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Fernán Silva Valdés (15/10/1887 - 09/01/1975)

... Alégrate, guitarra;// En tu boca se hastían los cantos viejos,// Pero ha llegado alguien a estar contigo a solas// Y a hacerte madre de un canto nuevo. (Poema Guitarra, en Agua del Tiempo)
Fernán Silva Valdés (15/10/1887 - 09/01/1975)

FERNÁN SILVA VALDÉS 
(15/10/1887 - 09/01/1975) (*)

 

Nació en Montevideo, en la calle Colón. Sus abuelos eran criollos y gauchos. Fueron sus padres -de sangre ibérica- el escribano Fernando Silva Antuña y María Valdés. Su infancia transcurrió inicialmente en Sarandí del Yi (Durazno). Entre las primeras lecturas estuvieron el Martín Fierro y Fausto. El resto de la infancia y parte de la adolescencia las vivió con los padres en una quinta materna de la calla Maturana de Montevideo, pero siempre le atraerían los trabajos de campo. En la pequeña escuela de la capilla Maturana cursó los estudios primarios. Luego asistió a la pública hasta 5º año, dio examen de ingreso e inició la enseñanza media. Durante la juventud atravesó un período de bohemia y uso abusivo de drogas que afectó su salud y del cual se recuperó con la asistencia del Dr. Santín Carlos Rossi. Inició su producción literaria con un pequeño libro de poemas Ánforas de barro (1913), seguido en 1917 por Humo de Incienso, ambos de estética modernista. No fue hombre de tertulias literarias. En 1924 contrajo matrimonio con Tulia Pérez Gambín. La aparición de Agua del tiempo (1921) marcó un viraje respecto a su producción anterior, que habría de continuar en Poemas nativos (1925) y alcanzar su máxima expresión en Intemperie, en el que incorpora al inmigrante, al gringo (título de 1930, edición del Centenario, premiado por el Ministerio de Instrucción Pública y cuyo nombre tiene una calle de Montevideo). Le seguirían Romances chúcaros y Romancero del Sur. Esta nueva perspectiva estética, el nativismo -compartida con su amigo Pedro Leandro Ipuche-, necesitó ser aclarada y definida repetidamente por sus forjadores.          

Su poesía se presenta como la obra de un hombre culto y refinado. El poeta se reconoce en el ultraísmo, pero aplica las imágenes a una raíz telúrica, a lo autóctono, uniendo tradición y renovación. Otras características del nativismo son la humanización de los objetos y ‘el sentimiento de lo ancestral’, es decir la comunión con los antepasados. En escasos cinco meses sucedieron cuatro hechos centrales que dieron lugar al surgimiento del movimiento nativista. A fines de 1921 apareció el referido Agua del Tiempo -subtitulado Poemas Nativos-; a comienzos de enero del año entrante Alas nuevas, de Pedro Leandro Ipuche; al fin de ese mes Pedro Figari exponía sus cuadros de negros y gauchos en el Salón Maveroff de la calle Sarandí; y en abril el poema sinfónico ‘’Campo’’ de Eduardo Fabini se estrenaba en el Teatro Albéniz de Montevideo. Alberto Zum Felde se vio deslumbrado tempranamente por los valores de esa poesía. Víctor Pérez Petit, por ejemplo, lo consideró “un jalón, un marco divisorio en la literatura hispanoamericana”. Si bien la obra de Silva Valdés se inserta naturalmente en el contexto histórico del Uruguay de los años veinte, se ha señalado que su contenido no enfatiza las precarias condiciones sociales de los habitantes del mundo que describe. Abordó también temas de origen urbano. Así, Agua del Tiempo incluye poemas que presentan motivos arrabaleros como ‘’El Tango’’, ‘’La Giradora’’, ‘’La Cicatriz’’ y ‘’Cabaret Criollo’’. Borges expuso, por un lado, un juicio desfavorable para esta faceta del nativismo, pero elogió el uso acertado de las metáforas en sus versos.

Silva Valdés colaboró, entre otras muchas publicaciones, con los diarios El País (Montevideo), La Prensa y La Nación (Buenos Aires) y las revistas La Cruz del Sur (su primer número, se inició con un reportaje a Silva Valdés), Tabaré, Cartel y Pegaso de Montevideo; y Mundial de Argentina. En particular, participó activamente en la revista escolar El Grillo, del Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal. En 1952, la Comedia Nacional estrenó, con elogios de la crítica, su drama Santos Vega en el Teatro Solís, bajo la dirección de Orestes Caviglia. Esta contó entre sus actores a Héctor Cuore, Alberto Candeau y Estela Casto. También escribió varios textos para niños, Poesías y leyendas para los niños con ilustraciones de Giselda Welker -Zani- (1930); Ronda Catonga ilustrado por Guma Zorrilla de San Martín (1941) y Corralito con ilustraciones de la escultora Aurora Togores (1944). El poema ‘’A la Mancha’’ ha sido cantado por Rossana Taddei. Alberto Ginastera puso música a la canción ‘’El árbol del olvido’’; una milonga que ha sido interpretada por Alfredo Zitarrosa, Víctor Jara, y Martha Argerich, en piano, y  voz de Mercedes Sosa, grabada en vivo en el Teatro Colón en 2003. Además, incursionó en la composición de letras de tango y de otras formas musicales rioplatenses, utilizando en algunas oportunidades el seudónimo de "Juan Corrales". Le pertenece la letra del tango ‘’Adiós Argentina’’ con música de Gerardo Matos Rodríguez, que también musicalizaría la canción ‘’Margarita Punzó’’, grabada en disco por el entonces afamado dúo Magaldi-Noda.

Mantuvo una estrecha relación con la Troupe Ateniense y de allí surgió el tango ‘’Agua Florida’’ con música de Ramón Collazo. Sobre un texto de Silva Valdés, Luis Cluzeau Mortet compuso el ‘’Canto del Chingolo’’. Pintín Castellanos musicalizó la milonga ‘’El tamboril’’. En 1929, escribió ‘’Clavel del Aire’’, musicalizada por Juan de Dios Filiberto, que cantara Carlos Gardel. Fue uno de los fundadores de la Asociación General de Autores del Uruguay y varias veces su presidente. De su narrativa se puede citar Cuentos y leyendas del Rio de la Plata (1941). Tuvo incluso espacios radiales en distintas emisoras. Su poema ‘’Romance a Graciela Saralegui’’ prologó el libro de poemas Hilera de tréboles, de dicha autora (1942). Integró la Academia Nacional de Letras del Uruguay, como miembro de número; la Academia de Letras brasileña; la Comisión Nacional de Bellas Artes; la Sociedad Hispánica de América y la Comisión Nacional de Cooperación Intelectual. Fue autor de ‘’El payador’’ (1940), argumento para un film nacional del que se conservan un original y cuatro copias e incluye algunas anotaciones técnicas que revelan su atención al lenguaje cinematográfico. Se han encontrado argumentos para ballet de su autoría, faceta congruente con su idea de renovar lo criollo con lo moderno. El primero, ‘’Mburucuyá’’, ballet indígena con música de Fabini. Se cuenta con el programa de mano que permite saber que fue estrenada en el SODRE en el año 1933 y también se presentó en el Teatro Colón de Buenos Aires. Otro, también indígena, ‘’Ñandutí’’ y un tercero, ‘’El arroyo de Las Tres Marías’’, con música de la compositora argentina Elsa Calcagno.

La Asociación Internacional de Prensa le brindó un homenaje en el Paraninfo de la Universidad en 1953. La Colección Clásicos del Uruguay lanzó una muy completa Antología de su obra (1966). Por su parte, el Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal realizó una tirada de 36000 ejemplares de otra Antología poética, para distribución en escuelas (1973). Ese mismo año le fue otorgado el Gran Premio Nacional de Literatura. Falleció hace cincuenta años en la capital. El puente sobre el arroyo Agua Sucia (que une Durazno con Florida, en la Ruta Nacional Nº 6); la Escuela N°110 de Montevideo y una plaza del barrio Carrasco de la capital llevan su nombre. La Junta Departamental de Montevideo, declaró a la casa de calle Uruguayana 3286, que perteneciera al poeta, “Bien de Interés Municipal” (2005).
 

(*) - FUENTES CONSULTADAS:

- Nuevo Diccionario de Literatura Uruguaya 2001. Montevideo. Alberto Oreggioni-Ediciones Banda Oriental.

- Sitio web de Autores del Uruguay, sobre Fernán Silva Valdés.

- Sitio web de Anáforas, sobre Fernán Silva Valdés.

- Gemas en el archivo Silva Valdés: argumentos para ballet y cine. Vanesa Artasánchez - Biblioteca Nacional de Uruguay.