Prólogo
El Manejo Forestal Sostenible, en sus tres aspectos, social, ambiental y económico, es un compromiso de la comunidad internacional, el que ha sido ratificado a partir de la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, referida al Documento Jurídicamente no Vinculante para todo tipo de Bosques.
La vitalidad y sanidad de los bosques son aspectos centrales para garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas forestales. Ciertos insectos, patógenos y otras especies invasoras, están planteando amenazas a la sanidad y vitalidad de los ecosistemas forestales, y por lo tanto a la sostenibilidad de los mismos.
La globalización del comercio y, por ende, el mayor flujo de transporte internacional de productos forestales, ha traído como consecuencia un aumento en la dispersión de las plagas entre países.
Prácticas forestales inconvenientes, presión sobre los ecosistemas forestales como consecuencia del desarrollo de otras actividades (agricultura e infraestructura, por ejemplo), junto a aspectos del cambio climático que impactan directamente sobre dichos ecosistemas, son factores que actúan como modificadores de hábitat y favorecen el establecimiento de nuevas plagas.
En el marco de una Política y Legislación Forestal desarrollada ininterrumpidamente desde la década de los sesenta, Uruguay ha logrado revertir la tendencia de disminución de la superficie de su bosque nativo y aumentado la superficie de los bosques plantados, tanto los de producción como los de protección. Como consecuencia, ha dejado de ser un país con baja cobertura forestal, ocupando los bosques un porcentaje superior al 10% de su territorio.
El mantener la sanidad y vitalidad de los ecosistemas forestales son un desafío para la Política y Legislación Forestal del Uruguay y especialmente para la Política Fitosanitaria.
La definición y ejecución de una Estrategia Nacional de Manejo Forestal para la Salud y Vitalidad de los Bosques se constituye en una de las herramientas para el Manejo Forestal Sostenible que Uruguay dispone a partir de lo resuelto por el Comité de Coordinación en materias de plagas y enfermedades forestales (CECOPE) con la participación de los sectores público y privado que lo constituyen.