Nueva integración

Ana Ribeiro tomó posesión del "Sillón Académico XVI Dámaso Antonio Larrañaga"

En el marco del acto académico del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, la subsecretaria de Educación y Cultura Dra. Ana Ribeiro, tomó posesión del "Sillón Académico XVI Dámaso Antonio Larrañaga", vacante desde el fallecimiento del historiador Lincoln Maiztegui Casas.
Subsecretaria Ana Ribeiro con el diploma de nueva integrante del "Sillón Académico XVI Dámaso Antonio Larrañaga"

Participó del acto el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira; el director general del Ministerio de Educación y Cultura, Pablo Landoni; el expresidente de la República, Julio María Sanguinetti; el rector de la Universidad Católica, Julio Fernández Techera S.I.; el embajador, Juan José Arteaga; el presidente del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, Fabián Melogno; la historiadora, Marta Canessa; el director general de la Comisión del Patrimonio, Williams Rey; el director general del Archivo General de la Nación, Alberto Umpiérrez, entre otros. 

El embajador Dr. J.J.  Arteaga comenzó diciendo que Ribeiro fue electa miembro de número en la asamblea del día 5 de noviembre de 2019. Con respecto al sillón Dámaso A. Larrañaga, la subsecretaria declaró que es un gran honor ocupar el lugar de uno de los nombres claves de los tiempos fundacionales del país”. 

Su exposición se tituló "Larrañaga: la curiosidad, la Fe y la acción" y se centró en estos tres aspectos en los estuvo dividida su vida. Comenzó hablando de la fe de Larrañaga como algo evidente, no solamente como sacerdote, sino en sus propios trabajos científicos en los que la investigación se vive como un obsequio racional a la existencia.

Sobre la acción se centró en algunos momentos históricos particulares, como la participación de Larrañaga en el Congreso Cisplatino, en el cual –pese al sometimiento político que esto implicaba– Larrañaga defendió la autonomía, que era “todo lo que se podía aspirar en aquel momento; defendió la lengua y la especificidad de las formas políticas que nos habíamos dado”. Resaltó también cómo, en medio de la Guerra Grande, el sacerdote cruzaba de uno a otro bando sitiado y sitiador, cuando iba a sus oficios religiosos, respetado por todos.

Por último se refirió a la curiosidad porque “fue la base de toda su acción, de su  generosidad y de su actitud de dar a los demás”.

Cerró la conferencia con una reflexión personal sobre la distinción que el Instituto Histórico y Geográfico le otorga diciendo que es “una mujer de fe” y que en cuanto a la acción, solo podía pensar en sus 40 años de docencia y en la autoría de sus libros. Culminó diciendo que acepta la distinción únicamente en nombre de la curiosidad que está detrás de toda forma de aprendizaje porque “nada le gusta más en la vida” que aprender.

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