Manual de Manejo de Bosque Nativo en Uruguay

8.3. Incendios

Luego de  las actividades urbanas y  agrícolas, los incendios son reconocidos como uno    de los mayores generadores de perturbación en los ecosistemas naturales (Bond y Wil-  gen, 1996).

Según De Bano et al. (1998) y Fernández et al. (2010), los incendios pueden alterar severa- mente la estabilidad de los ecosistemas, modificando la estructura y composición de especies, creando condiciones para el remplazo de especies nativas por otras potencialmente exóticas, afectando las dinámicas sucesionales y perturbando interacciones ecológicas claves del sis- tema. Factores que sumados se traducen en una pérdida de funcionalidad del ecosistema de difícil recuperación. Los incendios de gran extensión y severidad o los repetidos en un corto espacio de tiempo, pueden dejar profundas huellas en el ecosistema y desencadenar procesos erosivos y degradativos que pueden incrementar notablemente la magnitud y duración de los impactos provocados.

En Uruguay, los incendios en bosques nativos son poco frecuentes, no contando con es- tudios de los efectos del mismo sobre la biodiversidad del sitio. Lo más frecuente en el  país es la quema de pajonales y praderas con la finalidad de renovar la vegetación y que aumente la apetecibilidad para el ganado que la consume. Los incendios de mayor mag- nitud han sido observados en el verano sobre bosques implantados de eucaliptus y pinos, y son originados generalmente por imprudencias del hombre, como quemas controladas que se expanden sin control, cigarros arrojados encendidos en sitios con alto contenido  de material inflamable entre otras causantes. En áreas de bosques nativos los registros existentes nos muestran escasa incidencia pudiendo observar dos hechos significativos   en los últimos 20 años, uno de 400 hectáreas sobre bosque de parque y otro de 25 hectá- reas sobre bosque serrano, ambos originados por el hombre. Es de destacar que fuegos iniciados en las cercanías del bosque fluvial no tienen gran incidencia por las condiciones naturales del propio bosque.

Para evitar daños el manejo de fuego de las praderas siempre debe ser controlado y en épocas permitidas y recomendados. Se debe evitar que los fuegos destruyan los bosques, islas de bosques o regeneración natural de especies nativas.

Degradación de bosque nativo por quema de pajonales y matorrales

Figura 23: Degradación de bosque nativo por quema de pajonales y matorrales

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