la primera carta forestal en el año 1980.

En el año 2004 la DGF en conjunto con la Dirección General de Recursos Naturales Renovables, y en base a imágenes Landsat 5, trabajó en la actualización de la carta forestal.

En el año 2012 se realizó una actualización de la carta forestal en base a Imágenes Landsat TM 2011 a través del Proyecto URU/10/G31“Producción de electricidad a partir de Biomasa en Uruguay” (PROBIO).

En el 2018 se presentó una nueva cartografía nacional de cobertura de bosque nativo en base a imágenes Sentinel 2 del año 2016 a través del Proyecto para la Reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques (en adelante REDD+) ejecutado entre la DGF y el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA, actualmente MVOT y MA).

Actualmente la DIA de DINACEA del MA, en el marco de la IRN está elaborando una nueva cartografía de bosque nativo para toda la Cuenca del Río Negro, con imágenes Sentinel del año 2021. Este producto ha sido utilizado como insumo para definir el área de estudio en este proyecto.

5.2 Estudios en bosque nativo

Uno de los antecedentes más importantes que cuenta el país sobre el recurso bosque nativo a escala nacional, es el IFN ejecutado por la DGF, cuya información ha sido la base para diferentes proyectos e investigaciones. Sus diferentes etapas (2009, 2011 y 2014-2016) han sido un importante esfuerzo humano y financiero de la institución. Cabe mencionar que lo objetivos del IFN de bosque nativo estuvieron acordes a la escala o alcance del mismo (nacional) y a las demandas de información existentes cuando se comenzó su planificación (a partir del año 1999). En este sentido, sus objetivos eran determinar las existencias y el estado productivo por tipos de bosque; servir de base para la determinación de medidas de recuperación de los bosques; determinar el estado de degradación de los bosques a partir de las especies exóticas invasoras y del estado de la regeneración natural. En este contexto, se relevaron alrededor de 150 variables a campo, incorporando no sólo información del punto muestral sino de su entorno.

A nivel metodológico, el IFN se basó en un sistema de estratificación de los recursos forestales (Bosque nativo y plantado) y se organizó a nivel de subcuencas (Nivel 2). Se desarrolló un muestreo sistemático mediante una malla de puntos a 1,9 kilómetros de distancia entre cada uno, para todo el territorio nacional, y se interceptó con la capa de bosques resultante de la cartografía, estableciéndose de esta forma las unidades de muestreo.

Específicamente para bosque nativo, los tipos relevados fueron: bosque de galería, de parque, serrano y de quebrada. Las unidades de muestreo correspondieron a parcela individuales de forma rectangular de 20 m por 10 m, lo que equivale a una superficie de 200 m2. En cada punto de muestreo, se recabó no sólo información dasométrica (diámetro a la altura del pecho [en adelante DAP], altura total [en adelante Ht]) y la caracterización de las especies de árboles y arbustos vivos que la conformaban, sino que también fueron incluidas variables del entorno (fauna, agua, suelo, relieve, productos no madereros, cobertura vegetal, entre otras). Además, dos variables que también aportan para evaluar el estado de conservación de nuestros bosques nativos, fueron incorporadas a lo largo del IFN. Éstas refieren a la cuantificación de la regeneración natural (todos los individuos arbóreos menores de 1,30 m de altura) y a la presencia y severidad de especies exóticas invasoras.

Como resultado de este trabajo de dos décadas, se cuenta con 1.465 unidades de muestreo distribuidas en las siete ecorregiones que presenta el país, lo que se traduce en una superficie relevada del 64% del bosque nativo a nivel nacional.

Respecto al listado de flora leñosa del Uruguay, actualmente, el trabajo de Haretche et al. (2012), reúne un total de 313 especies arbóreas y arbustivas, reunidas en 57 familias y 124 géneros, realizado en base a 7.418 registros de distribución, generando curvas acumulativas de riqueza de especies y estimando el potencial máximo de riqueza de especies a escala nacional y local.

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