Estrategia Nacional de Manejo Forestal para la Salud y Vitalidad de los Bosques Plantados

10.3 Manejo Forestal para la Prevención y Control de Plagas y Enfermedades Forestales

La salud y vitalidad de los bosques tiene una alta correlación con la incidencia del ataque de plagas y enfermedades. Tal es así que bosques establecidos en sitios óptimos, con una buena nutrición y aporte de agua, tienen menores posibilidades de ser atacados, más aún si a esto se le suma un buen manejo forestal, referido a la regulación de las densidades y de todo factor que pueda ocasionar estrés sobre los árboles. 

Por ello, el manejo forestal es prioritario en todo objetivo de mejoramiento y protección de los recursos forestales, incorporar los conceptos y técnicas de esta ciencia. Para ello, tanto a nivel público como privado, la planificación de las intervenciones al recurso, deben considerar el desarrollo de aspectos como lo son la valuación forestal, simulación y optimización de manejo a nivel de rodal.

Estos elementos permitirán decidir sobre la técnica de intervención, necesaria para el desarrollo y consecución del objetivo del cultivo como para la prevención y control de plagas forestales.

La determinación de aplicar una determinada técnica para la prevención y control de agentes perjudiciales dependerá de los resultados que arroje un análisis de valuación forestal, en el cual es necesario identificar la naturaleza del problema y sus consecuencias sobre los costos de reposición, el valor de espera, el valor comercial y la valorización social del bosque.

Una herramienta de gran utilidad que permite predecir la vulnerabilidad de un bosques, corresponde a un Simulador de manejo a nivel de rodal, el cual entregará información sobre la respuesta del recurso a la aplicación de distintas alternativas silvícolas y permitirá un mejor análisis de los factores técnicos y económicos que influyen en las decisiones de manejo. Por otra parte, se hece necesario aplicar criterios de optimización de manejo a nivel de rodal, con el fin de determinar la cantidad, intensidad y oportunidad de las intervenciones. 

Para ello resulta indispensable establecer una red de parcelas permanentes para, al menos, Pinus taeda, P. elliotti,P. pinaster, Eucalyptus globulus, Eucalyptus globulus ssp. maidennii, E. dunnii, E. grandis, E. saligna y Salicáceas en todas las zonas forestales del país y en cada tipo ó grupo de suelo.

En tal sentido es recomendable la firma de un convenio de colaboración entre empresas forestales para determinar el número de parcelas y el manejo de la información, con la participación de la DGF. A los efectos de coordinar las activiudades en dichas parcelas, el muestreo sistemático en el que se basa el Inventario Forestal Nacional Integrado podría ser una base para su planificación.

Las técnicas específicas de manejo a considerar en la presente Estrategia, consideran las plagas presentes en el país, y que en su gran mayoría corresponden a agentes que sólo actúan una vez que se le dan las condiciones apropiadas, como lo son el debilitamiento de los árboles e incrementos excesivos de las poblaciones plagas. (¨ Manejo Silvicultura Preventivo ¨)

Uruguay dispone desde el año 2004, de un Código Nacional de Buenas Prácticas Forestales para Bosques Plantados, el que contiene un conjunto ordenado de prescripciones, procedimientos, conceptos, estilos y guías de trabajo estandarizados aplicables al recurso forestal y sus variables asociadas, las que en carácter de recomendaciones procuran que éste sea gestionado sobre bases sustentables mínimas. Las prácticas que se recomiendan se entienden apropiadas desde el punto de vista social, económico y ambiental. Dichas prácticas a su vez, no se contraponen con la legislación, normativa y reglamentación existente, así como tampoco con aquellas de carácter general que indirectamente también relacionan a la actividad forestal y que hay que tomar en cuenta para su debido cumplimiento. Las prácticas recomendadas consideran aspectos relacionados con la sanidad y vitalidad de los bosques plantados.

10.3.1. Establecimiento de plantaciones

La habilitación del terreno tiene como fin obtener un terreno limpio para que las plantas puedan establecerse y crecer adecuadamente, además de facilitar las labores de plantación.

En caso de ser necesario, posteriormente se debe proceder al tratamiento de desechos, cuyo objetivo es ordenar y/o eliminar los mismos. Las alternativas más utilizadas para el tratamiento son la quema y el ordenamiento de desechos. La quema, consiste en la utilización del fuego para una eliminación rápida de los desechos, sin embargo, no siempre es aconsejable debido al elevado riesgo de incendios, la pérdida de microorganismos y nutrientes del suelo, y la pérdida de productividad en el mediano plazo, afectando principalmente a especies de rotación corta. Por su parte el ordenamiento considera la disposición de los desechos dispersos, preferentemente fajas paralelas a las curvas de nivel, para permitir un adecuado establecimiento de la plantación. La faena puede ser realizado de manera manual o mecanizada.

La preparación del terreno se define como la serie de actividades preliminares sobre el suelo requeridas antes del establecimiento de plántulas. El objetivo principal de estas operaciones es dejar el suelo en condiciones tales que permita una adecuada retención de agua, una buena extensión y desarrollo radicular, promover el desarrollo de un mejor sostén de la planta y permitir un mayor aprovechamiento de los nutrientes contenidos en el perfil.

La selección genética de las plantas es un tema crucial por lo que el apoyo al programa de mejoramiento genético liderado por el INIA y los ejecutados a nivel Universitario deberán ser priorizados. Relación sitio-especie, crecimiento y resistencia a plagas y enfermedades presentes en el país y análisis frente al Cambio Climático, son algunas de las variables a considerar.

Dentro de los factores que pueden afectar el vigor de una plantación, se encuentra el adecuado aporte de nutrientes del suelo, lo cual está dado por características edáficas (origen de suelo), climáticas (balance hídrico) y estructurales del suelo (régimen de agua). Si el aporte nutricional es insuficiente, se deben considerar medidas correctivas previas a la plantación (fertilización, preparación de suelo, riego, etc.) o cuando el rodal ya está establecido (fertilización), dependiendo del manejo y las condiciones específicas de cada sitio. Estas prácticas son de importancia para evitar que los árboles se debiliten y queden susceptibles al ataque de insectos.

10.3.2. Cortas intermedias

10.3.2.1 Poda

La poda corresponde a una de las técnicas con mayor efecto en la vitalidad y crecimiento del árbol, por lo que debe ser planificada considerando tanto los factores económicos como ambientales. Esta intervención provoca la llamada “Fase de predisposición” de los árboles para el ataque de insectos y hongos. Por ello, la poda se debe ejecutar durante el período de receso vegetativo del árbol, extendiéndose sólo entre los meses de mayo a agosto, no obstante, si la poda de ramas fue muy drástica y dejó una proporción muy pequeña de copa viva, el efecto de la poda continuará por más de un período vegetativo.

10.3.2.2. Raleo

El raleo es fundamental en la mantención de la salud y el vigor de los árboles, más aún en plantaciones en las cuales es usual realizar el raleo con un criterio de corta de los árboles con menores crecimientos.

El número e intensidad de los raleos dependerá del número de árboles iniciales y la tasa de crecimiento, ya que a medida que aumenta la edad se incrementa la competencia interespecífica, provocando un menor crecimiento que afecta la susceptibilidad de los árboles al ataque de plagas y enfermedades.

Diferentes estudios demuestran que la tasa de crecimiento en diámetro de los tres primeros años después de un raleo, es superior a cualquier período de crecimiento del árbol.

El número de árboles finales también dependerá de los objetivos de la plantación, donde a productos de mayor valor agregado, mayor será la tasa de extracción por raleo.

Los raleos sanitarios son intervenciones que forman parte del manejo forestal y cuyo objetivo es garantizar la vitalidad y crecimiento futuro del recurso.

10.3.3.  Cosecha

Dada las condiciones de plantaciones monoespecíficas y coetáneas, las cosechas no revisten mayor importancia desde el punto de vista sanitario, sin embargo, es necesario tener presente la planificación de caminos entre rodales y evitar dejar árboles remanentes en mala condición.

10.3.4 Control de plagas

El país debe disponer de toda la tecnología actual para el control de plagas, especialmente en lo referido a métodos de control biológico, con énfasis en el manejo integrado. Para ello es indispensable establecer y reconocer un laboratorio de multiplicación de agentes de control.

Etiquetas