ROBERTO DE LAS CARRERAS (1873 ó 1875 - 14/08/1963)

ROBERTO DE LAS CARRERAS
(1873 ó 1875 - 14/08/1963) (*)
Nació en Montevideo en la casa de verano de la familia, el actual Museo Juan Manuel Blanes. Hay discrepancias si fue en 1873 o 1875, los documentos disponibles no lo permiten dilucidar. La última fecha figura en su partida de casamiento, pero algunos datos referidos a Julio Herrera Reissig, padrino de la boda, no son correctos, por lo cual ese registro no es definitivo. Su madre, Clara GarcÍa de Zúñiga, era una de las mujeres más ricas del Río de la Plata; hija y heredera de un señor feudal de Entre Ríos (Argentina). Se casó a los 15 años con José María Zuviría, pero ese acontecimiento resultó apenas el origen de una larga carrera de extravagancias y adulterios, entre otros con Ernesto de las Carreras, secretario de Leandro Gómez en Paysandú. No ocultaba su relación con los ocasionales amantes, incluso con Roberto ya nacido. Finalizó sus días recluida, tras un proceso de enajenación mental. Ernesto de las Carreras no asumió ninguna responsabilidad paterna. Convertido en bastardo Roberto decidió asumirlo. Después de Poesía (1892) que publicó con el seudónimo Jorge Kostai, su carrera de escándalo se inauguró con un largo poema en alejandrinos que tituló Al lector (1894), al que empieza por calificar de "bestia" y donde se declara admirador del romanticismo de Lord Byron y de Alfred de Musset. El libro anunciaba el decadentismo local, en su caso, más vital que literario. Está publicado bajo su propio nombre y, como el primero, lleva una dedicatoria al filósofo Carlos Vaz Ferreira, su gran amigo de entonces.
Su base de operaciones era la Ciudad Vieja, con la calle Sarandí y la Plaza Matriz como centro; el Café Moka - acompañado de sus ‘’secretarios’’, al que se agregarían Alberto Zum Felde, José G. Antuña, Julio Raúl Mendilaharsu, Domingo Arena, entre otros -; el Hotel Oriental; Teatro Solís y Club Uruguay como núcleos sociales. Aprendió esgrima, habilidad valiosa en aquella época de duelos. Por su origen social, fortuna y cultura pertenecía a la sociedad montevideana de alcurnia del 900. Tuvo una vida signada por ademanes altivos, desplantes, escándalos en la ‘’Toldería de Montevideo’’, exhibición, ingenio para la invectiva; rodeada por el mito y la leyenda. Solo a modo de ejemplo pueden citarse: un duro enfrentamiento con Álvaro Armando Vasseur que casi termina en duelo; su declamación de Oración pagana en el velatorio de Celia Rodríguez Larreta, tras su asesinato y el del esposo en el episodio del Hotel del Prado; los balazos que recibiera del hermano de la destinataria de su poema en prosa En Onda Azul, seguido del folleto Diadema fúnebre con la imagen de una mancha de sangre en la tapa. Se convertirá así en una figura latinoamericana del dandismo finisecular. De aquel mismo año es su novela Amigos, publicada en el folletín de La Razón. En el poema Mi herencia, que apareció en el diario El Día (12/1894), denuncia su condición de hijo natural que había sido insinuada en el poema Al lector.
Tras la muerte de su padre logró recibir finalmente la parte de la herencia que le correspondía, y en 1895 viajó a España e Italia. Según se indica en el libro El bastardo – La Incapaz de Carlos María Domínguez no habría visitado París, contra lo que habitualmente se afirma. Desde Europa remitió crónicas del viaje para El Día, de dudosa veracidad en cuanto a sus aventuras amorosas. Leerá a Poe y a Baudelaire y aprenderá a manejar el alejandrino francés; llegará a dominar el endecasílabo y se revelará como prosista. Regresó tres años después, con el aprendizaje del refinamiento europeo, ya transformado en un perfecto dandy de vistosa vestimenta, pronto a espantar a la burguesía uruguaya, despreciar lo vernáculo y combatir las normas de la sociedad. Se proclamará anarquista, predicará el amor libre en particular con señoras casadas - como la llamada por él Lisette d'Armanville - a la que dedicó su opúsculo Sueño de Oriente (1900), con descripciones propias de un voyeur. Se unió al Centro Internacional de Estudios Sociales integrado por jóvenes de orientación anarquista, como Florencio Sánchez. Fue contertulio de la Torre de los Panoramas. Si bien mantuvo una muy cercana amistad con Julio Herrera y Reissig, a quien influirá en su conversión al modernismo y sobre todo en la adopción de actitudes de rebelión e irreverencia, sostuvo más tarde con él una sonada polémica por la autoría de un verso. En 1901 se casó; según él, debía hacerlo para evitar que la muchacha - una menor, su prima Berta Bandinelli - fuera enviada a una casa de monjas y perdiera la herencia que le correspondía. Así la salvaría de la sociedad burguesa hipócrita.
En 1902 escribió Amor libre, interviews voluptuosos con Roberto de las Carreras (son tres las entrevistas, la primera de las cuales se distribuyó durante las festividades del 25 de agosto); es un folleto en el que cuenta cómo es traicionado por su mujer legítima, al tiempo que la exalta como discípula del amor libre, al practicar sus propias enseñanzas. Sus ideas anarquistas lo llevaron a colaborar en el diario La Rebelión y a ser el vocero en un acto en favor de Émile Zola por el caso Dreyfus. Más adelante, en las discusiones nacionales por la ley de divorcio, estará a favor de esa iniciativa. En 1905 publicó el poema en prosa Psalmo a Venus Cavalieri, por la respetable impresora Barreiro y Ramos. Es un álbum de suntuosa edición, dedicado a Natalina - ‘’Lina’’ - Cavalieri, una famosa belleza, soprano y actriz italiana de la época, que el poeta no conocía personalmente. En las páginas impares figuraban los textos dirigidos a ella, en los que le lanzaba el reto ‘’Púgil del sensualismo, te desafío a la lid amorosa!’’; en las pares lucía la belleza de Cavalieri en tarjetas postales de la época. Hay otros dos folletos del mismo período en que se revela idéntica ambición de escándalo: Yo no soy culpable ... (Para una ebria cabellera) de 1905 y Don Juan (Balmaceda), algo posterior. Ya para 1906 se le acababa el dinero y no vivía más en el Hotel des Pyramides. Recurrió entonces a amistades políticas que cultivaba desde la fundación de El Día, como el periodista Arturo Santa Anna - a quien había dedicado Sueño de Oriente - y Domingo Arena, muy cercanos a José Batlle y Ordóñez (diario con el que había colaborado financieramente). Logró así ser enviado finalmente en 1907 a Paranaguá, un puerto bananero del sur del Brasil (luego pasará a Curitiba). Desde allí continuó escribiendo poemas cada vez más incoherentes: La visión del Arcángel, La Venus celeste, Suspiro a una palmera. En ellos se alejó del sensualismo, acercándose quizá a posturas metafísicas. Las crisis de desvarío fueron cada vez más frecuentes, hasta que en 1913 se firmó una orden para su repatriación.
Ya en Montevideo obtuvo la jubilación en 1925. Lo cuidaron unas tías mayores, su hijo Raúl que fallece y los nietos. Con reclusiones transitorias se hundió cada vez más en una locura, en parte heredada de su madre, que duró medio siglo. Falleció en Montevideo; no hubo oratoria en su sepelio. En 1973 el Teatro Circular estrenó Boulevard Sarandí, un monólogo de Milton Schinca que fue un éxito, manteniéndose tres temporadas en cartel. Armando Halty interpretaba a Roberto de las Carreras, bajo la dirección de Mario Morgan. En 1975, los descendientes de Roberto de las Carreras solicitaron una prohibición y la obra fue levantada de cartel. Una calle lleva su nombre en el barrio Punta Gorda.
(*) - FUENTES CONSULTADAS:
- Nuevo Diccionario de Literatura Uruguaya 2001. Montevideo. Alberto Oreggioni-Ediciones Banda Oriental.
- Sitio web de Autores del Uruguay, sobre Roberto de las Carreras
- Russell, D. I. (02/1968) - Roberto de las Carreras, iniciador del simbolismo en el Uruguay. Cuadernos Hispanoamericanos. Núm. 218. Recuperado del sitio el 16/06/2025
