Ciencia y Patrimonio

Clemente Estable

Este 23 de mayo se cumplió el aniversario 127 del nacimiento de Clemente Estable (1894-1976), nacido en Santa Lucía, en el departamento de Canelones. En él y en el entorno por él creado toma origen la ciencia independiente en el Uruguay.
Clemente Estable

Si hay que nombrar a la ciencia con una referencia personal, es el maestro nacido en Santa Lucía, en el departamento de Canelones, quien está en primer lugar. Fue docente e investigador, sobre todo en las áreas de biología celular y neurobiología. Son innumerables las crónicas sobre su vida que mencionan su carácter de “pedagogo, científico y filósofo que marcó la historia del pensamiento nacional y que vivió su vida guiado por fuertes valores democráticos, éticos y trabajó exhaustivamente para mejorar o cambiar la visión pedagógica, política y científica de la comunidad.”

Si bien, con quince años ingresó con una beca al Instituto Normal, a la vez que completaba sus estudios en cursos nocturnos de la escuela de La Unión, en Montevideo, de manera autodidacta se acercó a las ciencias naturales, sobre todo en investigaciones microscópicas y, con mucha curiosidad, en estudios psicológicos. En 1914 comenzó a ejercer como maestro en escuelas de la capital: la Escuela Artigas y más tarde la Escuela de Aplicación España, entre otras. Tres años después fue profesor del Instituto Normal y en 1920 Maestro de Conferencias adscripto a la Inspección Técnica de Enseñanza Primaria, que le permitió recorrer varias escuelas. Al año siguiente publica «El Reino de las Vocaciones».

Un mojón fundamental en su vida fue lo que sucedió en 1922. Clemente Estable logra una beca que lo llevó al Instituto de Investigaciones Histológicas de Madrid, que dirigía el prestigioso Santiago Ramón y Cajal (Premio Nobel de Medicina en 1906). Allí estuvo tres años, donde profundizó sus estudios e hizo varias publicaciones sobre neurohistología y neurohistopatología. Luego cursó estudios en Francia, Alemania, Austria, Mónaco e Italia alternando en las instituciones y con los científicos  más importantes del momento.

En 1930, Estable ya reconocido como un importante maestro e investigador ideó el plan educativo para aplicar en el ciclo de enseñanza primaria los métodos de investigación científica, con una base pedagógica y psicológica que se conoció como Plan Estable. Gracias a su incansable trabajo como filósofo, pedagogo y científico, y su trayectoria ya importante a nivel internacional, en 1937, fue  nombrado Profesor Ad Honorem por la Facultad de Medicina. En 1959, fue designado Profesor Honoris Causa por el Consejo de Enseñanza Secundaria y Preparatoria de la Universidad de la República. Los reconocimientos locales e internacionales no cesaron. En 1962 fue nombrado oficial de la Legión de Honor de Francia y Médico Preclaro de la Academia Médica de Roma.

Otro gran científico, como el Prof. Fernando Mañé Garzón, definió, hace algunos años, en un artículo, a Clemente Estable como “creador de la investigación biológica en nuestro país y de su ámbito cultural. Merecidos y necesarios homenajes se le tributaron. Más necesarios hoy quizá que nunca, cuando nuestra ciencia ya tiene su bien sazonada y lograda historia dentro de su caudal natural y de su indiscutible dignidad. Momento, el actual,en que luego  de denodado esfuerzo original e integrativo a nuestra cultura, de esa ciencia que bregaba por ser independiente, tiende a volver a ser colonial y encontrar sus jueces, sus méritos, sus relieves en la promoción, aprobación e imposición en las metrópolis. Fue sin duda Clemente Estable uno de los más eminentes fundamentalistas de nuestra ciencia en general y de la biología en particular, completando esta presencia por una tan sostenida como fecunda y original inquietud por el pensamiento filosófico y en especial orientado hacia la promoción de aprender, que es vocación y es aptitud lejos de los cánones corrientes de las propuestas en uso. Ya somos pocos los que estuvimos, estrecha o laxamente unidos a él, que a todos estimuló con su ejemplo y  su mensaje. No dejó nunca de ser una conversación con él la invitación al entusiasmo por ver, mirar y crear, surgiendo con natural intención tanta crítica pero siempre mostrando caminos. 
Los países pequeños, que configuramos sociedades culturales a la medida del hombre, sin distinciones exitosas, frívolas u ocasionales, guardan como tesoro casi exclusivo la concreción de personalidades paradigmáticas que secularmente las representan, las singularizan y las trascienden. No están en relación con logros positivos específicos, el Premio Nobel, un invento redituable, un éxito contundente.No, están en relación con un hombre cuyo ejemplo vale por sí mismo, por su inmanencia. Por ello no creamos que al trazar la gesta cultural, tanto biológica como pedagógica o filosófica de Estable estamos relevando por demasía una personalidad local reducida sin duda al ámbito de una cultura nacional, sino la valoración de una integridad humana en la que convergieron valores justamente humanos que lo individualizan aquí, allá y siempre como un ejemplo de tenor humanista que aunque gustado por pocos no dejó de ser esencialmente universal. En él y en el entorno por él creado toma origen la ciencia independiente en el Uruguay”. 

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