Estrategia Nacional de Ciberseguridad del Uruguay 2024 - 2030

Contexto internacional

El panorama global de la ciberseguridad se transformó radicalmente en las últimas décadas, evolucionando de incidentes aislados a una amenaza sistémica que desafía la estabilidad y la seguridad de naciones enteras. Estos incidentes aislados, aunque inicialmente limitados a organizaciones o individuos específicos, dejan secuelas profundas, erosionando la confianza en el uso de la tecnología y generan pérdidas económicas significativas. La interconexión cada vez mayor de sistemas y la proliferación de dispositivos inteligentes crearon un ciberespacio altamente vulnerable, donde los actores maliciosos encuentran un terreno fértil para llevar a cabo sus operaciones.

La complejidad de las ciberamenazas actuales se ve agravada por la diversidad de amenazas y de actores involucrados, así como su constante evolución. Las tácticas empleadas por estos actores son cada vez más sofisticadas, incluyendo el uso de inteligencia artificial, el aprendizaje automático y otras tecnologías avanzadas para evadir las defensas y maximizar el impacto de sus ataques. El auge de la desinformación no solo afecta la cohesión social, sino que también puede ser utilizado como herramienta de actores malintencionados para desestabilizar la gobernanza y erosionar la credibilidad institucional.

Las consecuencias de los ciberataques trascienden las fronteras nacionales, afectando la economía global e infraestructura crítica de la que dependen diferentes naciones.

Asimismo, dichos ataques socavan la seguridad nacional y junto a ella la confianza de las personas que se sienten más vulnerables.

Ante este escenario, la ciberseguridad se convirtió en una prioridad estratégica para los países de todo el mundo. Sin embargo, la naturaleza transnacional de las ciberamenazas exige una respuesta coordinada a nivel internacional. La cooperación entre países es fundamental para compartir información sobre amenazas, desarrollar estándares comunes y fortalecer la capacidad de respuesta a incidentes de ciberseguridad.

En este contexto, se han establecido diversos foros y mecanismos de cooperación internacional, como el Grupo de Trabajo de Composición Abierta (GTCA o OEWG por sus siglas en inglés) sobre seguridad y utilización de la TIC de las Naciones Unidas, el Grupo de Trabajo sobre Medidas de Fomento de Cooperación y Confianza en el Ciberespacio (MFCS) del Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE) de la Organización de Estados Americanos (OEA), el cual busca aumentar la cooperación, transparencia, predictibilidad y la estabilidad entre los Estados en el uso del ciberespacio. Sin embargo, aún persisten desafíos significativos, como la falta de un marco normativo internacional unificado y las divergencias entre los intereses nacionales de los diferentes países y la red CSIRT Américas de la OEA/CICTE. 

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