Exposición en la CIU

Discurso del ministro Omar Paganini por el Día de la Industria

El titular del MIEM fue uno de los oradores en la celebración, que también conmemora el 124º aniversario de la Cámara de Industrias del Uruguay.
Paganini habla desde un atril; a su lado, en una mesa, está Antía; detrás, un banner de la fecha

Sr presidente de la República

Sres. Secretario y Prosecretario de la Presidencia

Sres. Ministros y subsecretarios

Sr subsecretario del MIEM

Sra Directora Nacional de Industrias

Sres. Directores de Entes Autónomos

Sr Presidente y Directivos de la Cámara de Industrias

Directivos de cámaras empresariales

Autoridades nacionales y departamentales,

Sres. Legisladores

Empresarios de la industria

Sras y Sres

 

Es una satisfacción poder ser parte de la celebración del Día de la Industria, que conmemora asimismo el 124º aniversario de la Cámara de Industrias del Uruguay. A lo largo de la historia, esta institución ha sido un aliado clave para el desarrollo productivo, económico, tecnológico y social del país.

Un país sin una industria que capitalice su producción primaria, aporte trabajo, conocimiento, talento, y que atienda las necesidades de su gente, no puede conseguir niveles de desarrollo que garanticen la prosperidad de su pueblo.

Los industriales uruguayos han demostrado una gran capacidad de adaptación en los momentos difíciles que nos tocaron vivir, como recientemente en la pandemia del COVID 19. Entre enero y setiembre, el volumen físico de producción industrial aumentó 6,2% frente al año pasado, y está 12% por encima de los niveles prepandemia.

Esos números demuestran que el sector ha sido un motor de la economía, y fue un sustento relevante en áreas estratégicas, entre otras cosas para sostener y luego reactivar la actividad económica en la pandemia.

También demostró que unida a la capacidad tecnológica con la que cuenta Uruguay, está llamada a innovar y crear valor, dando respuesta a las nuevas demandas y problemas del mundo globalizado. Es que estamos viviendo tiempos disruptivos que nos obligan a adaptarnos rápidamente a los cambios para lograr ser competitivos. Hoy podemos decir que la industria está afrontando un proceso de transformación radical, donde cada vez más los sectores manufactureros están sustentados en la incorporación de tecnología, constante innovación y una preocupación especial por la sostenibilidad. No hay que olvidar a las PYMES que sustentan las respectivas cadenas de valor, fuente clave de empleo, y el papel central del emprendedurismo, un semillero y motor fundamental de cara al futuro.

La mejora de los procesos, la búsqueda de nuevos mercados, la capacitación constante para adaptarse a las nuevas demandas, y la especialización en nichos específicos de producción -sumados al factor distintivo de la sostenibilidad-, son elementos que contribuyen a mejorar las condiciones competitivas del país.

Ese es el camino que nos abre la puerta para ocupar nuevos espacios en el mundo globalizado, pero sin soslayar las ventajas comparativas que nos han permitido llegar a donde hoy estamos, con productos que son reconocidos y valorados en los principales mercados. Como sabemos, Uruguay tiene en su industria agroexportadora un sector sólido y competitivo, con una oferta de calidad y buen acceso internacional.

No debemos olvidar que tenemos un mercado interno pequeño, pero por eso mismo sabemos que nuestro futuro está en ser un competidor global. Nuestro país puede competir apostando a la calidad, a la innovación, a la flexibilidad y a la sostenibilidad. Nuestros industriales saben bien de esto, y lo vienen aplicando desde hace años.

Desde el gobierno, estamos convencidos de que el camino está en avanzar en una necesaria mayor apertura, que permita posicionarnos en nuevos mercados y mejorar las condiciones de acceso a los ya existentes. Para el grueso de la producción industrial actual, la apertura será una buena noticia porque permite derribar eventuales protecciones arancelarias y para-arancelarias. Pero debemos tener presente también que todavía existen sectores de actividad industrial que, si bien ya han sido impactados por la globalización y los nuevos modelos productivos, deben ser especialmente atendidos en las negociaciones comerciales que se inicien con terceros países o bloques. En esta visión, contamos con la validación del sector privado industrial, reflejada por ejemplo en la posición que esta cámara ha expresado en más de una oportunidad.

También creemos que la inversión es clave para conseguir los objetivos de desarrollo. En ese sentido, el gobierno ofrece los estímulos a la inversión, la transparencia y estabilidad institucional, jurídica, social y económica, que se traducen en reglas de juego claras que son destacadas y reconocidas a nivel internacional.

 

Trabajamos en conjunto con el resto del gobierno y el sector privado para sostener y desarrollar nuestras capacidades con diferentes instrumentos. Queremos dar estabilidad y confiabilidad a los actores económicos, una de las características distintivas que tiene nuestro país

Somos conscientes de que este es un trabajo conjunto entre el sector privado y el público, y la mejor forma de llevarlo adelante es juntos, en diálogo estrecho y colaboración permanente.

Creemos, y es justo reconocer, que existe un problema de costos. Una parte viene dada por la coyuntura internacional, con niveles inéditos de inflación y escasez en algunos mercados que sin duda han impactado, así como las decisiones de las principales potencias al respecto, como el problema de las tasas internacionales en aumento. Luego tenemos la situación argentina, que nos afecta particularmente en diversas industrias. Pero tenemos mucho para mejorar, todos, y el gobierno en primer lugar.

Como gobierno creemos en la necesidad de contar con una política macroeconómica sana, evitando la tendencia a financiar déficit con deuda que deberán afrontar las futuras generaciones. No hay decisiones fáciles, la competencia con otros mercados cercanos lo demuestra, pero creemos que la estabilidad es un valor reconocido, al mismo tiempo que nos permitirá más flexibilidad en el futuro. Creemos que hay que dejar un país sostenible en sus finanzas, y en este sentido también es clave la reforma jubilatoria.

Como gobierno estamos en el proceso de mejorar en infraestructura, como es notorio, y sin duda tenemos que modernizar las relaciones laborales (en eso estamos desde la LUC y en recientes iniciativas). Estamos también buscando mayor competitividad en el mercado eléctrico, aggiornando las reglas de juego con el reconocimiento de las renovables y la generación distribuida, para que pueda funcionar a nivel mayorista.

El gobierno es plenamente consciente de todos estos aspectos y trabaja para desarrollar la infraestructura, para contener el déficit -pese al impacto de la pandemia- y para hacer más liviano y ágil al Estado, abriendo además la economía.

No queremos “patear la pelota para adelante”, estamos comprometidos en un proceso de largo aliento, que comienza ahora, seguramente se prolongará en períodos siguientes, y requiere también del compromiso de todos. Sabemos que podemos contar con ustedes.

El Uruguay con el que soñamos es más productivo, más eficiente, más innovador. Es un país con más oportunidades para todos. También es un país que habrá dejado atrás las tentaciones del pasado, como encerrarse dentro de sus fronteras o asegurar reservas de mercado. Es un país menos complaciente, más imaginativo y autoexigente. Es un país capaz de sacar lo mejor de nosotros mismos.

Sepan también que tienen a este ministro y al gobierno en su conjunto como un aliado para lograr el objetivo común, que debe ser alcanzar mejores condiciones de vida para todos los uruguayos.

Muchas gracias

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