SENDA: Estrategia Nacional para el Desarrollo Agropecuario

1. Introducción

Las cadenas agroindustriales han tenido, y se espera que tengan, un rol fundamental en el desarrollo de la economía nacional. Por una parte, permiten un desarrollo descentralizado, capaz de generar empleo e ingresos para la población que se encuentra más alejada y dispersa en todo el territorio nacional. Por otra parte, se trata de un sector de actividad con capacidad de crecimiento y agregado de valor, mediante encadenamientos productivos y desarrollo de innovaciones, respetando la sostenibilidad de los recursos naturales y el ambiente. Asimismo, la actividad agroindustrial es relevante para la inserción comercial y la generación de divisas para el país. En términos de escala, logra el volumen suficiente para "llenar contenedores", lo que permite exportar fuera de la región, al bajar la incidencia del flete. De esta forma, se ha logrado un espectro relativamente diversificado de exportaciones, con buena reputación y una demostrada trayectoria que permite llegar a los mercados más exigentes.

En una mirada histórica y a nivel agregado, el problema clave de la economía uruguaya es el lento crecimiento a largo plazo, lo que ha conducido a un peor desempeño relativo frente a otras economías en desarrollo y ha incrementado la brecha de bienestar con los países más avanzados.

Según la evidencia, la capacidad de crecimiento económico de los países se expresa en, y está limitada por, lo que exportan y lo que importan. La literatura del desarrollo económico atribuye los magros resultados económicos de América Latina al crecimiento insuficiente de la productividad y a una baja tasa de acumulación de capital. Así, las estrategias de desarrollo productivo deberían enfocarse en la solución de los desafíos nacionales, a través de una mejora del diseño de las políticas y un fortalecimiento de las capacidades institucionales para su eficiente implementación.

En ese marco, elaborar una estrategia nacional para el desarrollo agroindustrial aporta a la generación de políticas de Estado, orientadas a aumentar la productividad de las cadenas agroindustriales, la pesca y la acuicultura en forma sostenible. La implementación de una estrategia de largo plazo para las cadenas de base primaria, a la que hemos llamado SENDA, se espera que contribuya a alcanzar el objetivo nacional de dinamizar el crecimiento económico de largo plazo, fomentar la inclusión social y aumentar el bienestar humano.

La implementación de SENDA, como herramienta de planificación y política de Estado, permitirá mejorar las políticas públicas y los arreglos institucionales, contribuir a solucionar fallas de mercado y de coordinación, adecuar incentivos y levantar restricciones para el desarrollo de los próximos 15 a 20 años. El proceso es consistente y tiene puntos de contacto con Uruguay Agrointeligente (MGAP), la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (NNUU) y con la Estrategia de Desarrollo 2050 (OPP). SENDA también busca facilitar el cumplimiento de los compromisos ambientales tales como el Acuerdo de París para la lucha contra el cambio climático, el Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres, el Marco mundial Kunming-Montreal de la diversidad biológica y otros acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente.

SENDA orientará y servirá de marco para los futuros planes estratégicos y operativos de la institucionalidad pública agropecuaria y otras acciones públicas vinculadas al sector, a fin de que políticas, objetivos específicos y metas del quehacer público en el sector confluyan hacia los lineamientos acordados en esta estrategia nacional.

Precedido de un diagnóstico nacional e internacional, el documento plantea seis dimensiones estratégicas identificadas como centrales para organizar las políticas públicas sectoriales, a saber: (1) inserción internacional; (2) infraestructura y logística; (3) sostenibilidad de los agroecosistemas; (4) desarrollo productivo y social; (5) tecnologías de la información para el agro; y (6) capacidades institucionales.

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