Emir Rodriguez Monegal

Pasión por Pensar

Anáforas acerca de Emir Rodríguez Monegal: “su pasión por el quehacer literario, la universalidad de su amena erudición, la independencia y precisión de sus criterios, el lúcido rigor de sus indagaciones y la ponderada ironía de sus juicios, contribuyeron, en forma decisiva, a definir y orientar el rumbo de las lecturas literarias en el Uruguay y en América.”
Emir Rodriguez Monegal

Este año se recuerdan los cien años del nacimiento de uno de los grandes críticos, docentes y ensayistas que tuvo Uruguay.
Se trata de Emir Rodríguez Monegal (1921- 1985) 
Nació en Melo, capital departamental de Cerro Largo.

 Fue colaborador del semanario Marcha desde 1943 y dirigió su página literaria hasta 1959. También estuvo vinculado alas revistas Escritura, Clinamen, Film, Maldoror (Montevideo), Sur(Buenos Aires), Plural y Vuelta (México), Eco (Bogotá), Revista Iberoamericana (Estados Unidos), El País y Jaque (Montevideo), entre otras. Fue cofundador y redactor responsable de la revista Número, en Montevideo; fundó y dirigió Mundo Nuevo, en París.

Como docente, fue profesor de literatura en el Instituto de Profesores Artigas, en Montevideo y designado profesor de Literatura Iberoamericana en la Universidad de Yale, New Haven, en Estados Unidos.

La publicación virtual que dirige Lisa Block de Behar, Anáforas, menciona que “los resentimientos e intolerancias de algunos intelectuales hostiles -la "saña de los mediocres", dice Real de Azúa-, más el golpe de estado de 1973 y las persecuciones perpetradas por la dictadura militar de aquellos años, le impidieron regresar al Uruguay, hasta 1985, cuando volvió para celebrar el restablecimiento de la democracia.
 A pesar de la extrema gravedad del mal que le aquejó, quiso y logró regresar a Montevideo, donde reencontró lectores y amigos, dio conferencias y entrevistas. Volvió a New Haven para morir en el hospital de Yale pocos días después, en noviembre de 1985.”

Muchos autores, fundamentalmente latinoamericanos, fueron objeto de estudio de Rodríguez Monegal. Entre ellos se cuentan Jorge Luis Borges, José Enrique Rodó, Pablo Neruda, Andrés Bello, Horacio Quiroga, Eduardo Acevedo Díaz, Juan Carlos Onetti, Guimaraes Rosa, Octavio Paz.

Agrega Anáforas, que “su pasión por el quehacer literario, la universalidad de su amena erudición, la independencia y precisión de sus criterios, el lúcido rigor de sus indagaciones y la ponderada ironía de sus juicios, contribuyeron, en forma decisiva, a definir y orientar el rumbo de las lecturas literarias en el Uruguay y en América.” 

Sus análisis y estudios críticos mantienen hoy plena vigencia. Para muchos es el creador de la expresión «generación del 45», en referencia al movimiento literario integrado por los escritores uruguayos vinculados a ese año.

Dos libros de Rodríguez Monegal que habían sido publicados en el extranjero y que estaban inéditos en Uruguay, ya forman parte de la Colección de Clásicos Uruguayos de la Biblioteca Artigas del Archivo Nacional dela Nación. Uno de ellos es Ensayo y Memoria, que cuenta con un preciso prólogo de la Dra. Block de Behar. El otro es El juicio de los parricidas, que recopila artículos en Marcha en los que Rodríguez Monegal analizó a la uruguaya generación del 45 pero del otro lado del Río de la Plata.

Sobre la crítica literaria, en una entrevista poco antes de su muerte, realizada por Miguel Angel Campodónico, para el semanario Aquí, Rodriguez Monegal dijo que “en mi caso, como yo fui docente y era una persona muy lectora a la que le interesaba mucho la literatura, tal vez me haya destacado medio centímetro más porque siempre estuve dedicado a eso, no hacía otra cosa.

Pero fue una obra colectiva muy importante porque a partir de ahí la crítica -buena, mala, genial o estúpida-volvió a ser crítica como lo había sido en el Uruguay con Francisco Bauzá, Rodó o Zum Felde. Nosotros la restauramos con métodos nuevos aunque no siempre coincidiendo, hubo polémicas feroces, fantasías y leyendas, al extremo de que hasta el día de hoy se inventan cosas."

Fue extremadamente riguroso con su trabajo. En una entrevista, también de noviembre de 1985, en este caso en El Día, respondió al periodista Roger Mirza que  "mi primer trabajo largo fue el de Rodó, las introducciones, pero me pasé cinco o seis años... El libro de Bello lo escribí tantas veces que lo empecé en el 52 y lo terminé en el 69. A mí me cuesta escribir de verdad.(...)

Escribo, yo escribo, pero necesito reescribir, tachar, pasar en limpio, repasar. El libro de Borges ("Borges: A literary biography") me costó 8 años de levantarme a las 5 de la mañana y sentarme a escribir.". Emir Rodríguez Monegal confesó que "después de muchos años de escribir una crítica que yo consideraba muy objetiva he venido a caer en la cuenta que no estoy escribiendo más que mi autobiografía. Pero creo que esto lo veo sólo yo, los demás, me parece, leen mis cosas como si se tratara de crítica seria y objetiva."
 

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