Encuesta de Teletrabajo en el ámbito público. Informe de resultados

Evaluación de la comunicación

 

Dos personas conversando

Otros de los cambios que trajo el teletrabajo tienen que ver con la comunicación. El hecho de no estar en el lugar físico hace que el contacto con los compañeros y los jefes se vea alterado. Ello también ocurre con el contacto con otros equipos dentro del inciso y fuera de él. A priori era posible pensar en que la comunicación se vería afectada de manera negativa, pese a que existen herramientas virtuales capaces de compensar la falta de comunicación cara a cara. Por este motivo, se incluyó un módulo de preguntas vinculadas a la comunicación con diferentes actores dentro y fuera de la institución.

En primer lugar se consultó por la fluidez de la comunicación con el equipo de trabajo. El hecho de perder fluidez era un riesgo asumido al implementar esta modalidad y podría traer consecuencias en la eficacia de las tareas y los resultados. Los datos resultan bastante alentadores. Ocho de cada 10 funcionarios (83%) declaran que la comunicación con su equipo de trabajo se desarrolló de forma fluida. Ello quiere decir que pasar de la presencialidad al teletrabajo no generó grandes consecuencias en la comunicación con su entorno más inmediato. Algo similar ocurre con la comunicación entre funcionarios y jefes. El 80% manifestó que la comunicación se desarrolló de forma fluida.

Gráfico 30: Ocho de cada 10 funcionarios (83%) declaran que la comunicación con su equipo de trabajo se desarrolló de forma fluida.

Más allá de estos datos alentadores, resulta interesante poner el foco en las diferencias que existen entre quienes permanecieron comunicados y quienes no lo hicieron. Una de las posibles causas podría ser el acceso a ciertas herramientas, como aplicaciones para realizar videollamadas o aplicaciones de mensajería instantánea. Los datos muestran que acceso al primer tipo de aplicaciones no inciden en la fluidez de la comunicación con su entorno más cercano (equipo y jefes). Sin embargo, el acceso a aplicaciones de mensajería sí es una herramienta importante para ello.

Los datos muestran que entre quienes usan este tipo de aplicaciones, ocho de cada 10 manifestaron haber mantenido una comunicación fluida con su entorno durante el tiempo en el que teletrabajaron (84% con sus equipos y 80% con sus jefes). Estas proporciones descienden al 66 y 67% entre aquellos funcionarios que no utilizan aplicaciones de mensajería instantánea. Cabe destacar que tan solo el 4% de la muestra manifestó no usar aplicaciones de este tipo. De todas formas, es importante tener en cuenta que este tipo de herramientas personales contribuyen a facilitar la comunicación.

Gráfico 31: ocho de cada 10 manifestaron haber mantenido una comunicación fluida con su entorno durante el tiempo en el que teletrabajaron (84% con sus equipos y 80% con sus jefes). Estas proporciones descienden al 66 y 67% entre aquellos funcionarios que no utilizan aplicaciones de mensajería instantánea.

El análisis de la comunicación resulta relevante en la medida que puede alterar el desempeño de los funcionarios y de los equipos de trabajo. Aquellos equipos que pierden comunicación corren el riesgo de no cumplir con las tareas y no lograr los resultados que se esperan de ellos. El siguiente gráfico muestra la relación que existe entre la comunicación y el cumplimiento de tareas. La proporción de funcionarios que pudieron cumplir con sus tareas en el marco del teletrabajo es mucho mayor entre quienes mantuvieron una comunicación fluida con sus equipos (82%) que quienes no lo hicieron (44%). Algo similar ocurre entre quienes mantuvieron una comunicación fluida con sus jefes (81%) y quienes no (59%).

Gráfico 32: El siguiente gráfico muestra la relación que existe entre la comunicación y el cumplimiento de tareas. La proporción de funcionarios que pudieron cumplir con sus tareas en el marco del teletrabajo es mucho mayor entre quienes mantuvieron una comunicación fluida con sus equipos (82%) que quienes no lo hicieron (44%). Algo similar ocurre entre quienes mantuvieron una comunicación fluida con sus jefes (81%) y quienes no (59%).

La comunicación también incide en el cumplimiento de objetivos individuales. La proporción de funcionarios que sienten que pudieron cumplir con lo que se espera de ellos es mayor entre quienes mantuvieron una comunicación fluida con su equipo o con sus jefes (87%), que quienes no lo hicieron (55 y 63%, respectivamente). Lo mismo ocurre con el cumplimiento de objetivos grupales. La proporción de funcionarios que expresa haber cumplido objetivos a nivel de equipo es mayor entre quienes se comunicaron de forma fluida con sus equipos (85%) que entre quienes no lo hicieron (30%). También es mayor entre quienes se comunicaron fluidamente con sus jefes (84%) que entre aquellos que no se comunicaron (39%).

. La proporción de funcionarios que sienten que pudieron cumplir con lo que se espera de ellos es mayor entre quienes mantuvieron una comunicación fluida con su equipo o con sus jefes (87%), que quienes no lo hicieron (55 y 63%, respectivamente). Lo mismo ocurre con el cumplimiento de objetivos grupales. La proporción de funcionarios que expresa haber cumplido objetivos a nivel de equipo es mayor entre quienes se comunicaron de forma fluida con sus equipos (85%) que entre quienes no lo hicieron (30%). También es mayor entre quienes se comunicaron fluidamente con sus jefes (84%) que entre aquellos que no se comunicaron (39%).

a manera en que se vio afectada la comunicación también incide en la predisposición de los funcionarios a continuar teletrabajando, ya sea de forma total o parcial. Aquellos funcionarios que no vieron afectada la comunicación con sus equipos y sus jefes son quienes prefieren continuar con esta modalidad en el futuro. Casi nueve de cada 10 funcionarios que manifiestan haber mantenido una comunicación fluida con sus equipos y sus jefes durante el teletrabajo prefieren que esta modalidad continúe. En cambio, entre quienes tuvieron problemas de comunicación estas proporciones descienden significativamente (64 y 73%, respectivamente).

Si bien los datos son auspiciosos en cuanto a la comunicación con el entorno cercano, las principales consecuencias en materia de comunicación se vieron reflejadas en la interacción con otros equipos de trabajo, dentro y fuera de los organismos. Por un lado, el 63% de los funcionarios manifiesta que la comunicación con otros equipos de trabajo del organismo en que se desempeñan se desarrolló de forma fluida. La proporción baja a 50% cuando se refieren a la comunicación con otros equipos, pero fuera del organismo. Ambos datos son importantes y deben ser tenidos en cuenta si se pretende mantener esta modalidad en el futuro, en la medida que pueden traer consecuencias en la gestión de las políticas.

Gráfico 35: el 63% de los funcionarios manifiesta que la comunicación con otros equipos de trabajo del organismo en que se desempeñan se desarrolló de forma fluida. La proporción baja a 50% cuando se refieren a la comunicación con otros equipos, pero fuera del organismo.

Desde el punto de vista institucional, se debe tener en cuenta que este problema afecta más a algunos organismos que a otros. A modo de ejemplo, la proporción de respuestas favorables sobre la fluidez con otros equipos del organismo es menor en ministerios como MVOT (54%), Mides (55%) y MA (58%). Lo mismo ocurre respecto a la fluidez en la comunicación con equipos de organismos externos. MVOT (39%), MEF (43%) y Mides (45%) son los organismos en los que las respuestas favorables son menores. Ello debe ser tenido en cuenta dado el carácter interinstitucional de las políticas a cargo de estos ministerios y la necesidad de mantener la comunicación con otros organismos.

Si se considera el acceso a aplicaciones para comunicarse, se pueden notar algunas diferencias. La proporción de funcionarios que mantuvieron una comunicación fluida con otros equipos dentro del inciso es levemente mayor entre quienes usan aplicaciones como Whatsapp o Telegram (63%), que entre aquellos funcionarios que no las usan (53%). De la misma forma, el acceso a este tipo de aplicaciones favorece a mantenerse comunicado con equipos de trabajo de otros organismos. El porcentaje de funcionarios que mantuvieron una comunicación fluida con equipos externos es de 50% entre quienes usan estas aplicaciones y de 39% entre quienes no las utilizan. Algo similar ocurre con el acceso a aplicaciones para realizar videollamadas.

Otro aspecto a evaluar es si las reuniones virtuales llegaron a cumplir los objetivos de la manera que lo hacían las reuniones presenciales. Este dato tiene que ver con la funcionalidad de las reuniones, más allá de la fluidez de la comunicación. El 57% de los encuestados respondió que las reuniones virtuales llegaron a cumplir los objetivos de forma similar a las presenciales. Tan solo el 10% manifestó estar en desacuerdo con ello.

Gráfico 37: El 57% de los encuestados respondió que las reuniones virtuales llegaron a cumplir los objetivos de forma similar a las presenciales. Tan solo el 10% manifestó estar en desacuerdo con ello.

Este capítulo tuvo por objetivo analizar cómo afectó el teletrabajo a la comunicación entre diferentes actores dentro y fuera de las instituciones. Los datos muestran la importancia de este aspecto, en la medida que mantener la fluidez de la comunicación tiene consecuencias en el cumplimiento de tareas y el alcance de resultados individuales y grupales. El hecho de que la mayoría haya mantenido una comunicación fluida con su entorno cercano resulta auspicioso al momento de pensar el teletrabajo en el futuro. La pérdida de comunicación con equipos y jefes no parecería ser un problema. El acceso casi universal a aplicaciones de mensajería instantánea es un elemento que juega a favor.

Donde se encontraron resultados menos prometedores es en la comunicación con otros equipos. Los datos alertan que el teletrabajo podría haber afectado la comunicación al interior de las instituciones, desestimulando el intercambio entre unidades ejecutoras, áreas, divisiones y departamentos a nivel de inciso. Ello podría generar problemas de coordinación intrainstitucional. Algo similar ocurre a nivel externo. La modalidad de teletrabajo pudo haber afectado la interacción interinstitucional y ello podría tener consecuencias en aquellas políticas en las que participa más de un organismo. Una propuesta de regulación de teletrabajo debe contemplar ambos aspectos.

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