Investigación y estadística

Logro y nivel educativo alcanzado por la población 2012

Estadísticas

Esta publicación ha sido elaborada por los Integrantes del Área de Investigación y Estadística de la Dirección de Educación del Ministerio de Educación y Cultura.

Resumen ejecutivo

Analfabetismo

En nuestro país, el analfabetismo ha decrecido de manera constante y consistente en el tiempo.
Actualmente existe un 1,6% de personas que declaran no saber leer ni escribir, situación que alcanza un 2,5% en áreas rurales. La tasa rural ha sido históricamente más alta que la urbana y disminuye más lentamente.
Como ocurre con otros indicadores educativos, los valores más bajos se registran en el sur, en la proximidad de Montevideo (0,9%), y es más importante en la frontera central con Brasil (Rivera 3,7% y Cerro Largo 3,2%).
En materia de edades, el analfabetismo muestra una evolución favorable. Desde hace muchos años el sistema educativo alfabetiza a la casi totalidad de los niños. Por ello solo el 1% de las personas de 15 a 49 años declaran no saber leer ni escribir y el 3,2% de las personas de 65 años o más expresan no contar con dichas capacidades.

Cobertura

La cobertura educativa es universal, alcanza casi el 100% entre los 6 y los 11 años de edad, es decir, en el tramo de escolarización primaria. La cobertura también puede considerarse universal a los 5 años de edad (97,7%), y a los 12 y 13 años (97,6% y 96,6%, respectivamente). En estas edades no se registran variaciones de significación.
En las demás edades el sistema se encuentra ampliando su cobertura: se verifica una importante escolarización entre los niños de 3 y 4 años de edad (63,8% y 89,1%) y una asistencia superior entre los jóvenes de 13 y 14 años respecto a la registrada en los años 2008, 2009, 2010 y 2011 (94,3%, 94,5%, 95,6%, 96% y 96,6%; y, 89,7%, 91%, 91,2%, 92,4% y 92,6%).
A partir de los 13 años, cada grupo de edad participa menos que el anterior: 92,6% a los 14, 87% a los 15 y entre quienes tienen 22 años de edad asiste el 31,4% (en 2011 estos valores fueron: 92,4%, 85,2% y 36,6%, respectivamente).
Entre 2006 y 2012, los jóvenes de 18 a 24 años de edad que declararon no encontrarse asistiendo han mostrado una proporción bastante constante: 61,1%, 62,5%, 57,9%, 61,8%, 62,5%, 61,4% y 58,7%, respectivamente.
La desigualdad estructural con base en el ingreso de los hogares sigue siendo importante:

  • A los 3 años asisten a un centro educativo el 46,5% de los niños provenientes de los hogares más pobres y el 91,6% de los niños de los hogares más ricos (en 2011: 45,2% y 81,1%).
  • Las diferencias de cobertura se comienzan a percibir nuevamente a los 13 años de edad y es a partir de los 15 años que se tornan manifiestas.
  • La brecha relativa se incrementa de manera constante hasta los 17 años, y entre los 17 y los 18 años se observa un incremento repentino (del 41,3% a los 17 años, al 52,7% a los 18). A los 21 años la diferencia entre el 1.er quintil y el quintil mayor es del 63,2% (73,8% y 10,6%), mientras que en 2011 había sido del 60,7% (72,3% y 11,7%).

La participación en la educación de las personas provenientes de los hogares más pobres subió por tercer año consecutivo. Para el grupo de jóvenes con 13 o 14 años de edad, que representa un grupo de inflexión importante en materia de desigual acceso a la educación, la brecha viene estrechándose. La diferencia entre el quintil de menores ingresos y el de mayores ingresos es de 6% para los 13 años y de 12,8% para los 14 años (0,2 y -0,3 puntos en relación con el 2011).
En el primer quintil de ingresos la señalada desvinculación se observa a partir de los 13 años de edad; mientras que en el quintil mayor esto no ocurre hasta los 18 años.
La participación de hombres y mujeres a partir de los 15 años de edad y sobre todo después de los 18 años
tiende a ser cada vez mayor para las jóvenes.

Nivel educativo de la cobertura

Además de contarse con un buen nivel de cobertura en niños de 4 a 11 años, la adecuación entre las edades teóricas y los niveles educativos correspondientes es relativamente elevada y constante. Un 2,8% de los niños, presumiblemente de 5 años, ya se encuentra asistiendo a primaria.
El rezago escolar lentamente sigue disminuyendo en las edades superiores:

  • Entre los 12 y los 14 años el rezago pasa del 20,5% en 2010, al 19,4% en 2011 y al 19,8% en 2012.
  • Entre los 15 y los 17 años fue del 26,9% (en 2011 el 26,2%). Y conjuntamente con quienes no asisten, en 2012 estuvo rezagado o no asistió el 48,3% de estos jóvenes (un 0,8% menos que en 2011, año en que había representado el 49,1%).

La distribución territorial muestra una mayor participación en la capital del país (77,4%) y, con la expresa excepción de Maldonado y San José (71,4% y 70,5%), en los departamentos próximos a ella (entre el 72% y el 74%). En la medida en que consideramos departamentos más lejanos, la participación en el sistema educativo de estos jóvenes es menor al 72%.

Asistencia y trabajo

El 50,2% de los jóvenes de 15 a 20 años se dedica exclusivamente a estudiar (11 décimas más que en 2011): más de la mitad lo hace en educación media superior (55,7%), el 29,3% aún no termina la educación media básica y el 15% realiza estudios terciarios. El 13,2% de estos jóvenes asiste y trabaja o busca trabajo; el 23,7% solo trabaja o busca trabajo (en 2011: 12,9% y 25,6%, respectivamente), y el 13% no estudia, no cuenta con una actividad laboral alternativa y tampoco busca procurarla.
Entre los jóvenes de 12 a 29 años que dejaron sus estudios, el trabajo aparece como el segundo motivo más importante: casi 3 de cada 10 se desvinculó cuando comenzó a trabajar (27,4%). La principal razón esgrimida fue la falta de interés o el interés por otras temáticas (47,6%; en 2011: 45%).
En efecto, el desinterés afecta particularmente a más de 6 de cada 10 de los más jóvenes (12 a 17 años: 64,8%). Luego, el embarazo, el sentimiento de que estudiar es difícil y la carga de tareas del hogar que recae en algunos jóvenes son motivos que alejan fundamentalmente a los más pobres (11,5%, 6,5% y 5,2%).

Nivel educativo máximo alcanzado

En 2012 el 30% de las personas con 70 y más años de edad y el 83,8% de las personas con entre 25 y 29 años alcanzan niveles educativos superiores a primaria completa (en 2011: 27,2% y 80,9%, respectivamente).
Las personas pertenecientes a hogares del 1.er quintil de ingresos que no alcanzan a superar primaria registran en 2012 una nueva disminución (del 60,4% en 2011, pasa al 54,2% en 2012).
Por su parte, los sectores pertenecientes al quintil mayor de ingresos continúan incrementando la proporción de personas que alcanzan los estudios terciarios (en 2011: 53,1%; en 2012: 54,1%).
Complementariamente, los sectores ricos y pobres participan de manera similar en educación media: la proporción de personas que habiendo superado la educación primaria no acceden a la educación terciaria es de 39,1% y 43,6% (en 2011: 38,8% y 37,6%).
Los datos confirman que se trata de una estructura que puede cambiar, todo lo cual permite intuir que, por estructural que sea, es posible favorecer su evolución positiva.

Culminación de ciclos

En el 2012, igual que en 2011, el 96,7% de las personas de 14 y 15 años de edad había concluido sus estudios primarios; el 64,4% de los jóvenes de 17 y 18 años, educación media básica, y el 36,8% de los de 21 a 22 años, educación media superior. Estos mismos guarismos en 2010 fueron respectivamente: 96,7%, 65% y 37,5%. Lo que significa que:

  • La culminación de primaria entre los jóvenes de 14 y 15 años viene incrementándose desde 2008. En 2012 se repite la participación alcanzada en 2011 (96,7%).
  • Quienes tienen 17 o 18 años y quienes tienen 21 o 22 años registran un cambio de tendencia positivo en 2011 que se revierte levemente en 2012 (58,6% y 31,2% en 2010; 65% y 37,5% en 2011, y 64,4% y 36,8% en 2012).

Quienes no estudian y no trabajan

Si observamos los jóvenes entre 15 y 24 años que no estudian y no trabajan, destacan las personas que viven en el interior (65,5%); sin embargo, existen diferencias significativas entre hombres y mujeres (39,1% y 60,9%, respectivamente) y 7 de cada 10 integran hogares de bajos recursos (1.er y 2.o quintil de ingresos).
Al considerar grupos de edades simples, la cantidad de jóvenes que no asisten a un establecimiento educativo, pero que tampoco trabajan, se incrementa entre los 15 y los 17 años de edad, tornando máxima a los 17 años la brecha entre quienes, no estudiando, buscan y no buscan trabajo.
Finalmente, estos jóvenes que no trabajan y no buscan trabajo mayoritariamente han alcanzado educación media (71,5%; en 2011: 62,5%). Entre 2011 y 2012 se observa un cambio significativo: crece el nivel educativo al que acceden estos jóvenes, alcanzando en mayor proporción la educación media, pero también incrementándose su acceso a educación media superior. De esta forma se observa un corrimiento hacia arriba que tiene un doble impacto.
Se trata de un perfil que difiere según se considere a quienes buscan trabajo o a quienes no lo hacen.
Entre quienes no buscan trabajo, más de 8 de cada 10 alcanzaron como máximo nivel educativo la educación media básica. Pero a diferencia de 2011, la mayoría llegaron a media básica (48,4%; en 2011: 40%). De manera que aun en el sector con signos de mayor desvinculación social (educación y trabajo), el indicador registra progresos.

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