Salud Mental

Avances y desafíos de las estrategias nacionales en el marco de la Ley de Salud Mental

En una mesa de intercambio que se realizó en el marco de la actividad llevada a cabo por el Día Mundial de la Salud Mental, Horacio Porciúncula, responsable del Programa de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (MSP); Alfonso Arocena, de la División de Protección Social del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y Jimena Píriz, de la dirección de la Salud Mental y Poblaciones de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), profundizaron sobre las acciones y desafíos que Uruguay tiene en relación al cuidado de la salud mental de la población.
Dia salud mental

Horacio Porciúncula comenzó por resaltar el hecho de que desde el Estado se tenga una mirada respecto a la salud mental que trascienda al MSP, que se pretenda dar un abordaje que vaya más allá de lo meramente sanitario para hacer de la salud mental un encare multidisciplinario. La salud mental se presenta como una prioridad para todos los ministerios, con una mirada global que implica verla como una necesidad desde cualquier enfoque. Si bien aún la situación de la salud mental en el país se encuentra lejos de los objetivos, Porciúncula celebró que se haya avanzado en el tema y de que haya perimido la idea de que las personas con estos trastornos deban permanecer aisladas para dar paso al trabajo para su inclusión real en la sociedad.

La pandemia de covid-19 acarreó el agravamiento de trastornos de salud mental que ya se padecían e hizo de detonante para que surgieran otros. En un comienzo, cuando disminuyó la actividad y gran parte de la población pudo permanecer en sus hogares, se estableció una situación que parecía hacer de contención, en la que hubo una baja en los números de suicidio y de consultas por patologías mentales, pero hacia finales de 2020 se constató un disparo en las consultas por situaciones de violencia, sobre todo intrafamiliar, que se espera siga en aumento o reflejándose en los próximos meses.

Para trabajar en la mejora de la atención y la salud mental misma, desde el MSP se está haciendo un trabajo conjunto entre las direcciones departamentales de salud, la dirección que las coordina, DIGECOOR y la dirección general de la salud (DIGESA), enriquecido con aportes de la sociedad civil, de manera de poder tener una mirada desde el propio territorio que permita tener en cuenta las características propias de cada lugar. Si bien los recursos humanos son escasos, sobre todo al momento de contar con siquiatras, la telemedicina es una herramienta que se está utilizando para capacitar al personal de salud del primer nivel de atención. Si bien esto no implica la sustitución del rol del siquiatra ni la atención presencial, sí es un gran apoyo al momento del avance en la detección de situaciones de trastornos de la salud mental y para tener una primera instancia de atención.

Trabajar con la educación, tanto formal como informal, también se plantea como una necesidad puesto que desde allí se puede actuar para que no persista la estigmatización, en los valores. Así es que se están aunando esfuerzos con el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el CODICEN, la ANEP y el INJU de forma de tener miradas conjuntas en lo que refiere a la atención de la salud mental.

La inclusión del plan de prevención del suicidio en los objetivos sanitarios fue resaltada por Porciúncula, quién además explicó que estará alimentado por la visión de distintos expertos que conformarán una comisión para asesorar en este sentido a partir de la semana próxima. El apoyo y la intersectorialidad son puntos claves que se reiteraron en todas las exposiciones puesto que las acciones aisladas no permiten sostener el trabajo comunitario, son necesarias las redes de contención, que sostengan.

Alfonso Arocena mencionó algunas de las dimensiones necesarias, sobre las que ya se está trabajando, para lograr la inserción plena de las personas que padecen trastornos de salud mental. Entre ellas se encuentran la vivienda, el trabajo, la educación, la convivencia y los derechos humanos entre otros. “Se debe trabajar en la interinstitucionalidad con la intersectorialidad como camino” afirmó Arocena, quien explicó que uno de los cambios de la ley de salud mental refiere a la evolución del hospitalocentrismo hacia la mirada comunitaria, de derechos humanos y sociosanitaria de la atención en salud mental. “Se necesita reformular estructuras, reforzar dispositivos; escalar y replicar los que han demostrado efectividad”.

Arocena afirmó que todas las personas, con los apoyos necesarios, pueden lograr un nivel de empleabilidad acorde y digno; se trabaja para saber cuáles son esos apoyos necesarios que permitan a las personas integrarse al mundo laboral, ya sea con trabajo protegido, trabajo asistido, con cuotas o en el mercado “natural”.

Otro punto importante en el tratamiento de la salud mental refiere a la disolución del estigma y la sensibilización. Desde el MSP, en conjunto con el Mides y las Intendencias de Montevideo y Canelones se hizo una campaña en este sentido. Este aspecto es uno de los cambios culturales más importantes que se necesitan; una sensibilización que impregne en la sociedad y quite prejuicios, como por ejemplo, el que refiere a la peligrosidad o violencia de las personas con trastornos de salud mental: no hay evidencia que vincule estos trastornos con actos violentos. En este punto se trabaja activamente con las organizaciones del ámbito educativo ya mencionadas, pero también con poblaciones específicas como los empresarios para que se establezcan cuotas para trabajadores que se encuentren en tratamientos de patologías mentales, comunicadores para que traten el tema de forma correcta y con familiares de enfermos de salud mental en sicoeducación y desde la sociedad civil.

La sistematización de la información es necesaria para los tomadores de decisiones; por esto se están definiendo indicadores y dimensiones que permitan establecer el estado de la población en salud mental y permitan monitorear la implementación de la ley.

Arocena también explicó que se avanza, con la Junta Nacional de Drogas, en la formación de equipos técnicos del Mides para brindarles herramientas de abordaje para casos de personas que tienen un consumo nocivo de sustancias, además de agilizar los mecanismos de derivación de la atención hacia la red nacional de atención al uso de drogas. También se busca la autonomía progresiva de personas que salen de internaciones del Hospital Vilardebó en una “casa de medio camino” y dos centros diurnos de atención de ASSE. Se encuentra operativa una casa de medio camino en la ciudad de Mercedes, próximamente se abrirá una en Pando, ya hay alojamientos con apoyo y viviendas supervisadas que lleva adelante el Mides junto con ASSE y se inauguró el Hospital de Día en el Centro Hospitalario Pereira Rossell para atender niños con problemas de trastornos mentales severos que no se encuentran en condiciones de una atención única en territorio.

Jimena Píriz habló del fortalecimiento que se está realizando en la atención mental en territorio por parte de ASSE, de la creación de cargos de alta dedicación para poder hacer frente a la merma de siquiatras en el país y de la creación de un equipo de trabajo para la prevención del suicidio, promoción y prevención de la conducta suicida, grupo que permite un mejor seguimiento en los casos de intentos de autoeliminación además de la mejora en los datos para la toma de decisiones. Píriz explicó que este equipo hace énfasis en el bienestar sicosocial y la atención integral en adolescentes y jóvenes, para lo que aúnan esfuerzos el MSP, MEC, ASSE y el INJU.

También se fortaleció la línea de atención VIDA (0800 0767) para lograr una más ágil derivación cuando es necesaria. La línea de apoyo que se estableció en pandemia (0800 1919) recibió 30.500 llamadas.

“El mejor tratamiento es la oportunidad” parafraseó Jimena Píriz a modo de resumen del espíritu con el que se trabaja y los logros a los que se pretende llegar.

 

 

 

 

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