Salud Mental

10 de octubre: Día Mundial de la Salud Mental

El domingo 10 de octubre se conmemoró un nuevo Día Mundial de la Salud Mental y el martes 12 se realizó una puesta a punto sobre lo que se viene trabajando a partir del cambio de paradigma que implica la Ley 19. 529, que conduce a la inserción de las personas que presentan trastornos en la salud mental a la comunidad, respetando sus derechos, y a establecer su atención de forma integral y multidisciplinaria.
Autoridades

El ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, dedicó unos minutos de su alocución a mencionar los grupos a los que la pandemia de covid-19 afectó más severamente por las circunstancias extraordinarias a las que los expuso; entre ellos se encuentra el personal de salud, que estuvo sometido al estrés que implicó la incertidumbre y atención de la pandemia, las personas que viven solas, por el aislamiento al que debieron someterse como medida de prevención de los contagios, las personas con enfermedades preexistentes y explicó que hubo un aumento en las consultas de salud mental y uso abusivo de sustancias.

Salinas celebró que en mayo de este año la Asamblea Mundial de la Salud haya reconocido la necesidad de ampliar el servicio de salud mental de calidad en todos los niveles de atención y que la promoción y el autocuidado de la misma sea un tema de sensibilización. En este sentido, señaló el jerarca, se está llevando adelante la implementación del artículo 11 de la Ley de Salud Mental con trabajo interinstitucional; se trabaja en conjunto con el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) entre otros, se aprobó una estrategia nacional de prevención del suicidio, que además se sumó a los objetivos sanitarios 2021-2025, y desde la Junta Nacional de Salud (JUNASA) se implementará una capacitación de estrategias de cuidado para el personal de salud con énfasis en la salud mental.

El ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, hizo un fuerte hincapié en la necesidad que hay de fortalecer los canales de comunicación entre las políticas y herramientas que se establecen y las personas destinatarias de ellas: “tenemos que trabajar en ese contexto interinstitucional que permita fortalecer ese canal de comunicación que una al emisor con el receptor”, un esfuerzo que ya se está llevando adelante y que es importante en cuanto a que puede implicar un cambio en el desenlace de algunas situaciones de alteraciones de la salud mental. “Un problema multifactorial requiere de abordajes múltiples”. En esta misma línea expresó la importancia que tiene la ejecución de la ley de salud mental que impone un cambio de paradigma y de concepción que fue respaldada por todo el sistema político al haber sido votada por unanimidad, “las leyes son para cumplir con las causas” y de allí la imperiosa necesidad de su instrumentación.

En cuanto a la incidencia de la salud mental en lo que respecta al trabajo del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), el ministro Lema lo ilustró aludiendo a cifras concretas de la población con la que trabaja ese ministerio: una de cada cuatro personas que vive a la intemperie tiene problemas de salud mental y nueve de cada diez tienen problemas de consumo de alcohol y pasta base – estos consumos problemáticos acarrean, o van de la mano muchas veces, con enfermedades de salud mental – y en el caso de las personas que se asisten en refugios del Mides, tres de cada diez tienen trastornos de salud mental mientras que son cuatro de cada diez los que tienen problemas de uso nocivo de sustancias. Así es que se ilustra claramente cómo es que la salud mental es un factor clave en el trabajo del Mides también.

“No se puede concebir el bienestar social sin tomar en cuenta el bienestar personal de todos nuestros compatriotas. Por eso, apostar al bienestar personal, bienestar espiritual, bienestar interior es, claramente, hablar de desarrollo y de bienestar social” finalizó Lema.

El representante de la OPS/OMS en Uruguay, Hernán Montenegro, hizo referencia al aumento en las tasas de ansiedad y depresión que hubo en toda América como consecuencia de la covid-19, así como se constató la interrupción de los servicios de salud mental y adicciones. Planteó el desafío que presenta el restablecimiento de la conexión entre los servicios y equipos de salud y las familias para volver a brindar servicios de calidad. En el caso de Uruguay, que ya cuenta con un marco normativo gracias a la Ley 19.529, Montenegro reafirmó el compromiso de apoyo e impulso por parte de la OPS al Plan Nacional de Salud Mental.

El director del INDDHH, Juan Faroppa, mencionó que a medida que disminuyen los prejuicios se puede incluir más personas, es decir, que la inclusión se debe dar para una mayor participación genuina en el marco del respeto de los derechos de cada persona, “lo que hace a la Democracia”. Faroppa resaltó la importancia del logro de consensos en la participación de los distintos actores y especificó que la campaña de salud mental que se realizó desde el INDDHH con el lema “menos prejuicio, más inclusión” es, en definitiva, un resumen de la historia de los derechos humanos: “en la medida que la humanidad advierte que hay nuevas necesidades de protección de la dignidad humana, inmediatamente se (los) busca tratar para que el Estado reconozca los derechos y se encaminen las políticas públicas necesarias para que se respeten esos derechos”.

En esta actividad también estuvieron presentes el subsecretario de Salud Pública, José Luis Satdjian; el director general de la salud, Miguel Asqueta; Horacio Porciúncula, responsable del Programa de Salud Mental del MSP; Fernanda Auersperg, Directora Nacional de Protección Social del Mides; Felipe Paullier, director del Instituto Nacional de la Juventud del Mides; Alfonso Arocena de la División de Protección Social del Mides; Jimena Píriz, de la dirección de la salud mental y poblaciones vulnerables de la Administración de Servicios de Salud del Estado; las diputadas Silvana Pérez Bonavita y Fernanda Araújo entre otras autoridades.

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