Gastronomía

Chivito Week vuelve renovado y llega a todo el país

​​​​​​​Después del gran éxito que tuvo el festival realizado en 2018, la segunda edición vuelve renovada, ampliando la participación de bares y chiviterías a todo el país y extendiéndose durante diez días.
Un chivito servido en un plato

Bajo la consigna de festejar y promover la identidad de esta receta indiscutida de patrimonio nacional, este año Chivito Week se llevará a cabo entre el 4 y 13 de octubre.

“La primera edición superó ampliamente nuestras expectativas y la de los locales participantes. Además, recibimos un sinfín de solicitudes de participación de bares y chiviterías de otros departamentos y por eso, este año, decidimos hacer el festejo en todo el país, convocando a más de 140 locales”, expresó Federico Celsi, responsable de Chivito Week, junto a Álvaro Kemper. Mientas que en 2018 solo fueron 61 y se vendieron unos 15.000 chivitos, para este año el desafío es alcanzar los 40.000, apuntó.

Con cada chivito comprado en los locales adheridos durante los diez días del evento, recibirán una raspadita cuyo código deberán ingresar a la página web para participar del sorteo de viajes para degustar y conocer chiviterías en distintas partes del mundo. Son unos U$S 20.000 en pasajes dobles a destinos muy diversos como Telaviv, Nueva York, Buenos Aires, Santiago de Chile, Ciudad de México, Barcelona, París, Estocolmo y Sidney.

Además, con cada raspadita, participarán por cientos de premios directos: chivitos, cervezas y refrescos de la línea coca-cola.

Historia sobre el chivito

El chivito fue creado en la década de los cuarenta por Antonio Carbonaro, propietario del desaparecido restaurante "El Mejillón" de Punta del Este. El invento del chivito se produjo por "casualidad" y fue contado en varias oportunidades por Carbonaro: "Fue una noche complicada; habíamos sufrido un apagón. Cayó una clienta, creo que del norte argentino o chileno, que pidió carne de chivo porque antes de llegar a Punta del Este había pasado por Córdoba, donde la había probado y le había gustado mucho. Como no teníamos le preparamos un pan tostado con manteca, le agregamos una feta de jamón y un churrasquito jugoso. La mujer quedó encantada. Por suerte, salimos del apuro y, sin querer, inventamos el chivito".

La idea se transformó en un éxito, llegando el restaurante a vender mil chivitos por día. Dos carnicerías de Punta del Este mantenían su negocio solo con la carne con la que aprovisionaban a El Mejillón. Nunca se llegó a registrar como marca.

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