María Laura Carrasco
Tacuarembó: de nombre guaraní, una cita con la cultura y la tradición
La zona que lleva esta denominación proveniente del guaraní (rio de los cañaverales o tacuarales) fue de especial interés para José Artigas, en sus años de blandengue a fines del siglo XVIII e inicios del XIX, cuando la atravesaba en su tarea de patrullaje de las fronteras virreinales de la Banda Oriental.
Pero el lugar está relacionado a un momento de derrota para el prócer, ya que ahí fue vencido por los lusitanos en la llamada batalla de Tacuarembó, último enfrentamiento armado de las tropas independentistas en enero de 1820, previo a la partida del caudillo a Paraguay.
La capital del que los locales llaman «el pago más grande», por ser el departamento de mayor extensión territorial del país, fue creada ya en el país independiente, por un decreto de Fructuoso Rivera en octubre de 1831, en el que le encomienda a su sobrino Bernabé la fundación de la villa de San Fructuoso, que se concretaría en enero de 1832, dependiendo del departamento de Paysandú hasta que en 1837 fue creado el de Tacuarembó. La actual capital fue elevada a la categoría de ciudad en junio de 1912, cambiando al mismo tiempo su nombre por el de Tacuarembó.
En cuanto a sus actividades productivas, es una región en la que abunda la ganadería bovina, que abastece a la industria cárnico-frigorífica, la producción de cereales y oleaginosas y las empresas arroceras y harineras, influye también en la ciudad el desarrollo de la industria forestal y la de pasta de celulosa.
Son atractivos turísticos la laguna de las Lavanderas, el balneario Iporá, la Gruta de los Helechos, la de los Cuervos y el Pozo Hondo, en Valle Edén. Entre los museos destacan el del Indio y el Gaucho; el de Geociencias, el de Artes Visuales de Tacuarembó, el del Deporte, y el de Memoria del Pago, este último de gestión privada.
Todos los años en marzo, desde 1987, se efectúa en la ya citada laguna de las Lavanderas la Fiesta de la Patria Gaucha, una de las fiestas folclóricas más importantes del país, con gran despliegue de aparcerías y sociedades criollas, gastronomía criolla y competencia de jineteadas, contando con la presencia de más de 50 000 visitantes del país y la región.
En lo que a la cultura se refiere la ciudad tiene figuras muy destacadas. En letras, escritores como Washington Benavides, Circe Maia y Tomás De Mattos (nacido en Montevideo, pero tacuaremboense por adopción) han logrado resaltar en el ámbito nacional e internacional. En música, Eduardo Larbanois, Eduardo Darnauchans (otro capitalino radicado muy niño en el norte del país), y Dani Umpi han transitado con éxito por distintos estilos. También ha sido lugar natal de una de las diosas del candombe, la inolvidable Marta Gularte.
Más allá de la interminable polémica, la hoy capital departamental está muy ligada a la figura de Carlos Gardel, el cantor de tango más importante de todos los tiempos. Nacido en la zona de Valle Edén, en donde está hoy su museo, hay un monumento que lo homenajea y el antiguo teatro que mandara hacer su padre, Carlos Escayola, ha sido recientemente restaurado. Todos los años en diciembre, el festival Vení a cantarle a Gardel intenta reafirmar la teoría de que el Zorzal Criollo vino al mundo en esa zona del Uruguay.
Como pocas ciudades del país, Tacuarembó conjuga la vida del hombre de campo con sus tradiciones, al mismo tiempo que exalta uno de los patrimonios inmateriales uruguayos, el tango, en un ambiente cultural que invita a recorrerla.
María Laura Carrasco . Estudió Bellas Artes y Letras en la Udelar y serigrafía en la UTU. Diplomado en Ilustración en la PUC de Chile.
En 2017 ganó el 2.° premio del Premio de Ilustración de la Dirección Nacional de Cultura; en 2018, 2019, 2020 y 2021 obtuvo menciones a sus trabajos en dicho concurso. En 2018 obtuvo el primer premio en la categoría Dibujo del Concurso de Dibujo y Grabado de la IM. Desde 2013 trabaja como ilustradora independiente para diversos proyectos. En 2021 editó su primer libro como autora integral ‘L’isola dei fiori’, ed. Le Lettere (Florencia, Italia) e ilustró el libro Jardín ambulante, escrito por Virginia Mortola, editado por Criatura Editora (Uruguay). En 2023 recibió una mención especial del IX Premio de Ilustración de Uruguay.