Aportes extranjeros en la ciencia uruguaya: talentos que construyen futuros.

La muestra permitió destacar el aporte de científicas y científicos de distintas nacionalidades que hoy enriquecen la investigación en Uruguay. En esta oportunidad se presentaron 20 pósteres que sintetizan las líneas de trabajo de investigadoras e investigadores provenientes de 13 países (Argentina, Bélgica, Brasil, Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, España, India, Italia, México, Perú y Venezuela) quienes actualmente se desempeñan en instituciones nacionales como la Universidad de la República (Udelar), la Universidad Tecnológica (UTEC), el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Hospital de Clínicas, el Hospital Pereira Rossell, la Universidad Católica, el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable y el Institut Pasteur de Montevideo, entre otros centros.
La selección de las y los participantes se realizó mediante una convocatoria abierta que buscó garantizar la pluralidad de disciplinas, trayectorias y procedencias. Las investigaciones abarcan áreas diversas como la inteligencia artificial, la biomecánica, la biología molecular y la salud mental, reflejando el valor que adquiere la ciencia uruguaya a partir del diálogo internacional.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de la directora de Cooperación Internacional y Proyectos, del Ministerio de Educación y Cultura, Andrea Vignolo, quien subrayó la importancia de avanzar hacia nuevas formas de colaboración. «Este concepto de circularidad de saberes se alinea directamente con un enfoque innovador que estamos explorando para fortalecer la colaboración internacional: la Cooperación Circular» expresó.
Destacó que esta modalidad propone una cooperación internacional que fomenta la reciprocidad y la colaboración equitativa entre todos los países y actores, superando la relación tradicional entre donante y receptor. «La Cooperación Circular nos invita a reconocer que el desarrollo no es lineal ni unidimensional, sino un proceso complejo y multidimensional en el que todos los países, sin importar su nivel de desarrollo económico, pueden participar como pares para abordar desafíos comunes».
En este sentido agregó que «se trata de optimizar el sistema de cooperación internacional para el desarrollo mediante relaciones respetuosas y decisiones conjuntas sobre el propósito, alcance y responsabilidad de las contribuciones, complementando las modalidades existentes sin reemplazarlas».
Para concluir, Vignolo destacó que «en el ámbito de la ciencia y el conocimiento, la Cooperación Circular representa un avance significativo hacia un modelo de colaboración más equitativo y eficaz. Se basa en la mutualidad estratégica, bajo tres principios fundamentales: todos contribuyen, todos se benefician y todos deciden».
Esta iniciativa fue coorganizada junto a Carlos Sanz (investigador venezolano, Institut Pasteur de Montevideo y Facultad de Medicina, Udelar), María Elena Márquez (investigadora venezolana, Institut Pasteur de Montevideo) y Lisvane Paes (investigadora brasileña, Institut Pasteur de Montevideo). El proyecto contó además con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).