Ministerio de Turismo

Para la apertura del Castillo Morató al público, hay que destacar las gestiones iniciadas a mediados del 2020 por la Viceministra de Educación y Cultura, Ana Ribeiro, el Viceministro de Turismo, Remo Monzeglio y la Arquitecta de la Comisión de Patrimonio de la Nación, Silvina Podestá.

Además, participaron y apoyaron los correspondientes equipos asesores de los jerarcas, integrados por José Cozzo (MEC), Oscar Iroldi y el sanducero Jhonatan Scognamiglio (MINTUR).

Asimismo, la nueva administración de la intendencia de Paysandú liderada por el Intendente Nicolas Olivera y el Director de Turismo Juan Manuel Galvan, le está dando una gran importancia al turismo, y en este caso, con la apertura del Castillo Morató, al Turismo Histórico Cultural, al tiempo que se trabajan fuertemente las modalidades de Turismo Termal, Místico y Náutico.

Paysandú se presenta como un destino seguro y amigable, que cumple con todos los protocolos sanitarios y con una variada oferta turística.

En referencia a las visitas guiadas al Castillo Morató, los guías y empresas turísticas que se encuentran trabajando al respecto, manifestaron que ya tienen completos casi dos meses de visitas pre-agendadas.

A su vez, el Director de Turismo de Paysandú, José Manuel Galván manifestó con alegría, que han recibido el interés de una reconocida empresa Argentina de transporte fluvial, en realizar visitas desde Buenos Aires, una vez que las fronteras se abran al turismo.

Información y modo de trabajo para agendar las visitas:

Los visitantes interesados deben comunicarse al teléfono de la Dirección de Turismo de Paysandú, 4724 1636, donde se les informa las diferentes opciones de recorridos y guias existentes.

Acualmente, existen 3 opciones de recorridos, según las necesidades del visitante. La Dirección de Turismo, le comunica a los interesados el teléfono de contacto de una de las opciones y esa empresa a su vez, se comunica al correo electrónico establecido por la familia Morató, para agendar las reservas.

Las opciones ofertadas son:

• Salidas desde la ciudad de Paysandú en fechas puntuales (3 hs. de viaje de ida y 3 hs. de regreso). Incluye recorrido guiado de 2 hs. por el castillo, canasta de almuerzo y paradas en pueblos cercanos.
• Salidas desde Termas de Almirón (2 hs. de viaje de ida y 2 hs. de regreso) directo al Castillo Morató. Incluye 2 hs. de recorrido guiado, canasta de almuerzo (opcional) y regreso directo al punto de partida.
• Salidas desde Termas de Almirón en vehículos propios “en caravana” con un guía responsable habilitado, que dirige el grupo y coordina con el Castillo, siendo un recorrido personalizado de acuerdo a las necesidades de cada grupo o familia, y con paradas y visitas en los pueblos cercanos al recorrido.

Seguramente, se incorporen nuevas opciones con distintas improntas y características, y en caso de requisitos específicos para grupos determinados, la Dirección de Turismo de Paysandú, contactará al interesado directamente con el establecimiento “Buen Retiro”.

Visitas sin costo para escuelas y liceos

De marzo a noviembre, se coordinarán visitas sin costo de acceso para escuelas y liceos con cupos limitados, con necesidad de agenda previa.

Contacto:

Dirección de Turismo de Paysandú: 4724 1636

Historia del Castillo Morató – Estancia “Buen Retiro”

La estancia “Buen Retiro” y el castillo de la familia Morató, se ubican en el interior profundo del departamento de Paysandú, en el Municipio de Guichón, a 79 km. de dicha ciudad, 99 km. de Paso de los Toros y 168 km. de Paysandú.

La primera referencia a esta estancia data de 1904 como “Estancia Barreto”, en referencia a Francisco Barreto, sin mención todavía al nombre de “Buen Retiro”.

La superficie de la estancia es de 26.000 hectáreas, y en sus comienzos fue dividida en treinta potreros con alambre especial y madera dura; los galpones fueron construidos con “todo lujo”, provistos con un sistema de cañerías para las aguas corrientes, canaletas de desagüe y piso impermeable”.

Para la esquila se dispusieron maquinarias de última generación, en galpones aptos para clasificar la lana; los bretes de encierro eran del moderno sistema australiano y los peones contaban con habitaciones inusualmente confortables.

Se importaron padrillos percherones de trote americano; toros Durham y holandeses; vacas y toros normandos; ovejas y carneros Romney Marsh y planteles y reproductores Rambouillet.

Cinco “puestos” de vigilancia, hechos  de material y  conectados entre sí por teléfono, permitían supervisar la enorme propiedad. No podía faltar la electricidad, provista por modernos dínamos, con sus motores y baterías de acumuladores; lo que permitía iluminar el edificio central, basado en el confort de abundante luz y agua corriente.

Barreto y Morató construyeron ese “prototipo del establecimiento suntuoso, donde nada falta” en tierras de larga historia, que se remontaba a Francisco Aguilar, su primer dueño, en la colonia, para pasar luego al Brigadier General Fructuoso Rivera, en el año 1835.

En 1904, cuando se termina de construir el casco, fue denominado “Castillo” por los contemporáneos, debido a su imponencia. Paralelamente, terminaba la última de las guerras civiles del Uruguay, que enfrentó a las tropas de Aparicio Saravia con el gobierno del presidente José Batlle y Ordóñez.

La construcción no fue alterada por las tropas de revolucionarios ni de partidarios al gobierno que pasaron por el lugar, en su constante desplazamiento bélico. Era el símbolo del Uruguay ganadero moderno que se abría paso, y como tal fue respetado por ambos bandos.