Anuario de OPYPA 2022

Presentación

Ec. Verónica Durán1 

Directora de OPYPA

Este año se cumplen 30 ediciones del Anuario de OPYPA, una oficina técnica de asesoramiento en políticas agropecuarias creada en 1964 como resultado del proceso desarrollado por la Comisión de Inversión y Desarrollo Económico (CIDE). Esta continuidad, que atravesó diversas situaciones políticas y ciclos económicos, pone de manifiesto el valor de consolidar equipos técnicos altamente calificados, que reflexionan críticamente sobre los desafíos y las oportunidades del país y contribuyen a evaluar el desarrollo de las cadenas de base agropecuaria.

Este año también finaliza un ciclo dentro de OPYPA. Poco a poco se han retirado de la oficina los referentes técnicos de una generación que, por más de tres décadas, trabajaron intensamente y con enorme compromiso, para brindar un asesoramiento de calidad a   las autoridades ministeriales. Esto incluye a nuestro director, el Ing. Agr. Adrián Tambler, quien tuvo a su cargo la oficina desde 2016. La estabilidad y consolidación de los equipos técnicos, fue clave para la contribución de OPYPA al diseño y la implementación de importantes políticas de estado.

Los cambios económicos, tecnológicos e institucionales de las  últimas décadas han sido significativos tanto a nivel global como nacional. Por eso, en este período OPYPA fue fortaleciéndose a través de la incorporación de profesionales de diversas disciplinas, que le permitieron desarrollar áreas de trabajo que no eran prioritarias hace veinte o treinta años. Así, la OPYPA hoy cuenta con profesionales jóvenes con formación en agronomía, economía, ciencias biológicas, sociología, administración de empresas y contabilidad. Acompañando los avances de nuestra sociedad, la OPYPA actual tiene un mayor equilibrio en términos de género, y es la primera vez –desde la vuelta a la democracia– que está a cargo de una mujer.

Este valioso equipo es el responsable de esta nueva edición del Anuario de OPYPA, en una coyuntura marcada por una gran incertidumbre internacional. En la sección Análisis Sectorial y Cadenas Productivas se destaca la escasez mundial de alimentos, fibras, fertilizantes y energía como resultado del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania –que siguió a la crisis del COVID–, lo que aceleró notablemente la inflación mundial. La consecuente decisión de los bancos centrales de referencia de aumentar sus tasas de interés para combatir la inflación afectó los flujos de capitales y las cotizaciones de las divisas y dio lugar a caídas de los precios de los productos básicos. En ese contexto, Uruguay logró un nuevo récord de exportaciones agroindustriales, superando los 10 mil millones de dólares por primera vez en la historia.

Pese a esta volatilidad y a la desaceleración económica mundial, Uruguay tiene oportunidades para aprovechar, tanto en el corto como en el mediano y largo plazo. La población mundial alcanzó a 8 mil millones de habitantes, justo cuando la inflación de los alimentos estaba en su punto máximo. De modo que la preocupación por la seguridad alimentaria quedó planteada a nivel global. Mientras tanto Uruguay se  posiciona  como  un  proveedor  confiable  de  alimentos y fibras  de  alta  calidad  e  inocuidad,  con  sostenibilidad  ambiental y respeto del bienestar animal. Solamente nuestra región tendrá superávit de alimentos en los próximos años, lo que se distribuirá globalmente a través del comercio. Uruguay puede cumplir con las crecientes exigencias de inocuidad y calidad de los productos y con los compromisos internacionales vinculados al cuidado ambiental –lo que puede ayudar a franquear barreras comerciales que ya se perfilan en algunos mercados, como el europeo, o lograr los beneficios de un mayor valor agregado ambiental–.

La conformación del Equipo Técnico Interinstitucional de la Huella Ambiental Ganadera generó una herramienta que provee información sobre cómo la actividad ganadera impacta a la biodiversidad, la atmósfera, el suelo y el agua en nuestro país. OPYPA complementó este esfuerzo con varios análisis que forman parte de la sección Estudios de este Anuario.

Además, la reciente emisión de un bono soberano indexado a indicadores de sostenibilidad y cambio climático robustece el compromiso del gobierno de cumplir con las metas de cambio climático que se propuso en 2017, en su primera Contribución Nacional Determinada (NDC, por sus siglas en inglés) y la conservación del bosque nativo, como se explica en la sección Temas de Política.

La apuesta a largo plazo es reforzar el aumento de la productividad y las inversiones en sistemas productivos viables, vivibles y equitativos. Uruguay tiene capacidades y fortalezas institucionales que permitirían aprovechar un mayor potencial productivo y exportador en el futuro.

Por eso, en 2022 el MGAP estuvo también abocado a construir una estrategia nacional para el desarrollo de base agropecuaria, a la que hemos llamado SENDA. Se trata de lograr una visión conjunta del futuro y un marco de acuerdos para impulsar políticas de Estado y arreglos institucionales que contribuyan a la transformación productiva. En un proceso que todavía está en curso, OPYPA identificó seis dimensiones estratégicas: inserción internacional, logística, sostenibilidad de los agroecosistemas, desarrollo productivo y social, TICs para el agro y capacidades institucionales.

La visión de SENDA es que sea útil para priorizar y hacer consistentes las políticas públicas, y también para alinear los esfuerzos de la institucionalidad público-privada, hacia los objetivos de largo aliento. De este modo, el desarrollo sostenible de las cadenas de base agropecuaria será una contribución para dinamizar el desarrollo económico de largo plazo a nivel macro, uno de los principales desafíos de la economía uruguaya.

Por último, espero que el esfuerzo técnico de OPYPA sirva de plataforma para estimular la reflexión ciudadana y la construcción futura de acuerdos y políticas públicas de calidad.

 

1 vduran@mgap.gub.uy

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