Encuesta de Teletrabajo en el ámbito público. Informe de resultados

Desafíos del teletrabajo

La implementación del trabajo remoto pone sobre la mesa una serie de desafíos importantes para los funcionarios y para la administración. Hasta el momento se ha puesto el foco en las habilidades, herramientas, resultados y la comunicación. Sin embargo, existen otros desafíos vinculados a las condiciones de infraestructura, emociones e inconvenientes para compatibilizar el trabajo con lo que ocurre en el hogar. Estos problemas no son menores y es importante tenerlos en cuenta al momento de implementar la modalidad remota, sobre todo por los efectos diferenciales que pueden tener para hombres y mujeres. En este capítulo se analizan estas cuestiones, procurando identificar en qué segmentos este tipo de problemas se vuelven más relevantes.

Principales desafíos: 1. cumplir con los objetivos de mi cargo que requieren presencialidad, 2. desconectarme luego del trabajo, 3. conciliar el trabajo con el cuidado de otros miembros del hogar.

 

La encuesta incluyó algunas preguntas orientadas a encontrar los principales desafíos del teletrabajo. El siguiente gráfico muestra los resultados en orden de importancia. Los datos dan cuenta de que uno de cada cinco funcionarios sostiene que el desafío principal es cumplir con los objetivos que requieren presencialidad (20%). Le siguen aquellos que tienen que ver con la posibilidad de desconectarse luego de cumplir con el horario laboral (18%), conciliar el trabajo con las tareas de cuidado (11%) y acceder a archivos o programas (10%). Del lado inverso, el poder concentrarse, el sentirse aislado, la motivación y la conexión a internet no son desafíos que hayan despertado mayores inconvenientes entre los funcionarios.

 

Gráfico 38: uno de cada cinco funcionarios sostiene que el desafío principal es cumplir con los objetivos que requieren presencialidad (20%). Le siguen aquellos que tienen que ver con la posibilidad de desconectarse luego de cumplir con el horario laboral (18%), conciliar el trabajo con las tareas de cuidado (11%) y acceder a archivos o programas (10%).

El hecho de que el principal problema esté vinculado al cumplimiento de tareas que requieren estar presente físicamente en los lugares de trabajo es un aspecto no menor. El dato revela que el teletrabajo no puede implementarse de manera absoluta, sino que es necesario mantener un grado de presencialidad porque existen tareas que así lo requieren. En todo caso, debería implementarse una modalidad combinada, siempre y cuando las tareas así lo permitan. Este problema afecta en mayor medida a aquellos que desempeñan oficios (43%) y en menor medida a técnicos, especializados, profesionales y administrativos (18%). Como se mencionó, estos grupos ocupacionales serían aquellos en los que el teletrabajo resulta más compatible.

No obstante, no se debe caer en el error de pensar que es un problema que afecta solo a los grupos ocupacionales que ejecutan tareas que requieren habilidades o esfuerzo físico. El siguiente gráfico muestra que este problema es más relevante para aquellos funcionarios que ejecutan tareas como atender al público (27%) que para aquellos que no lo hacen (15%). También es un problema más relevante para los funcionarios que firman documentos de forma presencial (25%). Este tipo de tareas corresponden al quehacer de los administrativos y profesionales, por lo que los funcionarios que pertenecen a estos grupos también están expuestos a este tipo de inconvenientes. Pensar el teletrabajo a futuro implicaría analizar la particularidad de la tarea de cada funcionario para determinar su compatibilidad con la modalidad remota.

Gráfico 39: El siguiente gráfico muestra que este problema es más relevante para aquellos funcionarios que ejecutan tareas como atender al público (27%) que para aquellos que no lo hacen (15%). También es un problema más relevante para los funcionarios que firman documentos de forma presencial (25%).

El segundo desafío en relevancia es la posibilidad de desconectarse una vez que se cumplió con el horario. Este tema es importante, en la medida que marca la necesidad de regular el límite del teletrabajo. Resulta necesario que se establezcan criterios claros que ofrezcan a los funcionarios las garantías para ejercer el derecho a desconectarse. Este tipo de consecuencias viene dada por la lógica de resultados que subyace al teletrabajo, diferente de la lógica basada en el cumplimiento de procedimientos, rutinas y horarios que son más compatibles con el trabajo presencial. Este tipo de desafío afecta a todos los grupos ocupacionales de forma similar. No obstante, existen algunas diferencias vinculadas a la carga de trabajo y actitudes personales de los funcionarios.  

Sobre el primer punto, un aspecto interesante es ver de qué forma el teletrabajo impactó sobre la carga laboral de los funcionarios, es decir, sobre la cantidad de trabajo que tienen que hacer estando en sus casas. Los datos muestran que la mayoría considera que el teletrabajo no causó efectos significativos sobre la carga de trabajo (56%). No obstante, casi un tercio manifiesta haber tenido más trabajo del que normalmente tiene a partir de la implementación del teletrabajo (29%). Este aspecto no es menor, dado que da cuenta de un efecto directo que podría traer otro tipo de consecuencias sobre los funcionarios. 

Gráfico 40: Los datos muestran que la mayoría considera que el teletrabajo no causó efectos significativos sobre la carga de trabajo (56%). No obstante, casi un tercio manifiesta haber tenido más trabajo del que normalmente tiene a partir de la implementación del teletrabajo (29%).

Vinculado al problema de la desconexión, los datos muestran que la proporción de funcionarios que manifiestan que el principal desafío es no poder desconectarse, es mayor entre quienes consideran que el teletrabajo aumentó su carga laboral. La proporción aumenta desde 9% entre quienes consideran que disminuyó su carga laboral hasta 30% entre quienes creen que aumentó. En otras palabras, quienes sienten que tienen más trabajo son aquellos funcionarios a los que más les cuesta desconectarse. Este tipo de asociaciones son relevantes al momento de pensar el teletrabajo en el futuro, para lograr alcanzar un equilibrio.

Gráfico 41: La proporción de funcionarios que considera que no poder desconectarse es el principal desafío es mayor entre quienes usualmente revisan el correo y responden a pedidos fuera de horario (22%), quienes responden mensajes (20%) y quienes continúan trabajando una vez culminada la jornada (23%).

Además de las diferencias vinculadas a la carga de trabajo, el hecho de no poder desconectarse también está asociado a ciertas características personales. Hay funcionarios que se mantienen pendientes de tareas laborales fuera del horario habitual, aún en un contexto de presencialidad. Los datos muestran que quienes tienen la costumbre de hacerlo es a quienes más les cuesta desconectarse. La proporción de funcionarios que considera que no poder desconectarse es el principal desafío es mayor entre quienes usualmente revisan el correo y responden a pedidos fuera de horario (22%), quienes responden mensajes (20%) y quienes continúan trabajando una vez culminada la jornada (23%). Las proporciones descienden notoriamente entre quienes no tienen la costumbre de realizar estas actividades fuera de horario.

El tercer desafío en importancia está relacionado con la posibilidad de conciliar el trabajo con el cuidado de otros miembros del hogar. Este aspecto es muy importante, dado que puede afectar el rendimiento, la concentración e incluso la motivación de los propios funcionarios. En un contexto de pandemia, muchos de los funcionarios debieron ejecutar sus tareas en hogares donde están presentes niños y adolescentes -que se vieron obligados a permanecer en sus casas y mantener clases de forma remota- o personas que requieren de cuidados especiales. Conocer que existen elementos vinculados al entorno del hogar que escapan del alcance de las administraciones es importante al momento de pensar la modalidad remota hacia el futuro.

Imagen de una madre con su hijo.

El hecho de conciliar el trabajo con el cuidado de otros miembros del hogar varía según género y edad. Este desafío está presente en mayor proporción entre las mujeres (13%) que entre los hombres (8%). Esta diferencia podría ser resultado de la inequitativa distribución de este tipo de tareas en el hogar entre miembros de ambos sexos. Además es un desafío mucho mayor entre quienes tienen entre 35 y 44 años (23%) que para quienes se ubican dentro de otros tramos etarios. Ello también podría estar vinculado a la tenencia de menores a cargo que permanecieron en sus hogares ante las medidas vinculadas a la virtualidad en la educación.

El problema de la conciliación entre trabajo y cuidados también está asociado al estar a cargo de personas en situación de dependencia, como niños, personas de edad avanzada, personas que formen parte de la población de riesgo del Covid-19 o personas con alguna condición de salud que requiera asistencia de cualquier tipo. La proporción de funcionarios que manifiestan que el principal desafío del teletrabajo es compatibilizar las tareas laborales con el cuidado es mayor entre quienes tienen personas a cargo (20%) que entre quienes no las tienen (2%).

Gráfico 43: El hecho de conciliar el trabajo con el cuidado de otros miembros del hogar varía según género y edad. Este desafío está presente en mayor proporción entre las mujeres (13%) que entre los hombres (8%).

Este capítulo tuvo como objetivo describir y analizar los principales desafíos que surgen de la implementación del trabajo remoto y que pueden operar como situaciones a resolver cuando se piensa el teletrabajo a futuro. Los datos muestran que los principales desafíos están vinculados al cumplimiento de tareas, la desconexión luego de la jornada laboral y la conciliación del trabajo con tareas de cuidados. Estos desafíos afectan más a ciertos grupos de funcionarios que a otros, dependiendo de las características de las funciones desempeñadas, factores vinculados al entorno del hogar y factores personales.

Ello lleva a reflexionar sobre algunas cuestiones. En primer lugar, se debe reconocer que no todas las tareas y funciones son compatibles con la modalidad remota, por lo tanto, el teletrabajo no es adaptable a la tarea de todos los funcionarios. En segundo lugar, que existen condiciones vinculadas al entorno del hogar de los funcionarios que pueden afectar su desempeño cuando trabajan desde su casa. Finalmente, los datos muestran que es necesario pensar en mecanismos para encontrar un equilibrio entre la lógica de resultados que impone el modo remoto y el derecho de los funcionarios a desconectarse.

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