Ministro Moncecchi presentó las claves de la política industrial uruguaya de cara a 2029

El secretario de Estado fue orador en un almuerzo de ADM, donde repasó las bases de la política industrial —entre ellas, la estabilidad y la baja de la desigualdad—, las estrategias trazadas en el marco de Transforma Uruguay y las prioridades hacia el futuro.
Moncecchi en almuerzo ADM

El almuerzo, bajo el eslogan Industria uruguaya 2029, se realizó en la chacra La Redención el 7 de agosto.

Allí, Moncecchi afirmó que la política industrial, como toda política de Estado, debe estar construida a 10 años y basada en “criterios conjuntos y acuerdos entre los diferentes actores de la sociedad”.

Moncecchi dijo que la política industrial está construida sobre bases firmes, que quedan en evidencia en distintos datos, como el aumento del PBI per cápita desde 2002 y la suba del salario real (61 %) desde 2005.

El ministro también destacó la estabilidad del país, reflejada en una tasa de inflación sensiblemente más baja que en las décadas anteriores, o en el mantenimiento del grado inversor por parte de Moody’s. “La política industrial que desarrollemos la podemos desarrollar porque Uruguay es un país estable. Por eso podemos pensar en una política industrial 2029”, aseveró.

Otros factores importantes para diseñar una política industrial son el crecimiento constante del Índice de Desarrollo Humano y la baja permanente de la desigualdad, medida a través del Índice de Gini. Por último, también es importante la infraestructura (energía y telecomunicaciones), que ubica a nuestro país en los primeros lugares del mundo.

 

Realidades de la industria

En cuanto a la industria, el ministro mostró números que ejemplifican que ha crecido en los últimos 15 años (por encima del promedio de América Latina), si bien ha tenido alguna disminución en el último período, en el marco de una región que ha caído muy fuertemente, y que es destino de la mayoría de las exportaciones de nuestro país.

Moncecchi explicó que la industria muestra diferentes realidades que exigen políticas sectoriales. Por ejemplo, la industria farmacéutica ha crecido de forma sostenida (5 % anual, por encima del 1,6 % del promedio de la industria), y se la ha apoyado con una normativa (en proceso de reglamentación) que exige que los productos importados cumplan con las mismas exigencias y garantías que los uruguayos.

Por otra parte, sectores que han mostrado dificultades, como el de la vestimenta, ha recibido apoyo para reconvertirse por más de 27 millones de dólares, a través de la Ley de la Industria de la Vestimenta. Además, para estimular la producción de maquinaria agrícola, se aprobó un decreto que exonera de recargos la adquisición de piezas, partes, repuestos, etc.

“Uruguay trabaja para seguir de cerca a las industrias en sus diferentes realidades, apoyándolas, ya sea para mejorar su situación como para apoyar su crecimiento”, resumió.

El ministro subrayó que, en este contexto, los servicios son cada vez más importantes, tanto los tradicionales como no tradicionales. En 2018 representaron el 30 % del total exportable. Los servicios de altísimo valor agregado serán “cada vez más, un camino”, dijo Moncecchi.

En este marco, hay sectores pequeños pero con un gran potencial, como el de los videojuegos, que incluye actividades basadas en conocimiento y que obtiene grandes ganancias en el mundo. “Uruguay no tiene ninguna desventaja para competir”, dijo, y comentó que se han tomado varias medidas para apoyarla, por ejemplo en cuanto a su internacionalización.

 

Construcción de la industria 2029

Pensando a mediano plazo, Uruguay ha avanzado en Transforma Uruguay, un sistema que articula la participación de diferentes actores —Gobierno, organismos estatales, empresarios, trabajadores, academia—, y desarrolla un conjunto de planes enfocados en la transformación productiva.

La primera de la línea de trabajo es la mejora de capacidades. Entre las medidas tomadas se incluye la instalación de Centros de Competitividad Empresarial enfocados en las pequeñas empresas. Ya hay cuatro (Rivera, Tacuarembó, Salto y Paysandú), y pronto se abrirán otros en Las Piedras y Ciudad de la Costa. Se extenderán a todo el país. Hoy se trabaja activamente con 170 empresas.

Otro programa relevante es Pro-Digital, lanzado recientemente, que se enfoca en aumentar la digitalización de las mipymes, “uno de los desafíos más grandes de Uruguay”, según Moncecchi, ya que, a pesar de la infraestructura y las capacidades existentes, existe rezago en el área.

La segunda línea de trabajo es la mejora en el clima de negocios, que incluye la red de agentes de atracción de inversiones en varias ciudades, de forma piloto. El objetivo “es que las embajadas funcionen como antenas de atracción de inversiones”, resumió.

El tercer eje es el de la innovación, “el más importante”, señaló el ministro. “La promoción de la investigación y desarrollo a nivel empresarial es lo que va a hacer la diferencia en los próximos diez años”, dijo Moncecchi. Entre las medidas tomadas está la ley aprobada que lo estimula, a través de la exoneración de hasta el 35 % del gasto en I+d, que asciende a 45 % si se trabaja en alianza con instituciones de investigación. “El arco academia-industria es clave para el desarrollo”, afirmó.

A esto se suma el Programa de Contratación Pública e Innovación, que busca que el Estado, al comprar, promueva la innovación para hallar soluciones nuevas. Ya se trabaja en los primeros pilotos.

Por último, en el eje de internacionalización, existen planes como Tu Exporta, que se lanzará el 9 de agosto y consiste en el nuevo régimen de exportación simplificada para microempresas.

También se trabaja en el apoyo a sectores promisorios, a través de Hojas de Ruta sectoriales, que en una primera etapa incluyen sectores como Tecnologías de Información y Comunicación, con énfasis en aprendizaje automático; turismo; cadena forestal-madera; biotecnología; industrias creativas; servicios globales y logística; farmacéutica y salud humana; y producción de alimentos.

Estas hojas de ruta incluyen, entre muchos ejemplos, el programa Uruguay Audiovisual internacional y nacional, que otorgan subsidios para que las empresas vengan a nuestro país a filmar, así como para las producciones uruguayas.

“Es un camino que fija una estrategia, pero que admite cambios” teniendo en cuenta la cambiante realidad del mundo, resumió el ministro sobre el trabajo de Transforma Uruguay.

 

UPM y acuerdo Mercosur-Unión Europea

Para ejemplificar la importancia de las estrategias adaptadas a las nuevas realidades, Moncecchi habló de la segunda planta de UPM, que garantizará más inversión y trabajo, pero además es “una excelente oportunidad para generar capacidades y nuevas empresas”.

En la negociación, el Gobierno puso sobre la mesa la necesidad de derramar esta inversión en la sociedad y el sector productivo, lo que llevó a la creación de un Fondo de Innovación Sectorial. UPM aportará U$S 1,5 millones anuales, durante 23 años, que permitirán la creación de un centro tecnológico forestal-maderero, un centro tecnológico en bioeconomía, apoyo a I+d+i, becas para maestrías y doctorados, un centro de desarrollo empresarial y un programa de proveedores nacionales, para que las empresas se preparen para los estándares nacionales exigidos.

“Esto se puede hacer porque hay herramientas ya construidas”, afirmó el secretario de Estado.

Por otro lado, estas políticas pueden aplicarse en el acuerdo Mercosur-Unión Europea, que incluye, por ejemplo, un tercio de las exportaciones de bienes y servicios del mundo. Generará nuevos desafíos pero “tenemos que mirarlo a la luz de la industria 2029”.

Afirmó que es necesario llegar a un acuerdo entre los actores para que toda esa ganancia se derrame entre muchos sectores. “Está en nosotros la responsabilidad (…) de pensar a diez años y empezar mañana”, para transformar este acuerdo en desarrollo, sostuvo Moncecchi.

 

Trabajo conjunto

El ministro sostuvo que la política industrial debe tener continuidad, manteniendo la estabilidad. Entre lo que es necesario hacer está impulsar nuevos sectores transversales para mejorar la competitividad y la productividad; lograr derrame a través de los programas de desarrollo de proveedores; generar mercados (hoy se avanza, por ejempo, con Corea); apoyar la inversión en I+d+i; avanzar en digitalización; y continuar profundizando las hojas de ruta de Transforma Uruguay.

El jerarca agradeció a los equipos técnicos del Poder Ejecutivo por su “rol fundamental”. Para cerrar, relató que, una semana atrás, se realizó una reunión en el Consejo Consultivo Empresarial de Transforma Uruguay, en la que participaron la Cámara de Industrias, el PIT-CNT, la Unión de Exportadores, la Confederación Uruguaya de Cooperativas, la Asociación Rural del Uruguay, integrantes del Conicyt y del Gobierno.

En esa reunión de trabajo, acordaron avanzar en el acuerdo Mercosur-Unión Europea, en costos de producción y productividad, y en digitalización de mipymes.

“Estamos orgullosos de la capacidad de articular entre diferentes actores”, dijo Moncecchi.

“La competitividad sistémica se basa en la innovación, en la generación de productos innovadores con fuerte equilibrio tecnológico (…), en mejorar los procesos de producción, en la búsqueda constante de eficiencia y en lograr una mejora de todos los actores”, cerró el ministro. “El desafío es seguir adelante, pensando entre todos”.

 

Fotografías: gentileza del equipo de Comunicación de ADM.

 

 

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