Arte Cartográfico

María Florencia Rodríguez Franco

Ciudad de Rivera

La cara uruguaya de la «Frontera de la Paz»

La preocupación por evitar la creciente influencia del idioma y de las costumbres brasileñas en el norte del Uruguay, así como el combate a la esclavitud que subsistía de hecho en el norte del territorio nacional, pese a estar abolida en el Uruguay desde mediados del siglo XIX, llevan a la fundación de la Villa de Ceballos en 1862, frente al pueblo de Santa Ana do Livramento, durante la presidencia de Bernardo Berro.

En 1867 la población denominada en homenaje al Virrey Pedro de Ceballos, que combatió a los portugueses en la Banda Oriental en 1777, pasa a ser el pueblo de Rivera, en recuerdo de Bernabé, militar de las luchas por la independencia y activo participante en el exterminio charrúa de Salsipuedes en 1832, en donde perdió la vida. Se cierra así el proceso fundacional de la ciudad, en un sitio que había sido lugar de pasaje de contrabandistas y faeneros.

En octubre de 1884 y en honor al General Fructuoso Rivera (primer presidente constitucional de la República y fundador del Partido Colorado), se crea el departamento de Rivera, la villa adquiere el carácter de capital departamental, al mismo tiempo que se va produciendo la unión con la vecina Livramento. En 1912 el gobierno de José Batlle y Ordóñez la eleva a la categoría de ciudad.

La primigenia actitud de mutua vigilancia entre ambas naciones fue dejando lugar a una cultura de frontera, que se fue transformando en una sola por la vía de los hechos. Con ese espíritu, en 1943 fue fundada la plaza Internacional, única binacional en el mundo, con la presencia de los presidentes Getulio Vargas y Alfredo Baldomir, representando un enorme mensaje en plena Segunda Guerra Mundial. Una obra del escultor uruguayo José Belloni dedicada a La madre, símbolo de paz se destaca en ese lugar. La plaza es un verdadero monumento a la integración.

En cuanto a la economía, la ciudad recibió desde fines del siglo XIX la explotación aurífera en la cercana zona de Minas de Corrales, en donde la usina minera de Cuñapirú permitió desarrollar esta riqueza, sitio donde se realizó la primera huelga obrera en 1880. Ganadería, forestación, sector arrocero y vitivinicultura también tienen su desarrollo en la capital departamental, además del turismo, con el atractivo de ser zona de compra con los free shops como principal atractivo.

Entre las fiestas que más interés concitan en la ciudad pueden mencionarse el Carnaval en febrero, con una impronta binacional; la Semana del Patrimonio y la de Farroupilha, en septiembre, en la que Rivera y Livramento celebran las actividades camperas y la vida del gaucho, con payadores, vestimentas y danzas tradicionales; y la Semana de Rivera en diciembre, que busca fomentar la integración de sus habitantes.

Los puntos de interés del trazado urbano más destacados son el Cerro del Marco, con vista de toda la ciudad, y los museos Municipal de Artes Plásticas, Municipal de Historia y Arqueología y el Sin Fronteras.

Cuna de artistas plásticos como Clever Lara, Osvaldo Leite y Osmar Santos (paulista, pero riverense por adopción) y de músicos como Lucas Sugo, aunque llegado desde Tacuarembó a los dos años, la ciudad afirma su carácter fronterizo en una interesante simbiosis de culturas.

 

Rivera

 

Flora Rodríguez Franco, 1990. Creativa, con formación en diseño textil, producción y comunicación. Ilustra desde siempre, casi como un impulso, una herramienta para contar algo; lo que sienta. Le interesa la relación entre los objetos, su historia, los espacios y las personas, le impulsa la idea de unir estos universos y dominar la realidad a través de la fantasí­a.

instagram.com/flora.rod

Audio María Florencia Rodríguez 

 

Volver