Cecilia Astiazarán
Para ubicar geográficamente el territorio de los municipios D, F, G y CH podríamos considerar que representa el noreste del departamento, con un componente histórico importante en los trescientos años de la capital uruguaya, y contrastes socioeconómicos surgidos casi desde los orígenes de esos barrios, los que perduran en el transcurrir de casi un cuarto del siglo XXI.
Con las aguas del Río de la Plata a sus pies, desde Punta Carretas hasta el arroyo Carrasco al este, siguiendo al norte por este curso de agua, hasta el encuentro al oeste con el arroyo Miguelete, tal es la zona que comprende realidades diversas, desde los barrios con el mayor poder adquisitivo de la ciudad hasta zonas de gente trabajadora, pero deterioradas en su tejido social.
Históricamente, la mayoría de los barrios de estos municipios tienen su surgimiento en la posindependencia, y cumple un papel muy importante la Guerra Grande, la confrontación entre los incipientes bandos colorado y blanco, con la participación de unitarios y federales argentinos, Inglaterra, Francia, y en los tiempos finales del conflicto el Imperio del Brasil y la provincia argentina de Entre Ríos.
Así, durante los ocho años del llamado Sitio Grande (1843-1851), el campo sitiador tuvo su sistema territorial con el gobierno en el Cerrito de la Victoria, hoy Municipio D; su centro administrativo-comercial en la Villa Restauración, denominada la Unión luego del enfrentamiento (con un pie en el D y otro en el E), y su puerto en el Buceo, actual CH.
El Municipio D tiene hoy infraestructuras importantes como el multifuncional Antel Arena —barrio Bolívar— y la resignificación del Mercado Modelo, devenido en Espacio Modelo, ambos con el desafío también de impactar provocando un cambio de convivencia en sus entornos. Pero los problemas sociales se agudizan en zonas como Villa Española (cuna de Obdulio Negro Jefe Varela), Casavalle, que en su cuenca cuenta con el Complejo Sacude; y el Borro, no faltando iniciativas que buscan mejorar esas zonas como lugar de vida.
En cuanto al vecino Municipio F, con el eje vertebrador de Camino Maldonado, luego Ruta 8, tiene un punto destacado en el Hipódromo Nacional de Maroñas, inaugurado en 1889, con sus barrios de influencia como lo son Flor de Maroñas (con el novel centro cultural Crece), Piedras Blancas, Jardines del Hipódromo e Ituzaingó, con una pauta deportiva identitaria como es el Danubio Fútbol Club, fundado por inmigrantes húngaros en 1932, cuatro veces campeón del fútbol uruguayo. Bañados de Carrasco, Manga y Villa García parecen llevar el límite departamental hacia el vecino departamento de Canelones.
Los municipios CH y E exhiben su «cara bonita» sobre la costa del Río de la Plata, que los montevideanos llamamos «mar», en un collar que alterna edificios patrimoniales como el faro de Punta Carretas (frente a donde el poeta Juan Zorrilla de San Martín tenía su casa de veraneo, hoy museo), el Museo Zoológico Dámaso Antonio Larrañaga (antes Oceanográfico), el Molino de Pérez, la plaza Virgilio y el Hotel Carrasco; con las playas Pocitos, Buceo, Malvín, Honda y Carrasco, fieles expresiones de la «conquista del Este» del baño de sol y mar, que se da entre el último cuarto del siglo XIX y las tres primeras décadas de la pasada centuria. También Buceo y Malvín han sido sitio de escritores como Eduardo Galeano y Carlos Martínez Moreno; y en el último barrio sobresale la presencia de la Escuela Experimental, ícono arquitectónico y educativo.
En el norte de esos municipios pueden apreciarse construcciones de los años treinta, hoy símbolos de la ciudad, como el Obelisco, el Estadio Centenario y el Hospital de Clínicas, con el eje articulador de ese pulmón de la ciudad que es el viejo Parque de los Aliados, hoy Parque Batlle, en donde la historia uruguaya parece estar convocada, en barrios como la Unión y La Blanqueada.
Otras reservas verdes son el Parque de la Amistad, exzoológico de Villa Dolores, y más al este el Parque Rivera, el Baroffio y el Fernando García, con su Museo del Carruaje, a metros del límite departamental con Canelones. Al norte de Avenida Italia, en Malvín, parece haber un quiebre socioeconómico, marcado por la gran cantidad de complejos habitacionales, como el entorno a la Facultad de Ciencias.
Zona montevideana de contrastes y diversidades, es de las más complejas en cuanto a diferencias sociales, sin perder su valor patrimonial por la gran cantidad de infraestructuras que alternan con el paisaje costero.
Cecilia Astiazarán, Montevideo. Arquitecta, diseñadora, ilustradora. Dibujar fue siempre su manera de indagar, de comprender, de comunicar.