Ministerio de Salud Pública

Hoy sabemos que la infección por VIH, con diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado, es una enfermedad crónica. Las personas con VIH pueden tener la misma expectativa de vida que la población general siempre que accedan al tratamiento antirretroviral de forma continua, sin interrupciones, y que el diagnóstico se realice lo antes posible. Muchas veces la infección inicial pasa desapercibida porque los síntomas se confunden con otras infecciones virales y se resuelven solos; mientras tanto, el virus se multiplica y afecta las defensas del organismo. Por eso el test de VIH debe incorporarse como una práctica rutinaria en toda persona sexualmente activa y en los controles de salud. Un diagnóstico temprano permite iniciar el tratamiento a tiempo, evitar la progresión a enfermedad avanzada (sida) y cortar las cadenas de transmisión. 

La prevención del VIH se plantea hoy como prevención combinada, es decir, un conjunto de intervenciones integradas que también ayudan a prevenir otras ITS. El uso de condón externo (masculino) o interno (femenino) sigue siendo una herramienta central porque protege frente a todas las ITS y además previene el embarazo. El uso conjunto con geles lubricantes en base acuosa aumenta el placer y reduce la fricción, lo que disminuye el riesgo de roturas. A esto se suma la importancia de realizarse pruebas para VIH y sífilis, infecciones que pueden cursar largos períodos sin síntomas y solo se detectan mediante análisis de sangre. Estas pruebas deben formar parte de los controles de salud y se recomiendan especialmente en personas con vida sexual activa, ante la presencia de otras ITS y durante el embarazo, incluyendo también el estudio de hepatitis virales cuando corresponda. 

El Ministerio también promueve el acceso a estudios que permiten detectar y tratar a tiempo otras infecciones que pueden transmitirse por vía sexual, como las hepatitis B y C, así como el test de Virus del Papiloma Humano (HPV), que identifica subtipos asociados a lesiones premalignas y malignas antes de que estas se desarrollen. Estas prestaciones están incorporadas en las instituciones de salud, con indicaciones específicas según edad, estado vacunal y situación de riesgo, y contribuyen a una visión integral del cuidado de la salud sexual y reproductiva. 

Entre las herramientas más recientes se destaca la profilaxis pre exposición al VIH (PrEP), que consiste en la toma de medicamentos antirretrovirales por parte de personas que no tienen VIH pero están en mayor riesgo de adquirirlo, principalmente por exposición sexual. Puede tomarse de forma diaria o intermitente y requiere control médico y estudios periódicos. En ASSE la PrEP está disponible en forma gratuita y en los prestadores privados se accede mediante ticket. La profilaxis post exposición (PPE), en tanto, se indica luego de situaciones de posible exposición al VIH (como relaciones sexuales sin condón, rotura del condón, abuso sexual o accidentes ocupacionales con material biológico) y es efectiva si se inicia dentro de las primeras 72 horas, idealmente lo antes posible. Debe ser accesible en las puertas de emergencia y no tener costo adicional para las personas usuarias. 

Las vacunas son otra herramienta clave en esta estrategia de prevención combinada. El Ministerio recuerda la importancia de la vacuna contra la hepatitis B y de la vacuna contra el HPV, ambas seguras, eficaces y disponibles en forma gratuita en todos los vacunatorios del país, con indicaciones específicas según edad y situación de riesgo. También se recomienda la vacuna contra la hepatitis A en personas con mayor exposición a este virus que no hayan cursado la infección. Estas vacunas ayudan a prevenir enfermedades que pueden tener consecuencias graves si no se detectan y tratan a tiempo. 

En este Día Mundial de la Respuesta al VIH se invita a la población a informarse, a conversar con los equipos de salud, a realizarse las pruebas cuando corresponda y a incorporar el uso del condón y las vacunas disponibles como parte de sus decisiones cotidianas de cuidado.

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