Planes a corto y largo plazo

Paganini explicó en evento del BID cómo la energía apoya la transformación económica verde en Uruguay

El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, expuso en el 1er. Diálogo Regional de Política Recuperación Económica Verde en América Latina y el Caribe, una actividad virtual organizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Junto a otros dos ministros de la región, Paganini expuso acerca de los planes que Uruguay desarrolla a corto plazo para reactivar la economía afectada por la pandemia, y a largo plazo, en busca de un sistema más eficiente y verde que apuesta a la racionalización y a la descarbonización.
Ministro Omar Paganini en 1er. Diálogo Regional de Política Recuperación Económica Verde en ALC

El ministro Omar Paganini fue uno de los tres ministros latinoamericanos que participó del 1er. Diálogo Regional de Política Recuperación Económica Verde en América Latina y el Caribe, evento virtual organizado por el BID el 27 de abril.

Además de Paganini, participaron la ministra de Ambiente y Energía de Costa Rica, Andrea Meza; y el secretario de Energía de Panamá, Jorge Rivera Staff. Por el BID, la apertura estuvo a cargo de Agustín Aguerre, gerente del sector de Infraestructura y Energía, mientras el cierre corrió por cuenta de Mauricio Tomalsquim, profesor visitante de la División de Energía.

El evento fue moderado por Ariel Yépez, jefe de División de Energía del BID. Además, Michelle Hallack, responsable área de conocimiento de la División de Energía de la misma institución, presentó un reporte sobre el papel de la energía en la recuperación económica verde en América Latina y el Caribe.

En su participación, el ministro Paganini explicó cuál fue la situación de Uruguay en materia energética, tanto en 2020 como en 2021. El secretario de Estado recordó que en las primeras etapas de la pandemia, con una reducción fuerte de la movilildad, se redujo también el consumo de combustible hasta un 18%, mientras que el consumo eléctrico se trasladó al sector residencial y cayó en el comercial. Sin embargo, en todo 2020 solo se registró una disminución de poco más de 1% en el consumo eléctrico, mientras que la baja en el de combustibles se situó entre 2 y 3%. En 2021, explicó el jerarca, no se ha producido esa baja en la movilidad, por lo que el impacto en los flujos y el sistema de funcionamiento energético no son notorios.

Paganini también destacó que, a lo largo de toda la pandemia, se ha garantizado el suministro de energía y combustibles, algo que, según Aguerre, del BID, ha ocurrido en todo el continente, lo que habla de la robustez del sector.

No obstante esta seguridad, el ministro dijo que se han debido “tomar medidas de mitigación del impacto social y económico de la pandemia”, vinculadas, entre otros puntos, al sector de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), lo que incluye la generación de subsidios y de un fondo de garantías. Las medidas del gobierno, señaló, han sido “agresivas” y “focalizadas en sectores”.

A esto se suman la postergación de los aumentos de combustibles, que podrían haber tenido un fuerte impacto en la recuperación económica, y la creación de subsidios focalizados, sobre todo en los cargos fijos de las tarifas públicas para los sectores afectados por la pandemia.

Para impulsar medidas que mitiguen el impacto económico de la crisis sanitaria, el gobierno definió separar claramente los problemas del corto plazo de los del largo plazo a través de la creación del Fondo Coronavirus, que contiene exclusivamente los gastos asociados a la pandemia. Eso incluye los estímulos detallados para el sector energético. Con esa medida, se ha podido trabajar dentro de “la parte más estructural del Estado” en la disminución del déficit fiscal, que ya era del 5% antes de que comenzara esta administración, dijo el ministro.

Paganini afirmó que se trata de una política exitosa ya que posibilita gestionar la pandemia, pero manteniendo los planes a largo plazo. Por ello, específicamente en el sector energético, se han puesto en funcionamiento “transformaciones” que miran hacia el futuro.

Entre estas se encuentran aquellas dirigidas a mejorar la eficiencia en los subsectores energéticos, detalló el secretario de Estado. Esto es especialmente relevante en un país pequeño con grandes empresas públicas, en algunos casos monopólicas, lo que determina dificultades de eficiencia y costos, señaló.

Para mejorar la eficiencia, se inició el proceso de transformación del sector de los combustibles, a la vez que también se apunta al sector eléctrico. En ambos casos se fortalecerá a la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (URSEA), que “ha sido empoderada por la ley para tener capacidad de control económico de los mercados”. Hacia allí se trasladarán las regulaciones implícitas, a través de contratos, entre las empresas públicas y los privados.

El ministro dijo que se espera que la URSEA tenga un rol “mucho más fuerte”, tanto en la regulación de los mercados como en las estructuras tarifarias. “En ese proceso estamos: fortaleciendo a la URSEA, generando insumos y cambiando reglas del juego”, resumió.

Como ejemplo, indicó que Ancap hoy “no puede determinar la estructura de distribución del combustible”, sino que lo hace la URSEA. Además, informó que la tarea de fijación de tarifas será más automática, ya que acompañará el precio de paridad de importación, lo que modificará radicalmente la cadena y hará que el sistema de fijación de precios sea más cambiante, pero también más transparente y menos discrecional. Por ejemplo, el Estado ya no podrá utilizar las bajas del precio internacional del petróleo con fines recaudatorios, dijo Paganini. El compromiso del gobierno, por lo tanto, es “transmitir una lógica de mercado hacia la distribución secundaria”, con una URSEA que fije reglas de mayor competencia “entre los distintos procesos”.

En caso del sistema eléctrico, el ministro dijo que el objetivo es que el mercado mayorista —que existe legalmente hace 20 años, pero no funciona en la práctica— comience a generar la posiblidad de contratos entre privados, a través de mejores regulaciones. “Apuntamos a generar reglas que impulsen la eficiencia”, afirmó.

En cuanto a las tarifas, el ministro señaló que existen subsidios implícitos, por ejemplo al GLP (supergás), así como tarifas especiales cuyo objetivo inicial era beneficiar a sectores vulnerables “pero se han transformado en generales para muchos sectores”.  Por ello, se pretende lograr una “racionalización de las tarifas”, ya que en el sistema existen pérdidas no técnicas.

Todos estos planes tienen como objetivo final ir “hacia una energía más eficiente”, con recursos mejor asignados en los sectores que lo necesitan, un bono social en la electricidad y la meta de que todos los hogares del país cuenten con conexión. Se trata, en definitiva, de “políticas sociales mejor focalizadas”, resumió Paganini.

En cuanto a las inversiones, UTE no se concentra en la generación —ya que la demanda se encuentra “más que superada”—, sino en que la red se transforme en inteligente. Por ello, se han instalado más de 350.000 medidores inteligentes y el objetivo es llegar a 1.500.000 (número total de clientes) al finalizar la gestión. Estos medidores permiten calcular las tarifas inteligentes más convenientes —que ya se implementaron—, para “ir hacia un modelo más dinámico de gestión de la demanda”, dijo Paganini.

El ministro también subrayó la importancia del cierre del anillo de alta tensión para el norte del país en 500 kilovoltios, cuyas obras, por 200 millones de dólares, ya han comenzado.

En cuanto a los planes de descarbonización del país, el foco está puesto en el transporte, ya que concentra los dos tercios de las emisiones dentro de los hidrocarburos, que constituyen el 37% de la matriz energética uruguaya, dijo Paganini. Al respecto, y para cumplir con los compromisos surgidos del Acuerdo de París, se ampliará la red de cargadores a todo el país, a la vez que aumentarán los estímulos fiscales para la adquisición de vehículos eléctricos. Para ello, se busca la inversión privada. El ministro también anunció que continuarán los subsidios para la compra de ómnibus eléctricos por parte de las empresas de transporte.

Finalmente, Paganini dijo que “se apuesta a subir al Uruguay a la ola del hidrógeno verde”, por lo que se lanzó el proyecto H2U, primer piloto público-privado, enfocado en el transporte de carga y larga distancia. El ministro destacó el interés de las empresas internacionales, particularmente europeas. Los inversores principales serán los privados, y a cambio tendrán algunos subsidios y contratos a largo plazo, explicó. En una segunda etapa, los proyectos se abrirán a otros sectores, como el combustible para el transporte marítimo o la inyección de hidrógeno verde en la red de gas natural.

El objetivo final es adquirir conocimientos para que Uruguay “se posicione en el mundo del hidrógeno verde”, en una región con fuerte vocación exportadora, y de la mano de un producto que será central para la descarbonización mundial.

 

Etiquetas