El MIEM presentó el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y la Variabilidad del Sector Energético (NAP-E)

El lanzamiento del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y la Variabilidad del Sector Energético (NAP-E) se desarrolló el jueves 7 de noviembre, en la Oficina de la Cooperación Española para el Cono Sur (25 de Mayo 520). Participaron la ministra de Industria, Energía y Minería, Elisa Facio; el director nacional de Energía, Christian Nieves; la directora nacional de Cambio Climático, Natalie Pareja; el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic; la presidenta de UTE, Silvia Emaldi; y el embajador de España en Uruguay, Santiago Jiménez Martín. Todas las instituciones que representan participaron en el proceso de elaboración del NAP-E.
El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático y la Variabilidad del Sector Energético (NAP-E), recientemente aprobado, tiene como propósito principal mejorar la capacidad de adaptación del sistema energético uruguayo, fortalecer su resiliencia y reducir su vulnerabilidad ante las amenazas climáticas.
El cambio climático es una realidad que afecta a todos los sectores de la sociedad y la economía, y el energético no es una excepción. La transición hacia un sistema energético resiliente y adaptado a los efectos adversos del cambio climático es una necesidad, dado el rol de la energía en el desarrollo económico y social.
El NAP-E es una iniciativa liderada por el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y coconstruida con los actores relevantes para la adaptación en el sector.
Preparados para un futuro de incertidumbres
Durante el evento, la ministra Facio recordó que Uruguay ha sido pionero en consolidar hacia una matriz de generación eléctrica casi 100% renovable. Esta transformación ha reducido las emisiones de gases con efecto invernadero del sector eléctrico y, simultáneamente, ha disminuido la dependencia de Uruguay respecto de la disponibilidad de agua para generación hidroeléctrica, destacó. Un ejemplo fue la histórica sequía de 2023, en la que “se pudo mantener el servicio incluso con niveles de generación de energía renovable superiores al 90%”.
Estos logros se alcanzan “porque se planifica”, aseguró Facio. Por eso, precisamente, es que se necesita un plan de adaptación al cambio climático, en el que el país se anticipa y se prepara ante futuros inconvenientes.
La ministra añadió que “los efectos del cambio climático son una realidad innegable”, ya que eventos como sequías, inundaciones, tormentas y olas de calor “impactan cada vez más nuestra economía y en toda la cadena de valor del sector energético, incluida la propia demanda”.
“La incertidumbre en el aumento de frecuencia e intensidad de estos fenómenos, así como otros de desarrollo más lento, como el aumento de la temperatura, la evolución de las precipitaciones y el nivel del mar, requieren de mayor conocimiento que nos permitan mitigar sus impactos en el suministro, en los daños y en las pérdidas”, explicó la jerarca.
Por ese motivo, se definió avanzar en el NAP-E. Hoy, luego de su aprobación, “lo que buscamos es, justamente, asegurar que nuestro sistema energético sea capaz de soportar un contexto climático cambiante”, señaló.
“Hoy damos un paso clave hacia la consolidación de un sistema energético resiliente, adaptado y preparado para los desafíos que el cambio climático nos plantea”, aseguró Facio. “Buscamos integrar de manera transversal la adaptación al cambio climático dentro de todo el ecosistema energético, incluyendo el sector público, privado y la academia”, agregó.
Por su parte, el director Nieves dijo que el mundo y el sector energético sufren los efectos adversos del cambio climático, tanto la infraestructura como los seres humanos. “Estos planes de adaptación lo que permiten es anticiparnos para no tener los servicios interrumpidos, con todos los problemas que ocasiona esto tanto para las personas como para la economía”, explicó, por lo que destacó la importancia de la aprobación del NAP-E.
Fases y líneas de acción
El plan cuenta con las siguientes líneas de acción: gobernanza; fortalecimiento de capacidades y sensibilización; gestión de información y generación de conocimiento; reducción de vulnerabilidades del sistema y la infraestructura energética; y monitoreo, reporte y verificación. Cada una de ellas incluye diferentes acciones.
Prevé una primera fase, entre 2024 y 2026; una segunda fase, entre 2026 y 2030; y una tercera fase, con horizonte a 2050. En la fase I, el estado de avance actual incluye, entre otras, las siguientes acciones, correspondientes a las distintas líneas estratégicas: conformación del Comité de Dirección y articulaciones necesarias para la implementación del NAP-E; diagnóstico de brechas de información y conocimiento climático para la adaptación en el sector energético; creación de capacidades en el diseño y seguimiento de indicadores de resiliencia y capacidad adaptativa; y desarrollo e implementación del sistema de monitoreo, evaluación y aprendizaje (MEL).
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Ministra Elisa Facio Descargar imagen : Ministra Elisa Facio

Ministra Elisa Facio, en la mesa de autoridades Descargar imagen : Ministra Elisa Facio, en la mesa de autoridades

El evento se desarrolló el 7 de noviembre Descargar imagen : El evento se desarrolló el 7 de noviembre

Directora nacional de Cambio Climático, Natalie Pareja Descargar imagen : Directora nacional de Cambio Climático, Natalie Pareja

Presidenta de UTE, Silvia Emaldi Descargar imagen : Presidenta de UTE, Silvia Emaldi

Presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic Descargar imagen : Presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic

Director nacional de Energía, Christian Nieves Descargar imagen : Director nacional de Energía, Christian Nieves

Embajador de España en Uruguay, Santiago Jiménez Martín Descargar imagen : Embajador de España en Uruguay, Santiago Jiménez Martín

Beatriz Olivet, asesora ambiental de la Dirección Nacional de Energía del MIEM Descargar imagen : Beatriz Olivet, asesora ambiental de la Dirección Nacional de Energía del MIEM