Mesa de trabajo "Cibercrimen"

Resumen del intercambio

A continuación se presenta el informe general de la mesa de trabajo “Cibercrimen” donde se encuentran sistematizados y sintetizados los aportes de cada subgrupo. Se mantuvo la estructura estipulada en la agenda de la actividad, que consistió en dos rondas de intercambio. 

Cabe destacar que si bien cada una de las rondas de participación tenía foco en un eje específico de la ENC, en la mayoría de los casos la discusión se vio enriquecida excediendo la temática propuesta. 

Parte 1. Ronda de intercambio sobre el borrador 

Esta primera ronda se dividió en dos partes, en las cuales los participantes realizaron aportes sobre el borrador. En la primera parte identificaron aportes generales sobre la propuesta, mientras que en la segunda identificaron aportes específicos sobre el pilar “Cibercrimen”. 

Parte A. Aportes generales sobre la propuesta borrador

En esta primera parte, la pregunta disparadora fue: ¿Qué aspectos consideran más relevantes en la propuesta del primer borrador de la Estrategia Nacional de Ciberseguridad para abordar eficientemente retos y desafíos en torno al Cibercrimen?  

Educación y cultura 

Hay una percepción prioritaria de la educación y cultura de la ciberseguridad en general. 

Se percibió el tema de la cultura y la educación como transversal a toda la Estrategia, ya que sin ellas no es posible avanzar en ciberseguridad. Se consideró importante que se generen los espacios para que la educación sea transversal. La educación dará sus frutos a largo plazo, por lo que es un tema urgente para enfrentar los desafíos de ciberseguridad futuros, especialmente a medida que las tecnologías sigan creciendo con rapidez.  

Se necesitan campañas para que la gente conozca lo que supone la ciberdelincuencia a todo nivel. La ciudadanía debe saber cómo, cuándo y dónde denunciar y que los órganos que deben dar respuesta la provean adecuadamente.  

Se remarcó la necesidad de generar una cultura en materia de ciberseguridad para las empresas, ya que la percepción del riesgo no es alta y no hay conciencia hasta después de ocurrido un ciberataque. 

Capacitación de todos los actores  

Se resaltó la importancia de desarrollar las capacidades de la Estrategia. Se puso especial énfasis en sensibilizar y educar a los decisores para lograr que se destinen recursos a cuestiones de ciberseguridad. 

Se reconoció la necesidad de concientización de todos los actores, como por ejemplo los magistrados. También se señaló que los parlamentarios no poseen la educación especializada necesaria para legislar y requieren capacitación además de asesoramiento de expertos.  

Es necesaria la educación en las primeras líneas de batalla, es decir, en las comisarías. 

La capacitación legal es imprescindible: actualmente no se conoce cómo recoger evidencia y a la hora de proveer evidencia válida se pierde, o se deteriora. La Policía y la Defensa deberían ser los líderes en la cuestión. 

Falta capacitación y recursos en las Fiscalías y en el Poder Judicial. Hoy en día los jueces, quienes en definitiva son los que tienen que autorizar los procedimientos, no saben incorporar la evidencia digital. 

Definición de niveles estratégicos 

Se destacó la importancia de definir diferentes niveles de trabajo: el nivel estratégico, el nivel práctico y el nivel operativo. Además, se añadió que estos niveles deben implementarse a nivel nacional y a nivel internacional, considerando casos de otros países para aprender. 

Cooperación internacional  

Otro punto relevante teniendo en cuenta que el ciberdelito es internacional es la regulación de la cooperación jurídica internacional, especialmente para el cibercrimen.  

Es importante tener en cuenta que el cibercrimen rompe fronteras.  

Si bien hay convenios y tratados firmados entre países, al no tener una normativa interna que regule, sucede que cuando piden cooperación a Uruguay no puede brindarse porque no hay regulación interna que aclare los procedimientos, y viceversa, Uruguay no puede pedir asistencia.  

Se sugirió incluir una línea de acción para alinearse con estándares internacionales como NITS, ETSO o ISO (con normas como la ISO 27037 y 27042 que brindan buenas prácticas para el manejo de evidencia digital) en el combate al cibercrimen. 

Coordinación y cooperación interna 

La coordinación y la cooperación también tuvieron su foco: las actividades deben de estar coordinadas considerando que hay competencias que aplican a más de una temática. Se considera que en este pilar falta una referencia explícita al pilar de “Gobernanza”, donde se expresan ideas concretas para definir competencias, responsabilidades y mecanismos de interacción. 

Se destacó la necesidad de mejorar la coordinación y cooperación institucional, especialmente con la fiscalía, y se subrayó la importancia de establecer estándares y una organización adecuada, ya que el flujo de información es actualmente inadecuado y las unidades están desorganizadas. 

Se resaltó la cooperación entre entes del Estado y otros actores. Se deben de coordinar los esfuerzos de acuerdo a los diferentes niveles mencionados y con actores nacionales e internacionales.  

Se subrayó que el ámbito privado puede aportar insumos y material, y es fundamental crear un ámbito de intercambio que fortalezca a todos. El intercambio de información entre los privados y el sector público es imprescindible: se deben implementar canales o plataformas que permitan realmente ese intercambio. 

Marco normativo 

Se destacó la importancia de desarrollar un debido marco regulatorio para que la Estrategia funcione de forma óptima. 

Ante todo, para poder implementar efectivamente la Estrategia, es necesario contar con un marco regulatorio que ampare a los actores involucrados y a la Estrategia en sí misma – es decir, es necesario tipificar. Para tipificar se debe conocer qué es un delito informático, cuál es la realidad de lo que está sucediendo en el entorno digital. No alcanza con importar modelos de otros países, sino que hay que asegurarse de que correspondan a la realidad criminológica del país.  

Se señaló que la legislación debe tener en cuenta también los intereses de los ciberdelincuentes para ser efectiva.  

Hubo preocupación por la falta de regulación de Internet. Deberían surgir leyes más específicas de ciberseguridad para que no se tengan que utilizar leyes generales de funcionalidad comparativa. También se planteó que debe legislarse el desbloqueo compulsivo de dispositivos electrónicos. 

Respecto al proyecto de ley que está en el Parlamento desde agosto de 2021, se señaló que le falta la parte procesal, como la creación del Registro de ciberdelincuentes. Además, se resaltó que cuando salga ya va a haber quedado atrasado.  

Recolección y gestión de datos  

La información debe estar sistematizada.  

Prevención 

Se resaltó la necesidad de trabajar en la prevención y poner estándares mínimos como exigencia. 

Se comentó que la prevención no solo se da a través de la educación formal, sino que también a través de ciertos actores que ya pasaron por el sistema educativo y no acceden a los recursos y conocimientos. En este contexto, la parte presupuestal cobra gran importancia para llegar a actores que no tienen el mismo acceso a mecanismos de protección y educación. Se destacó a las pymes como este tipo de actores que se encuentran en mayor vulnerabilidad. 

Glosario 

Se destacó la necesidad de que haya un glosario con definiciones de los distintos términos. 

Repeticiones y solapamiento 

Se propuso revisar algunas repeticiones que se dan a lo largo de la Estrategia, manifestándose que hay solapamiento entre los pilares. También se subrayó que los temas tratados son muy amplios, y falta bajarlos a tierra.  

Protección de los derechos de las personas 

Se expresó que la propuesta debe centrarse en proteger los derechos de las personas. 

Diversidad de impactos  

Es importante tener en cuenta el impacto diferencial que tiene el cibercrimen en distintos sectores de la población: hay estadísticas mundiales que muestran que el cibercrimen incide diferencialmente según el género, la edad y la orientación sexual, entre otras categorías. 

Seguimiento y monitoreo 

Se entendió fundamental definir el seguimiento y monitoreo de la estrategia y que sea independiente del gobierno, que se le dé continuidad y a su vez que se midan los resultados. 

Laboratorio forense, Fiscalía especializada y cadena de custodia  

Se sugirió crear una Fiscalía especializada con el objetivo de, entre otros, cuidar adecuadamente la cadena de custodia de la evidencia digital.  

La cadena de custodia debe estar incluida en una metodología general forense, dentro de un marco. En la Estrategia se da una propuesta de crear un Laboratorio Forense pero hay que definir cuál es la comunidad que atenderá. Además, exige un grado de inversión y capacitación elevado y, ante todo, implica reconocer la brecha entre la realidad y la posibilidad de concretar. Debe abarcar a todos los actores que toman contacto con indicios o evidencias.  

Parte B. Aportes específicos sobre el pilar a analizar en la mesa  

En esta parte, se les preguntó a los y las participantes: ¿Qué aspectos específicos de cibercrimen creen que podrían mejorar el abordaje del pilar “Cibercrimen”?  

En general, hubo consenso alrededor de los objetivos y líneas de acción del pilar de cibercrimen. Algunos de los aportes específicos son los siguientes: 

Precisión de las propuestas  

Se felicitó la iniciativa, considerándola un buen punto de partida y una estrategia general amplia que abarca varios pilares importantes. Sin embargo, los comentarios acerca de su grado de precisión y alcance fueron mixtos.  

Por un lado, se criticó la superficialidad del contenido, señalando la falta de profundidad en la definición de términos y en la concreción de la estrategia y el marco normativo. Es necesario definir el idioma de la Estrategia, y se requieren precisiones para que se pueda traducir mejor a iniciativas. Se ofreció el ejemplo de la propuesta de creación del Laboratorio Forense, señalando que hay que identificar lo que va a poder atender, y también lo que va a contener. Se tendrá que retrabajar el texto y hacer precisiones. 

Por otro lado, se sugirió mantener el pilar en una perspectiva general, ya que ser abarcativo en varias cuestiones específicas es contraproducente a la urgencia del tema. Las especificaciones deben de concretarse más adelante. 

También se comentó que se podrían destacar otras dimensiones dentro del enfoque de cibercrimen, como la defensa de los derechos humanos y de la soberanía. 

Además, se señaló que se deben identificar correctamente los actores para cada línea de acción. Se destacó la importancia de evaluar el impacto de las exigencias y requisitos en los diferentes actores: es común pensar en base a los problemas de aquellos más grandes como los bancos, sin percibir la realidad de otros actores como las pymes, que no cuentan con las mismas capacidades. 

Cibercrimen: ¿pilar o eje transversal? 

Hubo una discusión sobre si el cibercrimen debería ser un pilar o un tema transversal. Por un lado, se argumentó que debería ser un pilar debido a la importancia y especificidad del combate del cibercrimen. Actualmente en Uruguay, el marco regulatorio no está definido, por lo que marcar el cibercrimen como pilar enfatiza la urgencia del tema a nivel nacional y la necesidad de crear un marco regulatorio. Además, la educación mostrará resultados a largo plazo, por lo que es razonable tener el cibercrimen como pilar hasta que otros pilares como el de Cultura y Ecosistema cobren mayor fuerza, ya que no se puede esperar que los actores actúen por su propia voluntad. Darle este valor al cibercrimen fomenta la colaboración y la participación de los diferentes actores. 

Por otro lado, se defendió que mientras que la inclusión del cibercrimen en la Estrategia es crucial, es un tema muy amplio que la Estrategia no podrá cubrir en su totalidad y tendrá necesariamente que recurrir a otras herramientas. El cibercrimen necesita de normativa, protección de datos, colaboración entre actores, educación, y muchos otros aspectos que lo vuelven un eje transversal a todos los otros pilares de la Estrategia.  

Se sostuvo que los elementos constitutivos para la Estrategia son el marco regulatorio, la capacitación y concientización, y la protección de los derechos, mientras que cibercrimen es un aspecto específico que cruza transversalmente todos los otros temas fundamentales. El debate finalizó en un consenso donde se decidió que actualmente, debido al contexto de Uruguay (específicamente la ausencia de marco regulatorio que integre el cibercrimen), tiene sentido que el cibercrimen se mantenga como un pilar en la Estrategia, ya que le enfatiza la importancia y urgencia del tema. Se espera que para ediciones futuras de la Estrategia Uruguay ya cuente con adelantos en este marco regulatorio sobre cibercrimen, por lo que podría pasar a ser un eje transversal en vez de un pilar.  

Formación 

La formación para todos y en forma continua es fundamental, y la actualización es clave. 

Quienes legislan tienen que mantenerse actualizados. Debe haber un especialista trabajando constantemente con los legisladores, brindando un asesoramiento más dinámico. Es de suma importancia legislar rápido. 

Se recalcó que desde la magistratura no se sabe cómo tratar el tema de las nuevas tecnologías. La norma no puede regular todo, pero tiene que dar una pauta. Los funcionarios judiciales necesitan contenido sustantivo y procesal para poder operar. 

Aunque existe una oferta educativa en ciberseguridad, falta atraer talento, incluyendo profesionales de otras áreas como el derecho. Se abogó por desarrollar una industria de software seguro en Uruguay y posicionar la industria de ciberseguridad a nivel nacional. Se mencionó la importancia de formar ciberdiplomáticos. 

Colaboración 

El tema de colaboración con los organismos debería conformar un subtítulo entero aparte, ya que es muy abarcativo. Se propusieron tres líneas de acción para subdividir la cuestión de colaboración:  

  • una primera línea que establezca acuerdos referidos a lo que son las agencias de cibercrimen, (Interpol, por ejemplo);  

  • una segunda línea que refiera a la colaboración con el sector privado dado que mucho del apoyo de la investigación de ciberdelitos depende del aporte de este sector (interactuar con Google, con Meta); 

  • una tercera línea que suele denominarse “comunidad de ciberinteligencia”, que mantenga actualizados los avances y las mediciones (incluyendo incidentes, previsiones y respuestas tanto en lo estatal como en lo privado). Un organismo del tipo del CERTuy podría coordinar la comunidad.  

Se deben desarrollar protocolos, siguiendo los marcos de trabajo que ya hay.  

Presupuesto 

Hay que determinar presupuesto. Se propuso que el financiamiento sea un objetivo en sí mismo dentro de cibercrimen. 

Se señaló que el sistema acusatorio debe estar preparado para enfrentar el cibercrimen con suficiente financiación. 

Declaración de incidentes  

Hay que planificar lineamientos para poder comunicar incidentes.  

Hay mucho secretismo en el reporte de incidentes por el impacto que puede tener revelarlos, entonces hay que lograr que se comparta la información al menos parcialmente. Debería haber un plan de comunicación o una ley que disponga plazos obligatorios para declarar vulneraciones y filtraciones. Para ello se requeriría un CSIRT nacional que maneje toda esa información y la haga circular.  

Se propuso que el intercambio de información sea un objetivo en sí mismo.  

Convenio de Budapest 

Con respecto al Convenio de Budapest, se sugirió que debería haber una revisión, debido a que la tecnología cambia velozmente. Sin embargo, más allá de que haya críticas sobre el mismo, se resaltó que está funcionando, por lo que es importante ratificarlo. Se recalcó la necesidad de fortalecerlo mediante recursos y capacitación a la Unidad de Cibercrimen.  

Se recomendó no mencionar la adhesión al Convenio en la introducción, sino que implementar los puntos necesarios para adherirse.   

Marco normativo 

Se destacó que es necesaria la tipificación de ciertos delitos que no pueden faltar, citando como ejemplos los delitos de suplantación de identidad y fraude cibernético. Su subrayó que hay que incorporar en un marco regulatorio la colaboración internacional y la colaboración intrainstitucional local. 

También se propuso que, además de la ley, tendría que existir un Comité Técnico que revise cada seis meses y actualice.  

Como aspiración a futuro, se sostuvo que es indispensable llevar adelante una reforma procesal. En ella habría que incorporar la regulación legal de la cadena de custodia de la evidencia digital y abordar las garantías individuales. Se deben prevenir los perjuicios irreparables protocolizando la gestión de la evidencia. Se debe establecer hasta cuándo se conservan las evidencias. Es esencial contemplar también la protección de derechos frente a una agresión sexual. El tratamiento del ciberdelito no debería ser asimilable al tratamiento de los delitos físicos: hay que establecer procedimientos específicos. 

Sistema de denuncias  

Se debe contemplar la necesidad de establecer un sistema de denuncias, un canal lo más amigable posible (podría ser un 0800 o una aplicación), y que este canal alimente a una Fiscalía especializada que lidere la investigación. A través de esa actividad ésta podrá ir actualizando periódicamente los protocolos de intervención.  

Reportes periódicos  

Deban realizarse reportes periódicos, tal vez anualmente, que evidencien cuáles son los peligros para poder así actualizar la respuesta a los delitos prevalentes en un momento dado.  

Fraude 

Se mostró preocupación por delitos de fraude a través de plataformas como Marketplace o Mercado Libre. Además de los altos niveles de captación, es muy difícil de detectar, no existe regulación de fraude específica, no hay protocolos determinados y no hay una cultura de denunciar este tipo de crímenes. A la vez, las denuncias a veces no se concretan. Por este motivo, es crucial la regulación no solo en cuestiones de delitos informáticos, sino también para definir protocolos y procedimientos. El aumento del comercio electrónico aumenta la vulnerabilidad de las personas. Estas vulnerabilidades deben ser tratadas de forma específica a través de verticales. 

A la vez, se resalta la necesidad de la educación financiera y de cibercrimen para prevenir este tipo de delitos. 

Protección de los derechos de las personas 

Se sugirió agregar la frase “con foco a la protección de los derechos de las personas” en algunas líneas de acción de cibercrimen.  

Se comentó que en ciertos casos de intercambio de información de algunos delitos se manejan números de teléfono, datos de identidades, y otras cuestiones sensibles. Se debe poner el foco en la protección de la privacidad de la víctima.  

Laboratorio forense 

Se celebró la iniciativa del laboratorio forense digital. Sin embargo, hay que asegurarse de que se utilice adecuadamente, y hay que definir precisamente sus objetivos y competencias.   

Parte 2. Aportes estratégicos, priorización e identificación de actores para el pilar de la mesa  

La segunda mitad del intercambio se dividió en tres partes centradas en aportes estratégicos que incluían plantear objetivos, proponer actividades específicas y analizar su viabilidad.  

Parte A. Validar los objetivos planteados en el capítulo del pilar de la mesa

En esta parte las personas participantes discutieron acerca de los objetivos planteados en el pilar “Cibercrimen”. 

Se recalcó la importancia del cibercrimen como pilar de la Estrategia. 

De manera general, se aprobaron los objetivos planteados, y se apoyó su carácter amplio para tratar los diversos temas planteados. 

Se subrayaron algunos desafíos:  

  • Se señaló que hay un desfasaje entre la evolución de la tecnología, los delitos informáticos, y la normativa. 

  • También se subrayó que se deben mejorar las estrategias de atracción de talento. Se sugirió desarrollar mecanismos para atraer talento de otras profesiones, como por ejemplo el Derecho. 

  • Se resaltó que en el proyecto de ciberdelitos falta la parte procesal y operativa. 

  • También falta una política de priorización de los cibercrímenes. 

Para atender estas carencias, es importante aprender de las experiencias de otros países. 

Por otro lado, se propusieron algunas modificaciones:  

Se sugirió que el primer objetivo (“Desarrollo de las capacidades relativas al cibercrimen”) debería enmarcarse en una ley específica de ciberdelito en vez de ser un objetivo general dentro de la Estrategia. Esto se debe a que requiere de varias cuestiones específicas que quizá no puedan abordarse de manera total a través de la Estrategia. En la Estrategia se debería de hacer referencia a la importancia de este objetivo, pero sin abordarlo. 

También se propuso añadir el desarrollo y fortalecimiento del marco regulatorio como objetivo para darle la importancia y urgencia que merece. Sin un marco regulatorio es difícil abordar el resto de los objetivos y líneas de acción. 

Se comentó que debería de existir algún organismo que tenga las capacidades de ente regulador en materia de cibercrimen, ya que hay esfuerzos de múltiples actores diferentes que capaz no encuentran punto de unión para coordinar y colaborar. En base a esta idea, se propuso un nuevo objetivo: “Identificar una institución que sea un ente coordinador de los esfuerzos de cibercrimen y fomentar su crecimiento”. De crearse este objetivo, habría que analizar la normativa, ya que actualmente AGESIC es el responsable por ley, pero el tema a tratar es demasiado amplio para que AGESIC pueda cumplir este rol en su totalidad. 

Parte B. Aportes sobre actividades/acciones para el pilar específico de la mesa  

Se sugirieron algunas modificaciones en la redacción, y se plantearon acciones para implementar.  

Las modificaciones sugeridas fueron las siguientes: 

Introducción al pilar  
  • En la introducción al pilar, evitar la palabra “inminente” y sustituirla por “impostergable”: “Es impostergable abordar el combate al cibercrimen de forma proactiva y colaborativa.” 

Objetivo 1 
  • En la descripción del objetivo 1, se argumentó que se debería quitar la parte sobre el proceso de adhesión del convenio, y colocarlo como línea de acción. A su vez, se debe identificar lo que falta para la adhesión e implementarlo. 

  • En la línea de acción i del Objetivo 1, además de “investigación y gestión”, que implica ya combatir el problema del cibercrimen, deberían de también incluirse la “detección y prevención” como capacidades que deben generarse en etapas anteriores.  

  • En la línea de acción ii del Objetivo 1, se debería agregar: “hacer hincapie en la cooperacion internacional.” Se subrayó que en el convenio de Budapest está prevista la obligatoriedad de la cooperación con los actores privados. Aún se debe resolver eso en Uruguay. 

  • Respecto a la línea de acción iii del Objetivo 1, se sostuvo que las “carreras de especialización vinculadas a la temática” no es el mejor enfoque, ya que les da mucha prioridad a las carreras cuando hay otros públicos de importancia que también deben de ser capacitados, como los altos cargos y la población. 

  • Se propuso agregar una cuarta línea de acción sobre alineación con estándares internacionales en la temática (por ejemplo, NIST, ISO, ETSI). Este estándar debe ser coordinado y compatible con los demás países. 

Objetivo 2 
  • En la línea de acción i del Objetivo 2 (“Establecer un laboratorio nacional de forense digital que brinde servicios”), borrar “a la comunidad”. Debe brindar servicios al sistema de justicia, con independencia técnica y protección legal de sus técnicos, y en colaboración con la academia. También se debe establecer una política de priorización de incidentes y delitos. 

  • Respecto a este laboratorio, se sugirió corregir “forense”, reemplazándolo por “forensia”.  

  • También se propuso agregar las estrategias de apoyo a las víctimas del cibercrimen como una línea de acción, ya que no se encuentran contempladas. El “apoyo” incluiría la orientación, prevención y apoyo posterior como asesoramiento. Esta idea fue un punto de debate, ya que otras personas participantes consideraron que el apoyo a las víctimas es un aspecto de cultura más que de cibercrimen. 

  • También se sugirió definir una línea de acción respecto al fortalecimiento de una fiscalía especializada en cibercrimen, añadiéndose que su funcionamiento se verá facilitado y mejorado si se establece por ley. Sin embargo, se advirtió sobre la delicadeza del tema, ya que la amplitud de los posibles ciberdelitos lleva a que el abordaje y trabajo de cada delito sea muy diferente; por lo tanto, habría que ver si el rol recaería totalmente en un único actor como la fiscalía especializada o en diferentes canales. 

Además de las propuestas mencionadas directamente vinculadas a ciertos objetivos y líneas de acción, surgieron las siguientes ideas para integrar y considerar en el pilar sobre cibercrimen. 

Laboratorio forense 

Se cuestionó su necesidad ya que en Uruguay existen muchos laboratorios muy importantes, pero finalmente se reconoció la importancia de la creación del laboratorio forense como ente unificador. Sin embargo, debe quedar explícito a qué público está dirigido y se deben definir precisamente las cuestiones que atenderá.  

Capacitación en el Poder Judicial y en el Poder Legislativo  

Se recalcó la necesidad de dotar al Poder Judicial de colaboradores y equipos independientes de la Policía, haciendo hincapié en que a veces la investigación queda en manos poco profesionalizadas. Se subrayó que debería existir un ente regulador con sistemas de control que estén sujetos a revisión. 

Se recomendó realizar capacitaciones hacia funcionarios parlamentarios y jurídicos. Se destacó la importancia de llevar los temas de ciberseguridad al Poder Legislativo con las visiones de todos los actores que han participado en estas Mesas de Diálogo. 

Necesidad de regulación 

Se resaltó la necesidad de regular, es decir:  

  • Falta una tipificación,  

  • Falta una ratificación del Convenio de Budapest,  

  • Falta una clara determinación de cómo vamos a hacer para cooperar internacionalmente y cómo vamos a cooperar inter-institucionalmente en lo local. 

Respecto a la regulación de cibercrimen, se comentó que existen distintas categorizaciones. Por ejemplo, la clasificación de la Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad (ENISA) divide a los ciberdelitos en tres tipos: 

  • Tradicionales: Delitos que se cometían antes de Internet y que ahora también se cometen a través de Internet, pero la escala en la que se cometen no ha crecido debido al nuevo canal. El fraude es un ejemplo de esto. 

  • Transicionales: Delitos que se cometían antes de Internet y que ahora también se cometen a través de Internet, pero la escala en la que se cometen sí ha crecido debido al nuevo canal. Los delitos de contenido sexual son ejemplo de esto. 

  • Digitales: Delitos que no existían antes de Internet, por lo que son digitales propiamente dicho. El phishing es un ejemplo de esto. 

Se comentó que se debe comenzar a identificar todo lo que pueda ser definido como “ciberdelito” y luego jerarquizarlo en base al impacto y al riesgo. 

Disponibilidad de información 

Se discutió mucho acerca de la disponibilidad y el manejo de la información: se debe determinar quién la maneja, para quién, cuándo, y cómo. A partir de eso se podrá determinar la tipificación y proceder a investigaciones. 

Necesidad de un campo estadístico 

Se necesita un campo estadístico aplicado a esta materia, porque en definitiva antes incluso de tipificar, una adecuada medición de esta criminalidad sería esencial. También es esencial la periodicidad con la cual se brinda la información: se propuso establecer un reporte anual para medir cada agresión y poder reorganizar los esfuerzos según la criminalidad preeminente en cada momento concreto. 

Sistematización de las denuncias 

También se consideró clave la sistematización de las denuncias: se debe determinar un mecanismo, un canal sencillo para que todos los ciudadanos puedan recibir respuestas. Los asuntos deben tener seguimiento; se les debe brindar la solución y una resolución a su caso. 

Creación de una Fiscalía especializada y de un Observatorio de cibercrimen 

Se vio necesaria la creación de un Fiscalía especializada. Sería un modo de profesionalizar el tratamiento de estas cuestiones, no solamente en lo inmediato sino a posteriori con el desarrollo de futuras capacidades y resiliencias que el propio Estado debe ir conformando. Se deben ir formando protocolos propios para cada delito, lo que va a ayudar a su vez en investigaciones posteriores. 

También se sugirió crear un Observatorio de cibercrimen, incluyendo a la academia. 

Tratamiento de la evidencia digital 

Respecto al punto del tratamiento de la evidencia digital, la reforma procesal es clave para brindar mecanismos hábiles y garantistas. No existe actualmente una cadena de custodia de la evidencia digital determinada y clara. Esto debe establecerse.  

Concientización 

No es posible conformar todo este ecosistema sin una adecuada concientización. Esto es clave en todos los ámbitos: en la academia, en los propios órganos del Estado. Se propuso que quizás la Fiscalía especializada o el CSIRT podría cumplir esa función, o se podría implementar un esfuerzo coordinado entre ambos. Todos debemos ser conscientes para poder denunciar, y que esas denuncias a su vez encaminen procedimientos de investigación más ordenados.  

Incentivos al sector privado  

Se trajo a la mesa la necesidad de encontrar el debido incentivo para el sector privado. En base a esto, se mencionó establecer una certificación en ciberseguridad que sirva como beneficio, u ofrecer exoneraciones impositivas.  

También se propuso implementar una exigencia de requisitos mínimos de seguridad en licitaciones públicas de productos y dispositivos tecnológicos.  

Finalmente, se recomendó hacer más explícito el enfoque de apuntar a la capacidad de resiliencia frente al cibercrimen. 

Parte C. Analizar viabilidad, priorizar acciones e identificar actores vinculados

La mayoría de las mesas no llegó a evaluar este punto, pero se subrayó que es necesario hacer un análisis previo de los actores involucrados. 

Como posibles actores, se mencionó al Poder Legislativo (para que pueda entender las necesidades y consideraciones técnicas) y, dentro del Poder Ejecutivo, a AGESIC. La industria y la sociedad civil también deberían participar.  

Además, se propuso lo siguiente por escrito:  

Objetivo 1: los actores serían la academia, Presidencia, los sectores privados, la policía, la Fiscalía, el Poder Judicial, la comunidad legal y el gremio.  

Objetivo 2: los actores serían la academia, la educación no formal, Presidencia, el Ministerio de Economía y Finanzas, el Ministerio del Interior, Fiscalía y el Poder Judicial.

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