Consejos para la conducción
Conducir un vehículo eléctrico presenta algunas diferencias respecto a conducir uno de combustión interna. Por ejemplo, emiten menos ruido y vibraciones y son automáticos, por lo que no tienen caja de cambios, lo que simplifica la conducción. Además, se pueden cargar en el domicilio, sin necesidad de desplazarse hasta una estación de servicio, entre otras ventajas.
A continuación repasamos algunos aspectos a tener en cuenta para que conducir vehículos eléctricos sea una experiencia satisfactoria.
Las estaciones de carga públicas no son la única opción
Aunque en Uruguay ya existen varios puntos de carga en lugares públicos, y la red de carga pública está en continua expansión, la mejor opción siempre será realizar la carga en el domicilio o la empresa. Esto permitirá disponer siempre del vehículo cargado cuando se necesite usar y no depender de encontrar un cargador público disponible cerca. Además, implica ahorros en la carga, ya que se pueden aprovechar las tarifas residenciales con diferenciación horaria (doble horario y triple horario), que son más económicas que las de carga pública.
Para la carga domiciliaria es posible instalar cargadores de vehículo eléctrico en casas unifamiliares, edificios, comunidades de vecinos, parkings, empresas, centros comerciales, hoteles, etc.
Conducir de forma tranquila y prudente
Al igual que con los autos de combustión, al conducir vehículos eléctricos es preferible apostar por una conducción prudente. Las aceleraciones fuertes aumentan el consumo eléctrico y reducen la autonomía de la batería. Para llegar a un destino concreto, lo ideal es mantener una velocidad constante y adaptada a las condiciones de la carretera. Usar el control de crucero es una buena manera de evitar aceleraciones innecesarias y mantener una velocidad constante. En los vehículos eléctricos, al ser automáticos, se utiliza menos el freno, ya que desacelerar ayuda a reducir la velocidad de forma más suave, permitiendo recuperar velocidad sin necesidad de aceleraciones intensas que conllevan un mayor consumo.
Planificar el viaje
Al realizar un viaje con un vehículo eléctrico, elegir la ruta más eficiente y tener en cuenta las condiciones del tráfico y meteorológicas es importante, ya que pueden aumentar el tiempo de permanencia en la carretera y reducir la autonomía. Identificar los puntos de carga a lo largo del trayecto es crucial en recorridos de larga distancia, en los que puede ser necesario hacer una carga intermedia antes de llegar al destino.
Controlar el uso de la calefacción
Los vehículos de combustión aprovechan el calor residual del motor para calefaccionar el interior. En el caso de los vehículos eléctricos, se utiliza la propia batería, por lo que el uso excesivo de la calefacción puede reducir notablemente el máximo de kilómetros que es posible recorrer antes de una nueva carga. Calentar el vehículo antes de salir, mientras esté conectado a la carga, puede ayudar a conservar mejor el aire caliente en el interior del vehículo.
Mantener los neumáticos en buen estado
El estado de los neumáticos en los vehículos eléctricos influye directamente en la autonomía. El diámetro suele ser mayor que en los autos de combustión, pero con menor ancho. Es decir, las ruedas son más estrechas para disminuir la fricción con el suelo. Generalmente, los vehículos eléctricos usan neumáticos de baja resistencia a la rodadura, aunque con alta seguridad y una buena capacidad de agarre. Utilizar el tipo adecuado de neumático para el vehículo permitirá optimizar el rendimiento y cuidar la autonomía de la batería. Mantener los neumáticos con la presión indicada por el fabricante es esencial, ya que si están demasiado bajos podrían ocasionar una fricción innecesaria, lo que consume más batería.
Conducir sin cambios
Si ya se ha conducido un vehículo automático, que no tiene pedal izquierdo (el del embrague), conducir un vehículo eléctrico será más fácil y no requerirá adaptación. Para quienes conducen un vehículo eléctrico por primera vez, la recomendación es apoyar el pie izquierdo lo más lejos posible de los otros pedales. Al ubicar la palanca de cambio en la posición "D", el vehículo comenzará a desplazarse y no se percibirán los cambios de marcha porque no los tiene.
Adaptar el vehículo al ritmo de conducción
Todos los vehículos eléctricos tienen varios modos de conducción: ECO, Normal y Sport. En cada uno de ellos, y dependiendo del modelo, cambian la potencia disponible y la intensidad de la frenada regenerativa, entre otros parámetros. Ajustando el modo de conducción a las preferencias del conductor y/o a las necesidades del momento, se podrá aprovechar de mejor forma el rendimiento del vehículo.
La absoluta ausencia de sonido del motor puede resultar algo impactante las primeras veces que se conduce un vehículo eléctrico, ya que los únicos que se escuchan son los producidos por el contacto del auto con la carretera.
En un vehículo eléctrico no hay cambios de marcha y toda la fuerza del motor se transmite de forma casi instantánea en los primeros segundos; la aceleración es contundente y lineal en todo momento, lo que aumenta su agilidad tanto en ciudad como en carretera, respecto a lo experimentado en un auto a combustión.
Los vehículos eléctricos pesan más debido a las baterías, lo que, si bien puede ser una desventaja, contribuye a una mejor estabilidad por el bajo centro de gravedad. Ese peso extra va situado bajo el piso del habitáculo, centrado entre los dos ejes y muy cerca del suelo, lo que contribuye a mejorar la estabilidad y se transmite al conductor por medio de una mayor sensación de aplomo sobre la carretera.
Estos consejos te ayudarán a aprovechar al máximo las ventajas de conducir un vehículo eléctrico y a disfrutar de una experiencia de manejo más eficiente y placentera.