Ministra Cosse fue la oradora en el acto por el 188º aniversario de la Jura de la Constitución

Del evento, que tuvo lugar en el Salón de los Pasos Perdidos, participaron el presidente de la República, Tabaré Vázquez; la vicepresidenta, Lucía Topolansky, senadores, diputados, ministros y autoridades de diversas instituciones.
Este año, el discurso de apertura estuvo a cargo de la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse. Durante su intervención, señaló que fue un largo proceso para Uruguay constituirse como nación y que la Jura de la Constitución de 1830, fue un acto fundacional con un claro precedente en las Instrucciones del año XIII, en las que se plasmaron por primera vez las ideas de independencia, república, democracia liberal y federación.
Sostuvo que el período artiguista fue una verdadera gesta, con acciones de gobierno autónomo para llevar adelante entre 1815 y 1816 medidas importantes, como el Reglamento de Tierras, que tuvo por objetivo la nivelación social, la creación de la clase media rural y un incentivo para generar arraigo en el campo, el Reglamento Aduanero, que implicó la regulación del ingreso de medicinas, libros, maquinarias, artes y ciencias, así como la creación de la Biblioteca Nacional.
Proyecto país para el futuro
Uruguay tiene hoy un Estado de derecho consolidado, un crecimiento económico sostenido, y para que la democracia se siga afirmando, es necesaria mucha reflexión, participación y acciones coordinadas, afirmó.
"Estamos asistiendo a una revolución productiva sin precedentes a nivel mundial" aseguró Cosse y añadió que nuestro país está en inmejorables condiciones para participar de un mundo ligado a la internet y la inteligencia artificial como ejes del desarrollo.
Las máquinas empiezan a hacer cosas que antes solo los humanos podían hacer, como traducir lo que logran determinados parámetros, eso pasa a ser tecnología, señaló a modo de ejemplo, y continuó: “La era de la inteligencia artificial impone enormes desafíos, que implican transformar los riesgos en oportunidades y hacer que estos estén lo más ampliamente distribuidos en la mayor población posible para que sea una herramienta igualadora”.
Agregó que la inteligencia artificial también impone profunda reflexión y revisión sobre la robustez y resiliencia del marco normativo, porque cambian los productos, las formas de vestir, de comercializar, los empleos, la estructura del trabajo y la organización. También hay impactos en la ciberseguridad, en la salud, en los diagnósticos precoces, en la identificación de patologías por imágenes, lo que tensa los principios éticos.
Destacó que solo el marco humano y ético puede poner énfasis en las condiciones en que se deba cumplir esa tecnología. “La influencia de los dispositivos habilitados por la inteligencia artificial será tan poderosa que no la percibiremos, porque será como la electricidad, Internet o la tecnología de uso general, pero con una interacción con los humanos como nunca la hemos visto antes”, precisó.
"Deberemos poner a tono a la educación, la producción y también a nuestra democracia, no preparando a la Inteligencia artificial para el futuro del Uruguay, sino preparando al Uruguay del futuro", finalizó