Mujer y Patrimonio

Julia Perla Estable, ladrillo sobre ladrillo

La historia de la arquitectura uruguaya cuenta con el nombre de una mujer que ocupa un lugar importante. Nacida en Montevideo un 8 de marzo, su prestigio trascendió las fronteras del país: Julia Perla Estable (1933-2017).
Perla Estable

Perla Estable se graduó como arquitecta en 1962.

Sus trabajos se vinculan, fundamentalmente, con el Arq. Mario Payssé Reyes.

A los 17 años fue su alumna de los entonces denominados preparatorios (1950) y, al poco tiempo, aún siendo estudiante, se incorporó al estudio.

Inicialmente fue colaboradora en el Estudio de Payssé Reyes. Allí, Estable participó de obras como el Seminario Arquidiocesano de Toledo (1952), Banco de Previsión Social (1957) y la Sucursal del Banco República en Punta del Este, Maldonado (1960-1962).

En 1963, junto a los Arqs. Payssé y Walter Chappe obtuvieron el cuarto premio en el concurso para las Oficinas del Poder Judicial, y el segundo premio para la Junta Departamental de Montevideo. En 1964 Estable-Payssé se presentaron al concurso internacional de vivienda de Monte Olympus en Los Ángeles (Estados Unidos) con la idea de una vivienda unifamiliar de dos plantas con una horizontalidad que contrastaba con la situación del terreno en gran desnivel. Fue una muy original y elogiada idea, pero finalmente no se realizó.

Algunos de sus trabajos más importantes son

  • Embajada de Uruguay en Brasilia (primer premio, 1973-1976)
  • Edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay en Buenos Aires (1977-1978)
  • Oficinas del Poder Judicial

En 1967, Julia Perla Estable proyectó y construyó dos casas en la calle Pilcomayo 5285 en Montevideo. Ambas eran parte de un plan que administraba el Banco Hipotecario, con lo cual existían restricciones de metraje y en el uso de materiales constructivos y de terminaciones.

El Arq. Leopoldo C. Artucio en 1971 escribió que “lo particular de estas viviendas es que se integran de una manera cabal y completa al sistema de la construcción con materiales nacionales que el plan impone: ladrillos, vidrios, madera, pisos. Todo es modesto desde el exterior. Un espacio al frente parcialmente plantado se acompaña por una entrada para vehículos pavimentada con ladrillos. De tal modo, el ladrillo y las discretas aberturas de fachada son los únicos elementos que la casa ostenta y con los cuales se ha obtenido un efecto de pureza formal y de una monocromía decidida. Los muros interiores son dobles y quedan a la vista aún en el interior y los techos de hormigón no tienen más que una pintura de portland para regularizar la tonalidad. Estas casas son un buen ejemplo de la orientación hacia las formas adecuadas al clima y a las posibilidades económicas del país.”

En 1995, Julia Estable analizó la obra del Arq. Payseé Reyes a través de una nota en la publicación Elarqa (15), con el título “Aproximación a la obra de Mario Payssé Reyes”. En la nota destacó la inclusión del ladrillo en proyectos fundamentales en la obra del profesional haciendo especial mención a su vivienda particular en Carrasco y al Seminario Arquidiosesano de Toledo.

Según Estable “interpreta sus ideas” abordando las influencias de arquitectos internacionales en las obras de Payssé, y los principios de la arquitectura que este defendía, el protagonismo de la materialidad del ladrillo visto y la influencia de su arquitectura en generaciones de profesionales uruguayos posteriores.

La Arq. Estable tuvo destacada actuación académica siendo Profesora Adjunta de la Cátedra de Expresión Gráfica y Jefa de Repartición del Instituto de Diseño de la Facultad de Arquitectura y formó parte de la Comisión de Investigación de la Facultad entre 2004 y 2007.

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