Mantenimiento de vehículos eléctricos
El mantenimiento preventivo de un auto eléctrico podría llegar a ser significativamente más económico que el de uno equivalente con motor a nafta o diésel, principalmente porque, al carecer de un motor térmico, se eliminan cientos de piezas y componentes móviles que se desgastan con el uso y el tiempo. Con menos piezas, no se requieren ciertas operaciones de mantenimiento típicas de los vehículos de combustión, como cambiar el aceite, las bujías, el filtro del aire, el filtro de combustible o la correa de distribución, lo cual reduce costos.
Como contraparte, hay que considerar elementos que sí están presentes en los vehículos eléctricos, que, aunque se desgastan menos que en los de combustión, aún requieren mantenimiento regular, como el sistema de frenado. En un auto eléctrico hay que cambiar las pastillas y discos, igual que en el caso de los vehículos a combustión; sin embargo, el sistema de frenado de estos vehículos sufre menos desgaste, al contar con freno regenerativo.
Es recomendable seguir los planes de mantenimiento indicados por el fabricante para cada modelo. El elemento clave en los vehículos eléctricos es la batería, por lo que allí es donde se centrarán las principales tareas de mantenimiento. Aunque está diseñada para durar toda la vida útil del vehículo, su rendimiento puede variar con el tiempo y el uso, dependiendo de los ciclos de carga y descarga.
Ocurre algo similar a lo que sucede con la batería de un teléfono celular: la capacidad de almacenar electricidad en las baterías de los autos eléctricos disminuye progresivamente. Por lo general, los fabricantes garantizan al menos un 80% de capacidad durante ocho años o 160.000 kilómetros, aunque este período puede variar según la marca y el modelo del vehículo. Si es necesario reemplazar la batería, podría implicar un costo significativo para el usuario.
En cuanto al mantenimiento de los vehículos híbridos enchufables (PHEV), este podría resultar más costoso debido a que comparten algunos componentes de tren de rodaje con los vehículos de combustión interna. Son vehículos que cuentan con complejos sistemas de filtros y fluidos, como cualquier vehículo moderno de combustión interna, a los que se le agrega el mantenimiento específico de sus baterías, motores eléctricos y grupos de transmisión asociados. Esta complejidad contribuye a que el mantenimiento de los PHEV sea más caro en comparación con los vehículos eléctricos convencionales.