Pautas de atención nutricional de la mujer durante el embarazo y la lactancia
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La alimentación ha sido identificada como uno de los principales factores ambientales con influencia sobre el desarrollo fetal, así como en la salud materna. La nutrición de la mujer gestante tiene implicancias en la salud a largo plazo de la descendencia, en el desarrollo de enfermedades tanto crónicas como autoinmunes. Mecanismos epigenéticos que tienen lugar durante el embarazo explican, como la nutrición de la madre afecta el crecimiento del feto y de igual forma impacta en el desarrollo durante la infancia (1).
La desnutrición materna previa o durante el embarazo se asocia fuertemente a un mayor riesgo de morbimortalidad infantil (2). Una de las consecuencias vinculadas a la desnutrición materna y el aumento de peso insuficiente durante el embarazo, es la restricción del crecimiento intrauterino, que a su vez muestra vinculación al riesgo aumentado de retraso en el crecimiento durante la infancia (3). Asimismo, el retraso
de crecimiento se transmite de generación en generación, posiblemente mediado por mecanismos epigenéticos (4), y constituye, además, un factor de riesgo frente al desarrollo de obesidad más tarde en la vida (5).
La obesidad materna por su parte es reconocida por incrementar los riesgos de complicaciones durante la gestación, parto y posparto tales como, diabetes gestacional, preeclampsia, eventos tromboembólicos, obesidad a largo plazo de la mujer, aborto espontáneo, inducción al parto, episiotomía, cesárea, infección
de la herida quirúrgica y hemorragias postparto (6–9). También ha sido estudiado el impacto de la obesidad materna antes del embarazo y el aumento de peso gestacional excesivo, y sus consecuencias a largo plazo en la salud y el bienestar de la descendencia, incrementando el riesgo posterior de obesidad, diabetes, hipertensión arterial, hígado graso y cambios de comportamiento en el niño (7).
Según los registros del Sistema Informático Perinatal (SIP), en el año 2021, alrededor de la mitad de las mujeres presentaron un índice de masa corporal (IMC) adecuado previo al embarazo. Si bien el bajo peso se observa en una proporción reducida de las gestantes (4,2%), un alarmante número de mujeres afronta el embarazo presentando sobrepeso u obesidad (46,8%). Esta situación y sus potenciales consecuencias representan un enorme desafío para la salud pública y en particular para el sistema de salud, pero a la vez, brindan la oportunidad de implementar intervenciones efectivas que contribuyan al alcanzar los mejores resultados en términos de salud y nutrición tanto para la mujer como el niño.
En este sentido, las pautas del Ministerio de Salud Pública - Área Programática de Salud Sexual y Salud Reproductiva establecen que, desde el momento de la captación, la mujer embarazada debe ser derivada a consulta con un Licenciado en Nutrición para su valoración (10).
Esta publicación tiene el objetivo de apoyar a los equipos de salud del Primer Nivel de Atención involucrados en la atención prenatal, y en especial a Licenciados en Nutrición, brindando orientaciones sobre prácticas basadas en evidencia para mejorar la nutrición de las mujeres en etapa de embarazo y lactancia.
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