IIBCE Investiga

Comunicar para reparar

En este nuevo proyecto de investigación, estudiamos el rol de las conexinas, proteínas de unión entre células que también funcionan como canales de comunicación
Conexinas reveladas por inmunofluorescencia

El proyecto Señalización a través de conexinas en un nicho de células madre: comunicación para la reparación, investiga el rol de las conexinas 26 y 43 en las células ependimarias o ependimocitos de la médula espinal frente a una lesión.

Nuestros resultados indican que las conexinas 26 y 43 son componentes moleculares clave que llevan a la reactivación de las células ependimarias, representando un posible blanco para mejorar la contribución del nicho de células madre a la autorreparación. 

Aunque la médula espinal de los mamíferos carece de capacidad de reparación endógena, en los mamíferos, estas células reaccionan ante una lesión medular proliferando, migrando y limitando la extensión del daño. Sin embargo, la capacidad de reparación que poseen es limitada. Por este motivo, optimizar esta respuesta es una estrategia prometedora para lograr una reparación funcional desde el propio organismo que sea satisfactoria.

Sabemos que las células derivadas del epéndimo limitan la extensión de la lesión y ayudan a la supervivencia de los axones, que son las prolongaciones de las neuronas, luego de sufrir un daño. En este proyecto, abordamos la respuesta de estas células a una lesión de la médula espinal controlando la expresión de conexinas.

Mediante un abordaje multitécnico, que incluye el uso de modelos animales modificados genéticamente y técnicas de microscopía de fluorescencia, estudiamos cambios en las células ependimarias a nivel molecular que impactan en la formación de la cicatriz.

Hasta ahora, hemos encontrado que ambas conexinas juegan un rol en la reactivación y proliferación: la Cx26 es necesaria para reactivar la proliferación luego de la lesión, mientras  la Cx43 actuaría indirectamente, a través de la expresión de la Cx26. 

La Cx43 forma uniones comunicantes en respuesta a la lesión, de forma similar a lo que ocurre durante el desarrollo posnatal. Por otro lado, ante la ausencia de Cx26, observamos un efecto negativo en la formación de la cicatriz luego de la lesión. 

Además, encontramos que la molécula ATP, que en condiciones normales está asociada a procesos metabólicos dentro de la célula, en este caso actúa como una molécula de señalización del daño.

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