2.2 Perspectivas macroeconómicas internacionales 2023-2027
Las perspectivas mundiales continúan siendo inciertas. Los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania y los eventos de mayor inestabilidad financiera se presentan como los mayores riesgos para la economía global.
De acuerdo con el World Economic Outlook (WEO) del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado en abril, para el 2023 se prevé un enlentecimiento del crecimiento mundial. El nivel de actividad mundial crecería a un ritmo de 2,8%, luego de haber crecido 3,4% en 2022. Para 2024 se espera un crecimiento de 3,0%, 0,1 p.p. menor a lo publicado en la edición del WEO de enero. A mediano plazo, el FMI espera que la economía mundial crezca a tasas en el entorno de 3%, su menor proyección de mediano plazo en décadas.
El FMI espera que el enlentecimiento del crecimiento de este año se concentre en las economías avanzadas, las cuales crecerían 1,3% en su conjunto. Concretamente, se espera un crecimiento de 0,8% para la Zona Euro y de 1,6% para Estados Unidos. En tanto, para las economías emergentes en su conjunto pronostican un crecimiento de 3,9%, pero con gran heterogeneidad entre las distintas regiones. Se destaca la reactivación de la economía China, para la cual se espera un crecimiento de 5,2%, impulsado por la reapertura de su economía.
En caso de que se materialice un escenario de mayor inestabilidad financiera, el FMI prevé que el crecimiento mundial sea de 2,5% (en lugar de 2,8%) en 2023, y que en las economías avanzadas el crecimiento sea menor a 1%.
En cuanto a la región, las perspectivas para este año fueron corregidas levemente a la baja. Se espera que América Latina y el Caribe crezca 1,6% este año. La mediana de las expectativas de crecimiento de los analistas de Brasil ha sido corregida levemente al alza, desde 0,8% en enero de este año a 1,8% según la última encuesta de junio. Para 2024, los analistas esperan un crecimiento de 1,3% y, para los siguientes años (2025-2027), guarismos en torno al 1,9%[1]. Para el caso de Argentina, las expectativas de los analistas han sido corregidas fuertemente a la baja a causa de la sequía que afecta al país, desde 0,5% de crecimiento para 2023 que estimaban en enero a caída de 3% pronosticada en el mes de mayo. Se espera que la economía se contraiga 0,3% en 2024, para luego crecer 2,7% en 2025[2].
Por otra parte, la inflación global muestra una mayor rigidez que lo que se esperaba hace unos meses. Si bien la misma ha descendido, principalmente por la caída de los precios de la energía y de alimentos, se espera que la inflación subyacente continúe al alza en muchos países. Para 2023, el FMI proyecta una inflación de 4,7% en las economías avanzadas y de 8,6% en los mercados emergentes, guarismos 0,1 y 0,4 p.p. por encima del pronóstico de enero, y no se espera que la inflación regrese al rango objetivo antes de 2025 en la mayoría de los casos. En este contexto, se espera que la política monetaria se mantenga contractiva, y que se produzca una reducción de las tasas de interés hacia sus niveles previos a la pandemia, una vez que las tasas de inflación regresen a sus valores objetivos. Se prevé que la tasa de interés de la FED cierre el año actual en 5,1% y en 4,3% en 2024[3].
En relación a los precios de los principales commodities, se prevé que la mayoría desciendan este año. Para el caso del barril de petróleo, se prevé una caída de 20% en 2023 de la variedad Brent, debido principalmente a las perspectivas de crecimiento más débiles de las economías avanzadas. Los precios de los commodities alimenticios pautan una trayectoria descendente en 2023, con una proyección de caída del 8,6%, impulsada por mejores perspectivas en las cadenas de suministro y por el debilitamiento de la demanda mundial.