6.1. Contexto y líneas estratégicas
El Programa Financiero para 2019 y el año próximo, contempla a nivel internacional un entorno signado por la incertidumbre producto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el futuro curso de acción de la Reserva Federal de los Estados Unidos, la desaceleración de algunas de las principales economías del mundo, y una mayor volatilidad económica y política a nivel regional.
A nivel local, la economía atraviesa una marcada desaceleración desde mediados de 2018. Se espera que esta desaceleración se revierta parcialmente en el segundo semestre de 2019 y que la economía recobre dinamismo en 2020 como consecuencia, fundamentalmente, de las obras asociadas a la eventual instalación de la tercera planta de fabricación de pulpa de celulosa en el centro del país.
En este contexto, el objetivo fundamental será cumplir con las necesidades de financiamiento del Gobierno y minimizar su costo esperado, procurando una matriz de riesgos equilibrada. Para ello, se tomará en cuenta el nivel y composición por monedas de los requerimientos de la Tesorería Nacional, el perfil de vencimientos de la deuda pública, así como la dinámica en las preferencias de inversores locales e internacionales por monedas, plazos y liquidez, entre otros factores.
Se continuará trabajando para estabilizar la proporción de la deuda total denominada en moneda nacional y alargar los plazos de vencimiento, a tasas fiscalmente responsables. La gestión de la deuda del Gobierno continuará teniendo como base una política prudente de manejo de la liquidez, manteniendo, en promedio anual, un nivel de caja que cubra al menos el servicio de deuda de los siguientes 12 meses. Esta política de manejo precautorio de liquidez constituye un seguro contra la volatilidad en los mercados externos, y permite disponer de un margen adicional para enfrentar eventos adversos que afecten transitoriamente el resultado fiscal.
Asimismo, es un objetivo de la política de financiamiento intensificar las acciones orientadas a captar nuevos inversores en los mercados locales y externos, que permita ampliar las opciones de financiamiento y mejorar los términos de acceso al
mismo. En particular, se procurará intensificar la relación con inversores asiáticos, con el objetivo de continuar el acercamiento y la presencia en dicho mercado.
Por último, se continuará promoviendo el desarrollo de un mercado de bonos líquido y profundo, con curvas de rendimiento que faciliten el acceso al financiamiento a una amplia gama de agentes económicos públicos y privados, y sirviendo de catalizador del desarrollo de los mercados monetarios y de capitales.