Trayectorias que inspiran: crianza, ciencia y los caminos que se construyen en el IIBCE

El intercambio reunió a cuatro integrantes del instituto —Lucía Canclini, Guillermo Morera, Claudia Etchebehere y Carolina Croci— que compartieron sus experiencias con mucha calidez y sinceridad contando cómo han transitado los desafíos, tensiones, aprendizajes y también las alegrías de conciliar la crianza con la práctica científica.
Historias diversas, desafíos comunes
Las experiencias presentadas fueron muy distintas entre sí: familias numerosas, ensambladas, maternidades jóvenes, doctorados interrumpidos por la pandemia, largas trayectorias atravesadas por múltiples cuidados, maternidades inesperadas, redes de apoyo fuertes o casi inexistentes.
Sin embargo, entre los relatos emergieron tres elementos comunes: la enorme dedicación que implica la ciencia, la intensidad del trabajo de cuidados y la necesidad permanente de articular ambos mundos sin desbordarse.
Lucía Canclini compartió su recorrido atravesado por la maternidad en distintas formas: hijos biológicos y del corazón, doctorado y posdoctorado realizados en simultáneo con la maternidad, vocación científica y culpas persistentes. Su historia mostró cómo la comunidad de trabajo puede convertirse en un sostén fundamental: «el IIBCE es una gran familia», dijo, al recordar el apoyo recibido durante su formación.
Guillermo Morera relató una paternidad más reciente y profundamente transformadora. La llegada de su hija en el inicio del doctorado modificó por completo sus prioridades y su manera de trabajar: rutinas entrecortadas, noches sin dormir, creatividad para seguir avanzando y una fuerte dependencia de la comprensión institucional. También subrayó cómo la ausencia de redes familiares cercanas impacta en la vida profesional y en la distribución de los tiempos.
Claudia Etchebehere, con una trayectoria más extensa, repasó cómo cada etapa de su formación coincidió con el nacimiento de un hijo o hija, y cómo las pasantías cortas y las becas fueron herramientas clave para sostener el crecimiento académico. Su intervención permitió mirar con perspectiva de largo plazo las inequidades y la falta de políticas de conciliación, y reivindicar la importancia de reconocer el trabajo de cuidados como un factor real en la evaluación de carreras científicas.
Por su parte, Carolina Croci compartió una experiencia reciente, sumergida en la intensidad de lo cotidiano: el inicio del doctorado, un embarazo inesperado, las tensiones al comunicarlo, el regreso al trabajo, las búsquedas de cuidados y la compleja distribución de tareas dentro del hogar. Su relato mostró, con enorme sinceridad, la cara más visible e inmediata de la conciliación: cansancio, organización milimétrica, redes parciales, dudas… y también ternura, orgullo y aprendizajes.
El cuidado como dimensión estructural de la vida científica
A partir de estas voces quedó claro que la crianza no es un asunto privado ni marginal en los caminos profesionales, sino una dimensión que atraviesa de forma estructural la vida académica.
Las participantes y el participante coincidieron en que es necesario avanzar hacia políticas que contemplen los cuidados —su tiempo, su peso emocional, su desigual distribución— y que permitan trayectorias más equitativas.
La reflexión colectiva apuntó a reconocer que la ciencia se construye con personas reales, con familias diversas, con vínculos y con responsabilidades que deben ser visibilizadas para que la institución pueda acompañarlas.
Un espacio para pensar, compartir y transformar
Trayectorias que inspiran busca justamente eso: generar espacios donde las experiencias personales dialoguen con los desafíos institucionales, para avanzar hacia un IIBCE más justo, más empático y más consciente de las desigualdades que afectan el desarrollo profesional.
Este segundo encuentro dejó una certeza: la ciencia y la crianza pueden convivir, pero requieren redes, comprensión y políticas que distribuyan equitativamente las cargas. Y, sobre todo, requieren conversaciones como esta, donde las historias individuales se vuelven motor de reflexión y cambio colectivo.
