Factores de riesgo y prevención por grupos de edad | Adolescentes
El agua es un lugar de diversión y recreación, pero también conlleva ciertos peligros si no se toman las medidas necesarias. En la adolescencia, es común que los jóvenes se sientan seguros de sí mismos, confiando en sus habilidades. Sin embargo, es crucial que comprendan los riesgos y tomen precauciones para evitar lesiones y tengan en cuenta algunos consejos para garantizar su seguridad en entornos acuáticos.
No deben nadar solos
Aunque los adolescentes sean buenos nadadores, siempre es más seguro nadar en compañía. Si ocurre un incidente o si se sienten mal, un amigo o un adulto puede intervenir y pedir ayuda. La regla es clara: nunca deben nadar sin la presencia de otra persona, especialmente en lugares como ríos, playas o piscinas no vigiladas.
Respetar las señales
Las señales en playas y piscinas están diseñadas para proteger a las personas. Si ven una bandera roja en la playa, significa que las condiciones del mar son peligrosas, y es fundamental que los adolescentes respeten esta advertencia, aunque se sientan confiados en sus habilidades para nadar. Evitar riesgos innecesarios es la mejor decisión.
Baños en zonas habilitadas
Los baños en zonas no habilitadas y/o en horarios sin supervisión de guardavidas constituyen el mayor riesgo en este grupo. La habilidad en el agua y el desconocimiento de los riesgos en diferentes entornos acuáticos, combinada con la imprudencia, pueden ser peligrosas. Cuidarse a sí mismos y a sus amigos es una responsabilidad compartida.
Cuidado con las corrientes
Existen distintos tipos de corrientes en ríos y playas. No es recomendable nadar contra ellas ya que esto podría acelerar el cansancio.
Un tipo particular son las corrientes de retorno que ocurren en algunas playas, fluyen alejándose de la costa y son difíciles de percibir. Si una persona se ve atrapada en una de ellas, no debe nadar en contra. La mejor opción es flotar, levantar la mano para pedir ayuda (señal internacional de auxilio) o moverse paralelamente a la costa hasta salir de la corriente.
Evitar el consumo de alcohol u otras sustancias
El consumo de sustancias psicoactivas/drogas de abuso y las actividades acuáticas son una combinación peligrosa.
El consumo de alcohol reduce la capacidad de tomar decisiones claras, afecta el juicio y debilita las habilidades para nadar, lo que incrementa significativamente el riesgo de ahogamiento.
Habilidades de supervivencia y rescate seguro
Saber mantener la calma y flotar en el agua en situaciones de peligro o cansancio puede ser vital. Además, deben aprender a ayudar a otros sin poner en riesgo sus propias vidas. Nunca deben lanzarse al agua para un rescate, es importante conocer y aplicar los pasos de la cadena de supervivencia para el ahogamiento. Si se observa a alguien en peligro, la mejor forma de ayudar es bajo el principio de la seguridad personal primero, lanzando un objeto flotante o un elemento de alcance y seguir los pasos de la cadena de supervivencia para el ahogamiento. Se debe llamar de inmediato al guardavidas o al 911 para obtener ayuda profesional.
Cuidar de los demás
Si los adolescentes están en una piscina o en la playa con amigos, es fundamental que se vigilen mutuamente. A menudo, las señales de peligro no son evidentes, y la atención entre compañeros puede marcar la diferencia. Si observan que alguien está en apuros, deben buscar la ayuda de un adulto o llamar al 911 lo antes posible.
Uso de dispositivos de flotación
En actividades acuáticas como el kayak o deportes náuticos, el uso de chalecos salvavidas es obligatorio. No importa cuán confiados se sientan los adolescentes, o si son buenos nadadores,
un chaleco salvavidas puede ser la diferencia entre la vida y la muerte en caso de un incidente inesperado.
