Manual de Manejo de Bosque Nativo en Uruguay

6.1. Bosque fluvial

En este tipo de bosque las intervenciones permitidas son muy limitadas, principalmente por la función protectora de estos en la cuenca hidrográfica, y sus funciones ecosistémicas. Las con- diciones particulares de los ecosistemas de boque fluvial condicionan el tipo de manejo a ser planificado o ejecutado, visto que en los bosques fluviales debe de primar el concepto de con- servación intangible frente al productivo. De ahí los manejos sobre estas zonas deben de ser restringidos a reaperturas de calles existentes u otras intervenciones que limiten otros usos.

Objetivo de manejo:

Un correcto manejo debe buscar proteger la estructura y las funciones ecosistémicas de los bosques fluviales y el control de EEI.

La invasión de especies exóticas es un problema un muchos bosques fluviales con influencia humana (tala rasa, actividad ganadera). Para mantener la estructura, composición y función del bosque nativo se debe controlar y eliminar las especies exóticas invasoras (EEI) en la medida de ser posible, dichos aspectos serán abordados en el capítulo de rehabilitación de bosque nativo. En sitios de mayor vulnerabilidad por erodabilidad del suelo, se deberá dejar un área de amortiguación entre el área de bosque fluvial y la   agricultura.

A nivel internacional está demostrado la importancia de este tipo de bosques, los diferentes países tienen determinadas las áreas mínimas de no intervención con respecto a la cercanía al curso de agua. Esta distancia se puede definir en función a características del curso de agua, al uso, caudal, ancho y permanencia. Evidentemente aquellos que se usan para consumo, de mayores tamaños y permanentes requieren mayores fajas de protección.

En el caso de Uruguay, los planes de manejo se realizan individualmente por propiedad de la tierra. El técnico deberá zonificar las fajas de amortiguación, de acuerdo al marco legal vigente teniendo en cuenta el objetivo de conservación y de la cuenca entera, como por ejemplo me- didas de protección de la cuenca del río Santa Lucía.

A continuación, se presentan diferentes condiciones de bosque fluvial y los manejos posibles.

Situación 1: Bosque ribereño cerrado a la circulación, de buen estado sanitario y gran superficie.

Intervención: en estos casos que el estado del bosque no permite el recorrido (a caballo) del predio, se pueden plantear aperturas de sendas de circulación, las cuales se harán mante- niendo la cobertura de copas (cierre de dosel). No se recomiendan caminos paralelos al curso de agua en la zona de no intervencion dependiendo del caso. Aunque en algunos predios rurales existen algunos antiguos, lo cual solo implicaria un mantenimiento. En la medida de lo posible se aconseja alejarse del curso de agua.

Situación 2: Predios ganaderos sin acceso al agua para el ganado, con bosques ribereño en buen estado y conformación.

Intervención: se pueden gestionar cortas para el acceso del ganado al agua, se permitirá la apertura de calles o “trochas” de entre 5-8 metros como máximo, que generalmente hace que no producen apertura de dosel. Se aconseja que el trazado sea ajustado en terreno por el tecnico responsable del plan de manejo.

Apertura de senda de circulación en bosque ribereño

Figura 5: Apertura de senda de circulación en bosque ribereño

Situación 3: Bosque fluvial secundario, cuya densidad de plantas y varejones ronda  los 3.000 a 4.000 árboles por hectárea.

Intervención: se pueden realizar raleos y limpieza de cepas de forma de bajar la densidad, evitar una cantidad grande de cepas y formar árboles monopodiales, nunca se debe llegar     a densidades menores de 2.300- 2.500 árboles por hectárea para asegurar la función de pro- tección de suelo y evitar la erosión en caso de inundaciones. Las intervenciones nunca deben acercarse al cauce principal ni a los“sangradores”. El objetivo de dicha intervención es mejorar el estado y conformación del bosque e integrarlo al sistema de producción ganadero.

Situación 4: Bosque ribereño con notoria presencia de especies exóticas.

Intervención: en estos casos se puede realizar un raleo sanitario teniendo en cuenta sacar solo los arboles exóticos, sin dañar a los remanentes. Los individuos de especies exóticas in- vasoras se los puede matar con una inyección de herbicidas, anillándolos y dejándolos en el lugar de forma de causar la menor alteración posible. Esta intervención se abordará en el ca- pítulo de control de EEI (8.1.1). El corte con motosierra no es recomendable porque puede fomentar la regeneración de las especies exóticas. La regeneración de las EEI se debe controlar manualmente o con una aplicación química dirigida.

Bosque ribereño con alta invasión de Ligustrum lucidum, EEI

Figura 6: Bosque ribereño con alta invasión de Ligustrum lucidum, EE

 

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