Encuesta de Teletrabajo en el ámbito público. Informe de resultados

Herramientas utilizadas durante el teletrabajo

Un componente fundamental para que el teletrabajo resulte ser un modo eficaz está vinculado al funcionamiento de las herramientas que se utilizan. El teletrabajo será una modalidad productiva siempre y cuando los funcionarios cuenten con las herramientas adecuadas. Desempeñar desde casa las tareas que se desarrollan habitualmente requiere que los funcionarios cuenten con instrumentos que sean capaces de trasladar lo que se hace en un contexto presencial hacia otro muy diferente. En este capítulo se indaga sobre la adecuación y la funcionalidad de las herramientas utilizadas. 

El elemento más básico para poder teletrabajar es contar con una PC. Sin este insumo, el teletrabajo se torna inviable. Los funcionarios fueron consultados acerca de qué PC utilizaron para trabajar desde su casa. El 68% respondió haber utilizado una PC propia y el 10% usó una PC de otro miembro del hogar. Este dato es importante, en la medida que muestra que casi ocho de cada 10 funcionarios contribuyeron con sus propios insumos para poder trabajar bajo esta modalidad.

 

Gráfico 13: El 68% respondió haber utilizado una PC propia y el 10% usó una PC de otro miembro del hogar.

 

Vinculado a este punto, se solicitó a los funcionarios que evaluaran cómo funcionaron las herramientas durante el tiempo que trabajaron desde casa y si los organismos proporcionaron herramientas adecuadas. La mayoría de los funcionarios pudo utilizar las mismas herramientas que usa en la oficina (61%) y manifestó que las herramientas que sus organismos proporcionaron para teletrabajar fueron adecuadas (57%). El dato muestra que a nivel de herramientas no habría grandes dificultades para promover la continuidad de esta modalidad en el futuro. No obstante, no se debe dejar de tener en cuenta que existe una proporción importante (22%) que manifiesta lo contrario en ambas preguntas.

 

 

La evaluación favorable hacia las herramientas puede estar asociada a la posibilidad que los funcionarios tuvieron de acceder a los archivos de la red o al uso remoto de la PC de la oficina, o también al hecho de haber utilizado una PC del organismo para teletrabajar. El siguiente gráfico muestra que la proporción de funcionarios que manifestaron que las herramientas proporcionadas por sus organismos fueron adecuadas es mayor entre aquellos que tuvieron acceso al correo electrónico institucional (58%), aquellos que accedieron a los archivos de la red a través de una conexión VPN (69%), aquellos que se conectaron de forma remota al escritorio de la oficina (71%) y quienes utilizaron una PC del organismo (70%). Estas proporciones descienden significativamente entre quienes no accedieron a este tipo de herramientas.

 

Gráfico 15: El siguiente gráfico muestra que la proporción de funcionarios que manifestaron que las herramientas proporcionadas por sus organismos fueron adecuadas es mayor entre aquellos que tuvieron acceso al correo electrónico institucional (58%), aquellos que accedieron a los archivos de la red a través de una conexión VPN (69%), aquellos que se conectaron de forma remota al escritorio de la oficina (71%) y quienes utilizaron una PC del organismo (70%).

El acceso a herramientas adecuadas también tiene incidencia en las preferencias por continuar teletrabajando. Aquellos funcionarios que pueden acceder a herramientas adecuadas para trabajar desde sus casas tienden a manifestar una mayor preferencia por seguir teletrabajando, ya sea de forma total o parcial. La proporción de funcionarios que prefieren mantener esta modalidad de trabajo es mayor entre quienes accedieron a herramientas adecuadas (88%) que entre quienes no lo hicieron (78%). Por el contrario, la proporción de funcionarios que prefieren no seguir con el trabajo remoto es mayor entre quienes no accedieron a herramientas adecuadas (21%) que entre quienes sí lo hicieron (11%).

Gráfico 16:La proporción de funcionarios que prefieren mantener esta modalidad de trabajo es mayor entre quienes accedieron a herramientas adecuadas (88%) que entre quienes no lo hicieron (78%). Por el contrario, la proporción de funcionarios que prefieren no seguir con el trabajo remoto es mayor entre quienes no accedieron a herramientas adecuadas (21%) que entre quienes sí lo hicieron (11%).

Más allá de las herramientas que usualmente se utilizan, el teletrabajo obligó a desarrollar otro tipo de instrumentos vinculados a la posibilidad de comunicarse con los compañeros o participar de actividades virtuales. El uso de plataformas como Zoom no era muy utilizado en el sector público antes de que se estableciera la obligatoriedad de teletrabajar. Con estas nuevas herramientas surgen desafíos vinculados a su funcionamiento. Una de las dificultades que se podían prever era el desarrollo de inconvenientes técnicos para llevar a cabo videollamadas o eventos virtuales.Si se analiza de acuerdo a las variables institucionales, los datos muestran una distribución desigual entre incisos. Hay diferencias en la proporción de funcionarios que manifiestan que las herramientas que sus organismos proporcionaron para teletrabajar fueron adecuadas. Por un lado, hay organismos con una alta proporción de respuestas favorables, como MEF (71%), mientras que por otro hay organismos en los que la proporción de respuestas favorables no superan la mitad: MA (42%), MRREE (45%) y MI (46%). También hay diferencias en las proporciones de funcionarios que manifiestan que pudieron utilizar las mismas herramientas que usan en la oficina.

Se consultó a los funcionarios por este tipo de inconvenientes en ambos tipos de instancias. La mayoría manifestó que las llamadas grupales se desarrollaron sin inconvenientes técnicos (57%) y que los eventos virtuales se llevaron a cabo sin dificultades (54%). Por el contrario, la proporción de funcionarios que manifestó haber tenido inconvenientes es mínima (7 y 8%, respectivamente). El dato es auspicioso en la medida que evidencia que estas nuevas herramientas –imprescindibles para el teletrabajo– no serían un inconveniente si se proyectara continuar con esta modalidad en el futuro. Además, dan cuenta de que una proporción importante de funcionarios tiene las habilidades como para adaptarse al uso de este tipo de herramientas con considerable rapidez.

 

Gráfico 17: La mayoría manifestó que las llamadas grupales se desarrollaron sin inconvenientes técnicos (57%) y que los eventos virtuales se llevaron a cabo sin dificultades (54%). Por el contrario, la proporción de funcionarios que manifestó haber tenido inconvenientes es mínima (7 y 8%, respectivamente).

 

Los inconvenientes técnicos pueden estar vinculados a la calidad de la conexión a internet en los hogares de los funcionarios, a la falta de un espacio adecuado para realizar videollamadas, o a las habilidades en el manejo de programas de videoconferencias, como Zoom, Teams o Google Meet. El siguiente gráfico muestra que la proporción de funcionarios que manifestaron no haber tenido inconvenientes técnicos es mayor entre los aquellos que cuentan con conexión a internet por banda ancha fija (58%), entre aquellos que cuentan con un espacio físico donde realizar las llamadas sin molestar a otros miembros del hogar (63%) y entre quienes saben utilizar programas de videoconferencia (60%).

Gráfico 18: El siguiente gráfico muestra que la proporción de funcionarios que manifestaron no haber tenido inconvenientes técnicos es mayor entre los aquellos que cuentan con conexión a internet por banda ancha fija (58%), entre aquellos que cuentan con un espacio físico donde realizar las llamadas sin molestar a otros miembros del hogar (63%) y entre quienes saben utilizar programas de videoconferencia (60%).

El presente capítulo tuvo como objetivo mostrar cómo funcionaron las herramientas utilizadas para llevar a cabo el teletrabajo. Partiendo de la base de que el trabajo remoto será una modalidad productiva siempre y cuando los funcionarios cuenten con las herramientas adecuadas, se consultó acerca de su adecuación y funcionalidad. Los datos muestran que en términos generales las herramientas funcionaron bien. No obstante, hay una serie de desafíos vinculados a la capacidad de los organismos de proveer de herramientas básicas, como el acceso al correo institucional, al escritorio remoto y a los archivos disponibles en la red. Cuando estos instrumentos están presentes se reducen las dificultades para teletrabajar.Si se pone el foco en los grupos ocupacionales, también se pueden observar diferencias en la evaluación de las herramientas. Aquellos funcionarios que desempeñan oficios son quienes evalúan las herramientas de manera menos favorable. Tan solo el 33% considera que las herramientas utilizadas fueron adecuadas. Este dato no es extraño, si se considera que las tareas que se realizan en este grupo están vinculadas al predominio del esfuerzo físico y la habilidad manual y, por ende, son menos compatibles con el teletrabajo. En el resto de los grupos las diferencias no son tan notorias.

Por su parte, existe otra serie de desafíos más difíciles de resolver. Garantizar la disponibilidad de un espacio físico adecuado escapa a las posibilidades directas de los organismos. Estas cuestiones están más vinculadas a las circunstancias individuales de los funcionarios, pero son aspectos que afectan la posibilidad de teletrabajar. Pensar en el futuro del teletrabajo también supone contemplar estas cuestiones.

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