Plan Nacional de Género en las Políticas Agropecuarias

4.2.3. Trabajo asalariado y división sexual del trabajo

La marcada masculinización de los puestos de trabajo persiste cuandose consideran únicamente las personas que trabajan en condición de asalariadas o dependientes, lo que evidencia sesgos de género en el acceso al empleo en el agro.

“Podemos estudiar… Aunque a veces estudias y después no puedes venir a trabajar, por ejemplo, Agronomía, y después no te toman en la arrocera porque sos mujer, eso pasa…”.
“Muchas veces terminás o atrás de un escritorio, trabajando para otro, o en la cocina… en la casa... Eso no se paga”
(Consultas ciudadanas)

Ackerman y Cortelezzi (2017) señalan que el sector agropecuario emplea en términos generales perfiles de trabajadores/as con menores niveles educativos al promedio de la economía, y que se observa la contratación como personal calificado de personas con nivel educativo máximo la educación primaria, lo que las lleva a concluir la existencia de una forma de calificar en el sector diferente al sistema educativo formal. Las autoras, a su vez, indican que las prospectivas para el sector agropecuario señalan que el mismo requerirá cada vez personal más calificado, la creciente demanda de servicios conexos basados en calificaciones no tradicionales para el sector y el desafío de la atracción de jóvenes con mayor calificación al trabajo agropecuario. Proyectan un proceso de profesionalización y calificación del sector y una retracción de los puestos de trabajo no calificados. Adicionalmente, indican que es recomendable que el sector empleador e institucional promueva tanto aprendizajes en las personas jóvenes que se insertan, como que mejoren las capacidades de adaptación a la innovación tecnológica de las personas de mayor edad insertas ya en la producción. El estudio señala que en aras de incrementar la producción, los rendimientos y la sustentabilidad, los sectores ganadería, lechería, hortifruticultura, oleaginosas y forestal observan carencias en relación al capital humano y demandan personal más calificado y especializado.

A pesar de ello, y de contar con más años de escolarización promedio, las consultas ciudadanas señalan obstáculos en el acceso al empleo por parte de las mujeres, en consonancia con los cuadros precedentes. Influye en esto la existencia de menores trayectorias laborales y, consecuentemente, de menor experiencia en las tareas demandas por el sector empleador. Asimismo, indican la existencia de segregación horizontal y vertical en el ingreso de las mujeres al trabajo remunerado dependiente, y formas de discriminación y violencia hacia las asalariadas del sector. Estas segregaciones permean el sector, y afectan tanto en las ocupaciones con bajo nivel de especialización como a las profesionales y especialistas.

Consultas ciudadanas: Percepciones relacionadas con el empleo en las cadenas agropecuarias

Limitaciones identificadas

  • Menores oportunidades de empleo para las mujeres. Contrataciones supeditadas a la contratación de parejas.
  • Invisibilización de la oferta de mano de obra femenina por la lógica de reclutamiento de recursos humanos en el agro.
  • Asignaciones de roles remunerados asociados a la reproducción (limpieza, cocina), y exclusión de los trabajos de producción agropecuaria.
  • Desarrollo de tareas agropecuarias no reconocidas ni remuneradas.
  • Diferencias salariales frente a tareas similares. 
  • Estigmatización por maternidad, y diferentes formas de discriminación y violencia sexual en el trabajo.
  • Escasa relación entre la formación y las oportunidades de empleo.
  • Reducido conocimiento de la normativa vinculada a derechos laborales y reducida capacidad de actuación de los mecanismos de control.

Potencialidades identificadas

  • Mayores niveles educativos de las mujeres.
  • Oferta de trabajo y adhesión a los puestos de trabajo.
  • Tendencias de maquinización e innovación orientadas a sectores con mayor formación.
  • Existencia y creciente difusión de normativas en materia de derechos laboral y género.
  • Atributos asignados como roles de género que constituyen virtudes y capacidades para cualquier trabajo (meticulosidad, adhesión a las normas de riesgos laborales, diálogo).  

Etiquetas