Libro

Conmemoración del Premio Día Nacional del Libro 2014

Premio a la Librería Linardi y Risso
Conmemoración del Premio Día Nacional del Libro 2014

En 2014 la Academia Nacional de Letras decidió otorgar el premio anual a la Librería Linardi y Risso.

Libro 2014

Palabras del Presidente de la Academia, Adolfo Elizaincín


Bienvenidos todos a la celebración del Día Nacional de Libro, fecha que recuerda, como sabemos, la fundación de la Biblioteca Nacional de nuestro país y que la Academia Nacional de Letras festeja con la  entrega del premio Día Nacional de Libro.

La Academia instituyó hace ya algunos años este premio con el propósito de destacar y honrar a todos aquellas personas e instituciones que se han destacado en la construcción y difusión del objeto “libro”.

Como de sobra sabemos todos, hay un largo proceso entre el momento en que un autor escribe (mejor dicho, termina de escribir) un texto determinado y el momento en que un lector posible culmina la lectura de ese texto. De hecho, el proceso no se inicia en el momento de la escritura, sino mucho antes, porque un texto no surge ex nihilo, sino que existen multivariadas y polifacéticas circunstancias personales y sociales  que le dan forma a través de la escritura personal de UN autor:

Y, por cierto, ese mismo proceso no culmina cuando UN lector determinado finaliza la lectura de ese texto, pues la vida del texto comienza en realidad allí y sus consecuencias son imprevisibles, incluso para la construcción de otros y otros textos…
 

Si el proceso fuera una cuestión tan sencilla como la simple relación biunívoca autor-lector todo sería muy fácil. Pero no es así. Y en ese complejo proceso de la vida de los textos intervienen muchas personas, no solo el autor y el lector, sino una gran variedad de profesionales, artistas y artesanos que contribuyen a la existencia de ese preciado objeto cultura, el libro. La Academia desea honrar, con este premio, a todos los involucrados en ese proceso.

Por esa razón, la historia de este premio incluye como sus recipendiarios a una poeta y animadora cultural avant la lettre, Nancy Bacelo: un editor, Heber Raviolo; una imprenta La Galatea, (de José Pedro  Díaz y Amanda Berenguer premio recibido por el hijo de ambos Álvaro Díaz Berenguer); un diseñador  gráfico (Carlos Palleiro); una biblioteca pública, la Biblioteca Nacional (premio recibido por su director Carlos Liscano); un corrector de estilo, María Cristina Dutto; y un explorador y divulgador de la cultura latinoamericana, Eduardo H. Galeano.

En este año 2014 pensamos en homenajear a aquel librero que no se ocupa solo de la comercialización  de libros “nuevos”, sino al librero bibliófilo, categoría que suele ir unida a la de “anticuario” es decir, librero que se ocupa de libros producidos en el pasado, sin olvidar de todos modos la producción actual: “librero de viejo”, “librero de ocasión”, “anticuario de libros”, en fin… formas de nombrar a esta actividad,  o parecidas…

Esa categoría (borrosamente definida con lo anterior, es cierto), se relaciona íntimamente con el lema que rige la acción de la Academia desde su fundación: Vetera servat, fovet nova: “Sirve a las cosas viejas, promueve las nuevas”.

La Academia, por otra parte, solo puede cumplir sus objetivos (el primero, “procurar y fomentar el uso adecuado de la lengua”) apoyándose en forma privilegiada en el instrumento básico en el que se documenta la existencia del lenguaje, el libro (por cierto, también otros materiales impresos, sin olvidar la  lengua que se desarrolla y funciona sin llegar a documentarse por escrito, la oralidad).

De toda esta conjunción de ideas y circunstancias, quedó claro en su momento que la Librería Linardi y Risso era una candidata fuerte a recibir este año esta distinción, decisión finalmente adoptada y cuyos fundamentos se resumen en los dos conceptos que figuran también en la invitación para el acto: la “inserción cultural en el medio” y la “proyección internacional” de la librería.

La inserción cultural se cumplió a través de su labor como librería general y, sobre todo, especializada en América Latina y, además, como casa editora. Recuerdo (permítanme incluir este dato muy relacionado con mi propia profesión) el libro publicado por esta librería en el año 1967 de José Pedro Rona, mi profesor en la Universidad de la República, El dialecto “fronterizo” del Norte del Uruguay, una pieza clásica sobre el tema, iniciador de todo un riquísimo campo de investigaciones, aun hoy solicitado y requerido por los especialistas en temas de esta naturaleza.

Y en cuanto a la proyección internacional, la misma se cumplió y cumple a través de la provisión de materiales bibliográficos a las principales bibliotecas especializadas en Latinoamérica de todo el mundo, como así también a bibliófilos y eruditos internacionales. Tarea iniciada y promovida con la confección de los ya famosos catálogos de la librería, instrumentos imprescindibles de difusión que la transformó en un referente inexcusable para los especialistas en temas de estas latitudes.

Fundada en 1944, con el nombre de Librería de Salamanca, la empresa (que cambió varias veces de nombre y de localización - siempre en la Ciudad Vieja, de todos modos) es  casi  contemporánea - he aquí otra coincidencia - con la Academia Nacional de Letras, creada por decreto ley en febrero  de 1943.

Por todo lo expresado, tengo mucho gusto en entregar a los Sres. Álvaro Risso y Andrés Linardi esta placa artística creada por el artista Francisco Matto en 1952 y realizada por su discípulo GustavoSerra, como  testimonio del premio Día Nacional del Libro, edición 2014.
 

 

Palabras de Andrés Linardi y Álvaro Risso


Estimados señores miembros de la Academia Nacional de Letras:

Es para Librería Linardi y Risso un altísimo honor haber recibido el 26 de mayo de 2014 el Premio Día Nacional del Libro otorgado por vuestra institución. Ha sido una jornada verdaderamente inolvidable.

En nuestra ya larga historia de vida, hemos sido destinatarios de numerosos reconocimientos de personalidades y organizaciones vinculadas al mundo del libro y de la cultura. Pero que una institución de tan enorme prestigio como la Academia Nacional de Letras nos haya considerado para su premio anual tiene escasa comparación con todo lo recibido anteriormente por Linardi y Risso, con el agregado de ser la  primera institución privada en obtener este galardón.

Nuestra librería, fundada en 1944 como Librería Salamanca, tomó luego el nombre de su fundador, Adolfo Linardi, conociéndose así durante varias décadas, hasta que se sumó el apellido de su socio,  Juan Ignacio Risso, denominándose Librería Linardi y Risso hasta el día de hoy.

Fueron nuestros padres, Juan Ignacio y Adolfo, quienes construyeron el prestigio de este noble negocio, y somos ahora dos de sus hijos, Alvaro J. Risso y Andrés F. Linardi quienes desde muy jóvenes compartimos -primero con su tutela y enseñanza y ahora con nuestro propio camino- el andar de nuestra casa. Por lo tanto, queremos agradecer profundamente a la Academia y en especial a sus actuales miembros por esta distinción que nos honra y estimula para seguir adelante.

 

Andrés Linardi 
Alvaro Risso