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Paganini valoró las oportunidades que ofrece el cambio tecnológico en el futuro laboral

En un intercambio organizado por al Confederación de Cámaras Empresariales, el ministro Omar Paganini afirmó el potencial que genera el cambio tecnológico que, lejos de constituir un peligro para el mercado laboral, abre oportunidades y mejoras de productividad. Para aprovecharlas, afirmó, se requieren nuevas habilidades, que vuelven imprescindibles las habilidades humanas básicas y la creatividad. Paganini sostuvo que en Uruguay está provechando las nuevas tecnologías incluso en los sectores de actividad tradicionales, como la agroindustria, y agregó que el país “se está adaptando muy bien a estos cambios”.
Panel de expositores.

El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, disertó sobre la revolución tecnológica y los desafíos en el mundo del trabajo en una actividad organizada por la Confederación de Cámaras Empresariales (CEE) y realizada en el Radisson Montevideo Hotel el 29 de junio. El panel estuvo integrado además por Ximena Sommer del centro educativo Ánima, el empresario tecnológico Nicolás Jodal y el ex líder sindical Richard Read.

Paganini destacó la importancia del cambio tecnológico, ya que “ha generado nuevas formas de generar riquezas, de satisfacer necesidades de la población, de hacer negocios, de generar valor y también cambios en los empleos”, afirmó.

El ministro realizó un recorrido sobre grandes revoluciones tecnológicas, desde la Antigüedad hasta la actual inteligencia artificial. Todos ellos, sostuvo, “han generado un aumento mucho mayor de la productividad, más acceso a bienes y servicios, nuevos negocios, nuevas oportunidades, mejor comunicación entre personas, más acceso a la información, más gente en el mercado de consumo y más gente en el mercado laboral”. En contrapartida, “no ha generado terribles problemas sociales”, sino cambios en los que se registran riesgos y oportunidades, que no siempre se esperan.

En esa línea, Paganini remarcó que muchos uruguayos están aprovechando estas oportunidades a través de diferentes emprendimientos que pueden tener alcance global. Esto se debe a que “la tecnología es cada vez más una cosa accesible a la gente”.

“Hoy tenemos en Uruguay un acceso impresionante a los celulares, a la información y a todas las herramientas digitales”, ejemplificó. Por ello, el ministro Paganini se manifestó “optimista” ante los cambios que se viven.

“Uruguay está creciendo fuertemente en la exportación servicios no tradicionales, servicios que son posibles gracias a la tecnología” y que crean “divisas que llegan al país por gente que produce software, servicios de arquitectura, de ingeniería, servicios de soporte al cliente”, entre otras actividades.

El jerarca dijo que a diferencia de las generaciones “de nuestros abuelos”, donde no había cambios revolucionarios en las formas de trabajar porque se venía de la revolución industrial y los acontecimientos disruptivos estaban más vinculados a guerras o cataclismos, en la generación actual la norma será vivir “dos o tres revoluciones” tecnológicas.  Eso genera incertidumbre, afirmó y, nuevamente, puede hacer ver a la tecnología, erróneamente, como algo peligroso.

No obstante, acotó que “es cierto que, cuando uno está pensando en este tipo de cambios sucesivos, cambian las habilidades que uno tiene que tener”.

“Eso pone en cuestión la relación con el trabajo de las personas, de los proyectos de vida individuales para obtener un bienestar a lo largo de una trayectoria que va a ser cambiante, y también pone en cuestión la formación y la educación”, señaló.

“Ahora hay que tener capacidades que vayan más allá de los cambios que van a venir. Las principales son las más básicas: saber pensar. Pensamiento crítico, capacidades matemáticas, capacidades del lenguaje, pero sobre todo la capacidad de manejarse con las personas, interactuar, liderar equipos, adaptarse a organizaciones flexibles y manejarse a nivel global, porque el mundo es ya uno solo. Ahí aparecen las lenguas, la apertura mental a culturas distintas y fundamentalmente aprender a aprender”, detalló.

A esto se suma la creatividad, “porque si de algo estamos seguros es que todavía lo que las máquinas no han remplazado bien es la capacidad de tener ideas nuevas, de ser creativos, de ser originales”, aseveró Paganini.

Como ejemplo, dijo que “la inteligencia artificial lo que hace es hacerme más fácil lo que antes requería leer un montón de libros, generar conceptos y escribirlos”.

“La inteligencia artificial ahora me lo hace, pero el problema es que la idea nueva no va a estar ahí”, aclaró, remarcando la importancia de la creatividad.

El ministro dijo que el país cuenta con muchas cosas positivas en esta área. “Tenemos un país que se está adaptando muy bien a la tecnología, con una penetración muy fuerte que el Plan Ceibal le da a toda la población, y con un sector que está aprovechando este cambio tecnológico”, afirmó. En contrapartida, dijo que es necesario “incorporar a todo el mundo a este cambio” y “adaptar la formación de esta gente a estas nuevas habilidades que permanecen a lo largo de nuestra vida”.

En ese sentido, Paganini destacó que existe mitos sobre la tecnología y su impacto en el empleo “que no estamos viendo”.

“Tenemos un nivel de desempleo en mínimos históricos, tenemos un nivel de actividad bastante similar, tenemos lugares como por ejemplo del interior del país y en la producción agropecuaria que ha tenido una revolución tecnológica brutal en los últimos 25 años. Basta ver lo que era ser un monteador en la forestación en Uruguay en el año 2000 y lo que es ser hoy un trabajador de la industria forestal, manejando un aparato que cosecha con un joystick, para darnos cuenta que ha habido muchos cambios y no ha habido una catástrofe de empleo. Y la gente que maneja ese joystick no tiene un PhD en el MIT, la gente que cosecha automáticamente en la forestación es el que antes iba a ser monteador o es su hijo”, gráficó.

“Evidentemente hay desafíos e la educación, en eso estamos todos de acuerdo, pero lo principal es tener las habilidades básicas y aprender como funcionan las cosas. Por eso vuelvo a las habilidades básicas, lógico-matemáticas, lectoescritura, cultura general, capacidad de manejarme y trabajar con otros en equipo, todas las habilidades blandas o duras, pero básicas que tenemos”, señaló.

El ministro se mostró contrario a la tesis de que va a haber poca gente trabajando por culpa de los cambios tecnológicos. “Lo que sí está pasando es que las firmas, las empresas están cambiando, y el concepto de puesto de trabajo, de estructura, de plantilla y de que determinados cargos duran muchos años, eso sí cambia. La firma cambia como concepto, porque se vuelven difusos los bordes por la tecnología”, señaló.

Allí, el rol del estado deberá enfocarse en potenciar y desarrollar las habilidades de los trabajadores, a través de procesos de upskilling y reskilling, que consiste en potenciar habilidades existentes o adquirir nuevas para cambiar o adaptarse a los cambios en el mercado laboral.

Paganini valoró el trabajo que se hace en ese sentido desde el Inefop, y valoró la experiencia del plan Ceibal, que se transformó en una plataforma educativa de enseñanza digital.

Mencionó como novedad la generalización de la experiencia Jóvenes a Programar, que comenzó siendo una opción opcional para bachilleratos públicos y hoy cuenta con más de 10.000 inscriptos y se extenderá hacia la UTU, la educación privada, y con la expectativa de incorporarse como opción curricular.

“Que los jóvenes aprendan a programar sirve para que adquieran la habilidad de entender cómo es una lógica algorítmica o un procesamiento de cálculo de un pensamiento lógico”, ponderó.

 

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