Arte Cartográfico

 
líneas curvas formando figuras abstractas

Arte Cartográfico es un proyecto impulsado desde el programa Rutas Culturales y Creativas. Consiste en la creación de mapas conceptuales artísticos que dan cuenta de la diversidad cultural de diferentes regiones y localidades del país. Allí coexisten los datos cartográficos objetivos, entretejidos con las miradas artísticas sobre los lugares. Esta nueva cartografía nos ofrece una visión diferente de los territorios, ampliando así sus horizontes de significado, a la vez que permite dar cuenta e incorporar en ella diversos aspectos relativos a las identidades locales. 

Los artistas fueron seleccionados por llamado público. Cada llamado fue realizado dividiendo el país siguiendo la regionalización utilizada por la Red Nacional de Directores de Cultura. En cada mapa conviven nodos, definidos en conjunto con cada intendencia, identificados y relevados por los propios artistas. Estos nodos son puntos específicos de relevancia cultural, pueden ser edificios históricos; esquinas, de una ciudad, en la que se reunen jóvenes y crean nuevas expresiones culturales; lugares de encuentro cultural con años de historia; espacios culturales tradicionales o novedosos; el lugar donde nació un artista, o donde murió, la carga simbólica es siempre importante. De esta forma se busca generar nuevas y más ricas narrativas sobre nuestra identidad. 

El proyecto se llevó adelante a través de convocatorias públicas a artistas visuales, diseñadores e ilustradores, desde 2021 hasta 2023 cubriendo las 19 capitales departamentales. 

Se han generado muestras itinerantes de los mapas en centros culturales de distintos puntos del país. Actividades lúdicas, con estudiantes de secundaria, a partir de los mapas de sus ciudades, donde se propone un juego de exploración urbana/cultural, actividades de presentación donde los artistas dan cuenta del cómo, por qué y qué problemas tuvieron, qué descubrieron, etc.  

 

Artistas
Amparo Bengochea · Melo
Andrea Borrazás · Rocha
Cecilia Astiazarán · Montevideo, municipios D, F, E y CH
Diego Bianchi · Ciudad de Colonia
Felipe Echevarria · Minas
Gastón Chavát · Ciudad de Durazno
Jorge Mato (ca_teter) · Montevideo, municipios A, G y C
Julia Saldain · Fray Bentos
Lucía Boiani · Ciudad de Florida
María Concepción «Maco» Algorta · Trinidad
María Florencia Rodríguez Franco · Ciudad de Canelones
María Florencia Rodríguez Franco · Ciudad de Rivera
María Laura Carrasco · Ciudad de Tacuarembó
María Sofía Azambuya · Ciudad de Salto
Mariel Fonsalía · Ciudad de Paysandú
Paula Martínez · Ciudad de Maldonado
Paula Martínez · Ciudad de Treinta y Tres
Ricardo Sarachaga · Ciudad de San José
Rodrigo Camy (Levedad) · Mercedes
Victoria Capdepon · Montevideo, municipio B 
Tabaré Ferrúa · Ciudad de Artigas

 

 

Sobre mapas, arte y este proyecto
La necesidad de representar el mundo y orientarse en él, la búsqueda de sentido, es constitutiva del ser humano, «un animal inserto en tramas de significación que él mismo ha tejido», según Clifford Geertz. Así, los mapas han acompañado y acompañarán a la humanidad en su viaje en el tiempo.

Generalmente reconocemos los mapas como instrumental técnico, herramientas que adquirieron relevancia por su utilidad en términos administrativos, comerciales y militares. A través de la historia, gracias a conocimientos matemáticos y astronómicos, en ellos se fueron incorporando nociones tales como distancia, meridiano, paralelo, altitud, latitud, en una perpetua búsqueda por representar con exactitud el mundo físico. De esta manera imaginamos a los mapas como neutros y, en cierta forma, fijos, inamovibles. Acorde con esta mirada se ha caracterizado a la cartografía como la ciencia que estudia los métodos y sistemas para representar una parte o la totalidad de la superficie terrestre.

No obstante, los mapas importan mucho más que la mera presentación de cuestiones geográficas y científicas. Los mapas también han sido vehículo de ideas, valores, representaciones y prejuicios que responden a su tiempo y a sus autores. En muchos mapas antiguos encontraremos la ciudad sagrada, centro del universo o puerta entre mundos, ocupando el centro del mapa y a partir de ella se desarrolla todo lo demás. En otros, aún con los cuidados y precisiones técnicas de cada época, encontramos elementos asociados más o menos fantásticos o caracterizando aspectos de los territorios exóticos o desconocidos, revelando los miedos e imaginería de una época.

La edad de oro de la cartografía (SXVI-SXVII) se caracterizó por el inusitado refinamiento en la elaboración de mapas por parte de grabadores europeos. Esto no solo remite a la recuperación de conocimientos olvidados y las mejoras técnicas, propias del Renacimiento, sino a la calidad y expresividad artística alcanzada: el tratamiento del color, la rotulación de textos y títulos, la presencia de heráldica y escudos de armas, diferentes detalles decorativos, guardas y bandas e incluso el resaltado en oro de muchos de estos elementos. Todo ello convirtió a los mapas en verdaderas obras de arte, atesoradas ayer y hoy.

Atentos a aquella tradición, y de acuerdo con el Instituto Panamericano de Geografía e Historia, podemos comprender a la cartografía como el arte, ciencia y técnica de crear mapas, junto con su estudio científico.

La presente exhibición no procura redefinir las bases de lo que la cartografía debe ser, pero le interesa profundizar en el primer término de dicha definición: los mapas que aquí se aprecian son fruto del esfuerzo por poner en valor la faceta artística asociada a la generación de mapas en un contexto contemporáneo.

De esta manera, los artistas seleccionados abordaron diferentes territorios en clave cartográfica procurando dar cuenta de sus localidades a través del arte, recuperando en cada mapa aspectos patrimoniales e histórico-culturales significativos para quienes habitan estos lugares. Cada artista, con su particular impronta, procuró representar aspectos característicos de la identidad local, de aquello que conforma el nosotros de cada comunidad.

Sin embargo, todo mapa incluye a la vez que excluye. Es por ello que estos mapas no pretenden ser espejos. No buscan abarcarlo todo, decirlo todo, ni sancionar una visión sobre el territorio.

Al igual que los artistas, el visitante podrá abordar esta muestra y sus mapas como textos. Es decir, comprenderlos en tanto sistemas de signos no verbales cuya decodificación reclama la interpretación antes que la mera lectura literal. He ahí su potencial.

 

 

 

 

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