Noticias

Jorge Bolani habla de su trabajo en “El resto bien” y de "Whisky"

El actor de 81 años repasa su prolífica trayectoria, cuenta cómo fue su debut para una plataforma internacional junto a grandes figuras y comparte anécdotas de la película de Rebella y Stoll que cambió su vida.
Jorge Bolani habla de su trabajo en “El resto bien” y de "Whisky"

Es un agradecido de la vida, del arte y de las oportunidades que siguen apareciendo a sus 81 años, y las disfruta con el mismo entusiasmo con el que de niño corría al Teatro El Galpón -frente a su casa- para espiar los ensayos. Jorge Bolani también consumía Carnaval en el tablado que un vecino montaba en Roxlo y Mercedes. Seguía a los Patos Cabreros por influencia de su abuelo y veía cuanta película musical podía gracias a su padre.

El que empezó como la “mascota” de El Galpón se ganó un nombre en el ambiente artístico. Hizo ficción en televisión, actuó en decenas de obras, dirigió otras tantas, integró la Comedia Nacional, dio clases y protagonizó Whisky, una de las películas más importantes del cine uruguayo, premiada en Cannes, Tokio y Chicago.

“No me puedo quejar. Estuve tres años en telecomedias, me buscaban para publicidades, tuve una experiencia espectacular con Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella en Whisky, y nunca abandoné el teatro porque es lo que más me gusta”, resume en diálogo con El País.

Hoy celebra que lo sigan convocando. Una de las últimas llamadas fue de Cimarrón, para participar en El resto bien, miniserie dirigida por Daniel Burman para Flow. Tras una charla por Zoom -“nos llevamos notable”- aceptó encantado.

“Mi personaje se llama José, tiene 91 años, es abogado retirado y vive en un mundo paralelo. Burman me confesó que era una especie de alter ego de su padre", comenta sobre su primer papel para una plataforma.

Rodó todas las escenas en Montevideo y compartió elenco con Rita Cortese, Benjamín Vicuña y Violeta Urtizberea, su esposa, su hijo y su nuera en la ficción. La experiencia superó sus expectativas: “El clima laboral era excelente. Te cuidan, te respetan. Y charlar con Rita o Benjamín era un placer. Gente macanuda, con mucho oficio”.

Hoy combina proyectos con el disfrute de la paternidad, un rol que retomó en 2019 con la llegada al hogar de Ximena, adoptada con siete años junto a su esposa, la actriz Paola Venditto. “Te tiene con la batería cargada todo el tiempo, sobre todo a Pao, que es una madre increíble”, dice sonriendo.

Ya piensa en lo que se viene: será parte de una miniserie de Bruno Pereira -que debutará como director- y en verano empezará los ensayos de La noche de las tríbadas con el elenco del Teatro Circular, donde encarnará a August Strindberg.

 

De la odontología a la pantalla grande

Su historia hubiera sido otra si no hubiera vivido frente a El Galpón y si sus padres no lo hubieran dejado debutar con nueve años interpretando a un duende. “Fue una semilla impresionante”, recuerda.

Tras el liceo se anotó en Odontología, pero abandonó al año por no poder costear la carrera. Se empleó como administrativo en una empresa automotriz y siguió estudiando inglés en el Anglo, donde un compañero lo invitó a integrarse al grupo de teatro. Entró y se quedó cinco años.

Egresó de la escuela del Teatro Circular en 1974 y permaneció allí tres décadas: fue boletero, acomodador, administrativo y actor.

En paralelo, trabajaba en una oficina: “Me iba bien, pero me aburría. Revivía cuando iba al teatro”. En 1999 dejó todo para sumarse a un espectáculo de la Comedia Nacional, pero a los seis meses se cortó el contrato y se quedó sin nada.

Lo salvaron las publicidades, hasta que, en 2003, llegó la serie Constructores (Canal 4) y la propuesta para ser Herman en Whisky. Fue su primer protagónico en cine y atesora los mejores recuerdos de ese rodaje. (Ver recuadro).

En 2024, a 20 años del estreno, Cinemateca organizó funciones especiales y Bolani volvió a verla en pantalla grande: “La vi con otros ojos y sigue siendo genial. No lo digo como hincha: la disfruté como espectador. Rebella y Stoll eran muy maduros para tener 25 años”, resume.

 

La escena improvisada que quedó en "Whisky"


Durante el rodaje de Whisky en Piriápolis, en pleno agosto y con un frío helado, la actriz Mirella Pascual estaba sentada en la escalinata que da a la playa, fumando y observando el horizonte. “Decían acción y te olvidabas del frío”, recuerda.

El personaje de Bolani bajaba, se sentaba a su lado y charlaban. En una de las tomas, ella largó, de la nada: “Namrec Reloc”. No estaba en el guion. Bolani, fiel a la regla de oro -no cortar hasta que el director lo indique-, siguió el juego: “¿Y eso?”. “Tu nombre al revés (Herman Köller)”, respondió ella. A partir de ahí improvisaron un diálogo entero en ese idioma inventado.

Lo que él no sabía era que Rebella y Stoll se habían confabulado con la actriz la noche anterior para sorprenderlo, luego de descubrir que ella hablaba al revés desde niña. “Fue una escena completamente improvisada, y quedó en la película”, revela Bolani.

 

La revancha y el sueño cumplido

Con el impulso que le dio Whisky, en 2004 Héctor Manuel Vidal, entonces director de la Comedia Nacional, lo contrató como actor estable por designación directa. “Fue el sueño del pibe. Hacía teatro, me pagaban, tenía seguridad social: era maravilloso, salvo porque no podía elegir el personaje”, recuerda.

Después de esa etapa, que culminó en 2014, llegarían trabajos que disfrutó mucho, como Los elegidos, dirigida por Jorge Denevi, donde interpretaba a un profesor anárquico, y Tío Vania en el Circular.

Su último proyecto, la serie para Flow, le dejó grandes momentos y el reencuentro con Daniel Hendler, quien dirigió algunos capítulos y actuó en una escena: “Trabajamos juntos en el Circular cuando él recién empezaba. Fue hermoso volver a verlo”.

De Burman se llevó la mejor impresión: “A los actores no se los puede tratar a todos igual: tenés que agarrarle la personalidad para darle indicaciones, y él te chapa la onda al toque”.

A los 81 años, asegura que la motivación sigue intacta: “El escenario es un espacio de libertad. Enfrentarse al público con un personaje es un acto de amor: recibís su energía. Es un ida y vuelta maravilloso. El teatro es una manera de ser en mi vida”.

 

Fuente: Diario El País/ Uruguay